Dani Pedrosa y la Ley de MurphyGP

Ojalá las palabras ‘Pedrosa’ y ‘quirófano’ no vuelvan a aparecer jamás juntas en la misma frase.

Nacho González

Dani Pedrosa y la Ley de MurphyGP
Dani Pedrosa y la Ley de MurphyGP

Fractura intra-articular del radio distal derecho. Es el término médico de la última 'avería' sufrida por el maltrecho engranaje que es el cuerpo de Dani Pedrosa, cuyo historial de lesiones podría servirle para que le convaliden la mayoría de asignaturas del máster en medicina deportiva en alguna universidad.

Después de tal cantidad de averías, parece mentira que ese engranaje siga funcionando con un rendimiento de nivel mundial. Pero lo hace. Lo ha hecho hasta ahora y lo seguirá haciendo tras esta última, no lo duden.

Una vez más, no fue él quien apuntó su nombre en la lista de espera del quirófano del Doctor Xavier Mir. Fue el francés Johann Zarco el culpable (evidentemente involuntario) de la enésima lesión del piloto de Honda, al meterse por un hueco en el que la única opción de pasar era haciendo peralte en la moto número 26.

Por una sencilla relación de causalidad, el impacto desplazó a Pedrosa de la trazada, viéndose escupido a la zona delicada de la pista. Lo sucedido a continuación es como un maldito flashback de tres pasos que se recrea con una periodicidad preocupante: violento contacto contra el asfalto, centro médico y quirófano.

En un día en el que pasó absolutamente de todo, donde Aleix Espargaró recibió dos serios contactos por parte de Danilo Petrucci y de Marc Márquez, donde Valentino Rossi cayó tras un golpe del propio Marc, donde la pista era una trampa para todos, sólo uno de los 24 pilotos de MotoGP es seria duda para estar en la parrilla de Austin: Pedrosa, cómo no.

Y gracias. Una fractura un poco más compleja le podría haber costado una convalecencia más larga, que le hubiera supuesto decir adiós al título tras dos carreras. Se le ha puesto muy cuesta arriba, pero no está descartado. En parte gracias a los ceros de candidatos como Marc Márquez y Valentino Rossi, unidos a que -a priori- los cuatro primeros en Austin no estarán en la lucha por el campeonato.

Claro que hay otra lectura. Si miramos los análisis de tiempos previos a la carrera, Pedrosa partía como gran alternativa al favoritismo de Márquez. Con el affaire del 93 en la salida y su pertinente sanción, Pedrosa se convertía en favorito indiscutible a la victoria. Jamás sabremos qué hubiera pasado, pero no es descabellado pensar que Dani podría haber salido de Termas de Río Hondo con un botín de 25 puntos y como colíder de MotoGP junto a Andrea Dovizioso (ambos con 34 puntos tras una victoria y un séptimo puesto).

Lamentablemente, otra vez hay que escribir la historia de Pedrosa en MotoGP prestando más atención al anexo de los '¿Y sí...?' –anexo que ya es casi tan grande como su propia biografía- que al capítulo en cuestión. Y no es justo. Si hay algo en lo que coincide todo el santo paddock, es en que no es justo que todo siempre le pase a Dani Pedrosa.

No vamos a entrar en si hubiera podido ganar uno, dos o tres títulos de MotoGP de no haber tenido tanta mala suerte en su trayectoria en la categoría reina. Lo que sí podemos afirmar es que, si pilotos como Valentino Rossi, Marc Márquez o Jorge Lorenzo hubiesen tenido tal cantidad de desdichas, tendrían algún que otro título menos en su haber.

No merece la pena pensar eso. Nadie en su sano juicio desea que otro piloto sufra lo mismo que Pedrosa. Todo lo contrario: lo que se pide es que Pedrosa sufra menos. Sí, el motociclismo es un deporte de riesgo y las lesiones son parte del juego. El problema es que Dani se ha quedado demasiadas veces sin jugar, o ha tenido que jugar sufriendo. Sin divertirse. Sin poder ser él mismo.

Ha llegado un punto donde saber si acabará logrando un título de MotoGP ha pasado a un segundo plano. A sus 32 años, el deseo es que pueda disfrutar de las temporadas que le queden en la élite. Que se divierta corriendo. Que las palabras ‘Pedrosa’ y ‘quirófano’ no vuelvan a aparecer juntas en la misma frase nunca más.

Para colmo, esta vez le ha pasado en un momento en el que su sitio está tan en entredicho como en 2012. El colmo de los colmos es que el nombre que más ha sonado para reemplazarle es el de Zarco. Desde luego, cuando se hablaba de que el francés podría bajarle de la Honda, nadie imaginaba cuán literal sería en Argentina.

Si hay diversas cosas que pueden ir mal, irá mal, la que haga más daño’, exclama el más pesimista –y ya es decir- de los corolarios de las leyes enunciadas por el ingeniero Edward Aloysius Murphy. Se podría versionar:

Si hay diversas cosas que pueden ir mal en una carrera de MotoGP, irá mal la que haga más daño y afecte a Dani Pedrosa’. Así de cruel es la Ley de MurphyGP.

Una ley que se repite una y otra vez. Cambia el año, la caída, el lugar y la lesión. La única certeza es el final: el Samurái siempre se levanta.