¿Y si ser despedido era lo mejor que le podía pasar a Romano Fenati?

Romano Fenati fue despedido tras una pelea con Uccio.

Carlos Domínguez | Foto: Gold and Goose

¿Y si ser despedido era lo mejor que le podía pasar a Romano Fenati?
¿Y si ser despedido era lo mejor que le podía pasar a Romano Fenati?

Circuito de Sepang, Malasia. Estamos en el año 2012 y la categoría de Moto3 está siendo todo un descubrimiento. Un jovencísimo Maverick Viñales de 17 años, el piloto revelación de la temporada, es segundo en la clasificación general luchando mano a mano con Sandro Cortese y Luis Salom (un abrazo, Luis). Pero la máquina del BQR-Avintia no avanza con el ritmo que le gustaría al piloto catalán y justo antes de comenzar los entrenamientos libres, Maverick se declara en rebeldía y rompe cualquier relación con el equipo. Mack es indudablemente bueno y muestra las ganas que hacen falta para ser campeón del mundo. Pero esas mismas ganas le juegan una mala pasada y acaba cargando contra todos: “La moto no va y es porque no saben más, no porque no se esfuercen. Son un equipo de segunda o tercera línea, ellos verán lo que hacen”.

Al año siguiente, Viñales consiguió una de las KTM del Team Calvo y se proclamó campeón del mundo. El año que viene, tras un trabajo espectacular en Suzuki, será el compañero de Valentino Rossi en el equipo oficial Yamaha. ¿Se puede repetir la historia?

Valentino Rossi se dio por vencido, como ese padre que manda a su hijo de 16 años de un instituto duro a otro aun peor en busca del camino correcto. El último enganchón de Romano Fenati con su equipo y especialmente con Uccio, amigo y persona de confianza de Rossi, ha terminado con el joven italiano en la calle y sin equipo. Se acabó.

Un golpe que puede llegar justo a tiempo

Romano tiene sólo 20 años y desde el mismo día en que plantó sus pies en la parrilla de Moto3 ha demostrado ser uno de los grandes talentos de la misma. No lo olvidemos, en su primera carrera fue segundo y en la segunda ganó. Mucho ha llovido desde aquel 2012 y no hay excusa que valga para justificar unos resultados pobres para la estructura que tiene montada a su alrededor. Pese a sus idas y venidas, el tipo tenía casi asegurada la oportunidad en Moto2, de nuevo de la mano de Valentino Rossi.

Dándole vueltas al tema y haciendo el esfuerzo de intentar ponerse en el lugar de un chaval que se ve envuelto en este campeonato tan pronto, me da por pensar que quizás le vino demasiado grande. Quizás, después de todo, que el SKY VR46 le eche del equipo era lo mejor que podían hacer por su futuro. Romano ya no tiene a su “padre” detrás para dar la cara. Ya no tiene la red de seguridad amarilla para mitigar sus errores, ni material de primera asegurado gracias a los contactos e influencia del 46. Romano se encuentra hoy en la casilla desde la que empezaba en 2012 y tiene que buscarse un hueco en un mundo que no perdona, puesto que rendirse y volver a casa nunca es una opción.

Quizás ésta sea la cura de humildad que necesitaba, quizás le haga madurar y espabilar de una vez por todas. De momento es un talento libre y según hemos oído, es probable que acabe la temporada en una Honda de Moto3. Ahora es cuando llega el verdadero reto, ¿conseguirá sobreponerse a todo y encarrilar su carrera? ¿hará historia o será olvidado? Queda la mitad de la temporada y si algo hemos aprendido, es que no podemos dar nada por hecho.