El planteamiento de la nueva Ducati 959 Panigale es aprovechar lo mejor de la "piccola" Ducati deportiva pero aumentando la capacidad interna, aprovechando para realizar ciertos toques de parte ciclo y una electrónica actualizada para las nuevas condiciones de esta Ducati. El resultado es sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta que el objetivo era aportar un extra en posibilidades de conducción en carretera abierta, especialmente en relación con la gran Ducati 1299 Panigale.
Cambios estéticos
La nueva Panigale no solo es una moto fácil de pilotar en ambientes poco favorables para abrir gas a fondo, sino que su corazoncito deportivo le viene de varios años de competición al más alto nivel, así como de previas versiones de la misma familia.
La escalada en cilindrada y potencia, aunque mínima, ha resultado providencial, tanto en la vertiente más utilizable y «civilizada» de esta Ducati como el «lado oscuro» del arraigo deportivo que conlleva su ser. Nada más arrancarla, la 959 Panigale hace girar las cabezas de todos los que nos encontramos en el box. Junto a ella observamos cómo otra unidad con escape Akrapovic, también de doble salida como el original, emite prácticamente el mismo ruido; ambos se encuentran separados por algún que otro kilo de peso, unos cuantos euros y una buena dosis de titanio en favor del prestigioso fabricante de colectores y silenciadores; ahora, Ducati y «Akra» son uña y carne, como lo fueron en su momento la firma boloñesa y Termignoni.
A primera vista todo parece indicar que se haya querido mantener las líneas de la «Pani» pequeña; bueno, en realidad ahora es ella la más «peque» de la familia, pero te lo comento así para que nos entendamos. Apenas el frontal recibe más superficie entre sus extremos, mientras que las tomas de aire han crecido para alimentar con mayor caudal la caja del filtro.
Un segundo inyector se encarga ahora de ajustar la mezcla, mientras que otros elementos se han optimizado en busca de un comportamiento más acorde con el incremento de prestaciones y capacidades. Mucho tendrás que fijarte para comprobar que los espejos retrovisores se han rediseñado, o los estribos, o por ejemplo que el eje del basculante baja su altura. Todo ello ha sido meticulosamente medido y probado para lograr una armonía que se transmite al piloto una vez en marcha.
Rodando con la Ducati 959 Panigale en Cheste
Era el momento perfecto para una primera toma de contacto comprobando si era cierto lo que nos prometían los responsables de la marca. Lo es. La 959 Panigale se muestra suave con el gas en modo Sport, así como el accionamiento de su embrague con el habitual escaso recorrido. Lo comprobé al salir de boxes. El resto del tiempo me olvidé con el shifter.
Más pronto que tarde concluía la primera tanda, excelente momento para comenzar a entendernos con gomas nuevas Pirelli SC2 y modo Sport, como te comento, pero la segunda debía ser más «de ataque», por lo que cambiamos a modo Race con máxima retención, control de tracción intrusivo para evitar sustos y ABS mínimo. A fin de cuentas, este modo se encuentra así prefijado y aunque puedes variar los tres parámetros de forma individual, me parece perfecta dicha configuración para este motor.
Así, la 959 Panigale se deja pilotar con mayor decisión, y apenas unos ligeros movimientos llegando a Doohan que se repiten a la salida pisando ligeramente el piano, nos indican que la suspensión, para un piloto de 80 kilos, se encuentre un tanto suelta… pero no demasiado. De hecho, a medida que aumenta el ritmo, también lo hace la temperatura.
Sin embargo, dichos movimientos acompasados apenas van a más, y solo la bomba de freno parece querer bajar ligeramente en frenadas potentes, tampoco demasiado. Por eso te digo que la sensación de control es total. El motor cumple su función de detener la moto en cada reducción, con el embrague antirrebote trabajando a fondo e intrusión máxima en frenada o retención, mientras las pinzas Brembo cumplen con tacto directo y mordiente necesario para llegar al ángulo de izquierdas, tras el final de recta de meta, con la moto moviéndose ligeramente de atrás como te comento, pero deteniéndose donde apuntas hacia el interior del piano.
Abres gas en segunda y antes de la siguiente rápida, insertas tercera sin cortar gas. Llegas muy rápido a la delicada primera de derechas, pero con solo cortar gas ya colocas la moto donde quieres… o te vas ligeramente largo hacia fuera; no hay problema, porque aunque tienes que trabajar un poco para meterla con la mirada fija en el piano interior, solo debes tener claro cuándo cortar gas, cambiar el cuerpo de dirección mientras tiras del semimanillar, das un suave toque sobre la maneta de freno y del resto ya se ocupa ella.
No se resiste pese a que es un punto delicado del trazado valenciano y, lejos de complicar las cosas, te las facilita, tal y como sucede con su embrague antirrebote… ¡Definitivo! Cualquier reducción, por salvaje que te parezca, la digiere como si nada estuviera ocurriendo en la transmisión.
Nos encontramos tal vez ante la Panigale más equilibrada y, hasta cierto punto, lógica de la saga desde su nacimiento. Apenas echas en falta nada de la versión 899 y seguramente la disfrutarás más y mejor que una 1299. Al menos se muestra más utilizable, humana y condescendiente con su piloto, que no es poco en una deportiva con el pedigrí de esta preciosa Ducati.
Características de la Ducati 959 Panigale
El motor 955 cc es el primer “Superquadro" en cumplir con la norma Euro4. El diámetro se mantiene en 100 mm pero la carrera sube de 57,2 a 60,8 mm. Nuevo cigüeñal y bielas se adaptan a las modificaciones internas del propulsor que incluyen tratamiento de los pistones para una mayor resistencia, con una sensible reducción de ruidos de motor obligada por Euro4.
Los cárteres proceden de la 1299 Panigale con paredes delgadas pero resistentes, en busca de la mayor ligereza sin menospreciar la robustez necesaria para espaciar las revisiones cada 12.000 kilómetros, 24.000 km en el caso de verificación de válvulas; por cierto, éstas aumentan su diámetro, siendo ahora de 41,8 mm las de admisión y 34 mm las de escape, haciéndose valer además de tratamientos específicos o “súperacabado" con recubrimiento DLC para reducir los efectos de la fricción y soportar mejor la fatiga del material.
Ahora dos inyectores se encargan de la admisión, uno por delante de la mariposa y otro por detrás, asistidas por un sistema de aire secundario que limita la emisión de partículas nocivas. Todo ello comandado por el mando de gas “Ride by Wire" completamente electrónico, cuya pareja de sensores comparan y calibran el sistema para su correcto funcionamiento.
Hay disponibles tres modos de motor: Racing (157 CV en tu puño de la forma más directa posible), Sport (misma potencia pero con entrega más suave) y Wet (100 CV máximo), todos ellos programables por el usuario incidiendo en la retención del motor, incursión del control de tracción y actuación del ABS.
El embrague antirrebote monta discos en baño de aceite; su accionamiento es suave gracias al empleo de un servo.
El chasis deriva del 1299 Panigale, mientras que el pivote ha bajado 4 mm respecto a la anterior 899. La horquilla Showa BPF usa barras de 43 mm de diámetro y el amortiguador Sachs lateral y horizontal resulta muy accesible para ajustarlo. También cambian carrocería y estribos.
Accesorios originales Ducati 959 Panigale
El carbono no podía faltar en el menú de piezas disponibles, como la que cubre el amortiguador o la aleta delantera. El protector de freno es de aluminio, así como los depósitos de líquido de frenos y embrague. El escape corto y bajo de aleación de titanio es obra del nuevo «partner» de Ducati, Akrapovic: suena más y reduce peso respecto al original, pero no está homologado. Otra opción doble del mismo fabricante, en titanio, también está disponible, en esta ocasión con homologación incluida y recorte de peso en 2 kg. Dispone de protector de calor en carbono.