Motorcycle CannonBall Race 2014

El proyecto de asistir a la Cannonball Run 2014 nace en 2012 de tres de amigos aficionados a las motos antiguas desde los años 80, enamorados de las motos, con el objetivo de restaurar las motos con las que rodaríamos. Y así fue, sueño cumplido.

Texto y fotos: Paco Tirado

Motorcycle CannonBall Race 2014
Motorcycle CannonBall Race 2014

Los pilotos éramos Paco Tirado (Fuengirola, Málaga, dorsal 58) promotor de la idea, Eduardo Córcoles (Fuengirola, Málaga, dorsal 59) y Juan Conde (Granada, dorsal 79). Todos teníamos varios modelos de motos permitidas, pero la dificultad está en elegir el modelo más adecuado y fiable, ya que hablamos de una carrera de resistencia muy exigente para la mecánica.

En septiembre de 2013 nos confirmaron nuestra inscripción y empezó la cuenta atrás para preparar las motos y la logística del envío de las motos a EE.UU (a la postre, lo más difícil y costoso). La preparación consistió en el conocido método de prueba/error, o sea, rodar, romper y ver los puntos débiles y, a renglón seguido, reparar.

Yo, Paco Tirado, me decanté, en principio, por una Harley de 1916, pero esta moto daba muchos problemas de fiabilidad. En cada ruta que hacía con ella, siempre se rompía algo. Se rompió magneto, carburador, horquilla, freno, varias cosas que además son muy difíciles de reemplazar. Además conduciendo esta moto, nos dimos cuenta de que tiene un grave problema de seguridad, ya que solo lleva freno trasero y muy deficiente. Por eso, con 3 meses de antelación decidí cambiar por otra moto más fiable y segura, una Indian modelo Chief 1200 cc Categoría III de 1937. Era preferible hacer la ruta completa y disfrutarla, antes que llevar una moto que se rompiera cada dos por tres. A la postre, se demostró una buena elección, ya que fue la única de las tres españolas en terminar.

Eduardo optó por una Harley-Davidson modelo D 750 cc Categoría II de 1930. La moto andaba perfectamente en España, pero dos semanas antes de enviar las motos para EE.UU, en un recorrido de entrenamiento rompió pistón y una biela. Como no nos daba tiempo a repararla, buscamos un motor restaurado en EE.UU. Lo encontramos, precisamente de otro corredor de la Cannonball (Doug Feinsod, de California). Enviamos la moto sin motor, para montarlo allí, antes de la salida oficial en Daytona Beach (Florida).

Nos fuimos con dos días de antelación para preparar las motos y montar el motor, pero las motos nos llegaron con un día de retraso, así que tuvimos un solo día para trabajar en la moto y no la terminamos. Tomó la salida, pero no anduvo la primera etapa. Conseguimos terminarla para la segunda etapa, pero la moto iba muy mal. Descubrimos, después de trabajar en ella durante ocho días introduciéndole mejoras, que el motor no estaba bien, estaba restaurado con piezas de motores de varios años distintos y no estaba lo bien que nos había dicho, así que se retiró de la carrera en la séptima etapa.

Juan llevaba una Harley-Davidson modelo V de 1000 cc Categoría II de 1930. En un principio Juan optó por una Henderson deLuxe 1200 cc de 1924, pero el motor rompió tres meses antes, así que se reemplazó por la Harley, moto menos rodada que la anterior, pero teníamos la esperanza de afinarla durante la carrera, como así fue. En la primera etapa, que iba muy bien, en un semáforo en la milla 55, se incendió, por culpa de una pérdida de gasolina. Pudimos apagar el incendio, pero la moto tuvo que seguir el resto del camino en la grúa.
Reparamos los daños, nueva instalación eléctrica, etc, pero el carburador del calentón se quedó gripado y debilitado, intentamos desmontarlo y se rompió, así que nos prestaron un carburador, pero solo lo pudimos usar dos etapas, pues lo tuvimos que devolver a su dueño, al hacerle falta. Intentamos localizar otro carburador, pero fue imposible. Después de la etapa 8ª tuvo que retirarse.

Un poco de historia

Motorcycle Cannonball es una carrera de resistencia para motos antiguas y sus pilotos. Se trata de reproducir y conmemorar las hazañas de Erwin George «Cannon Ball» Baker. Esta era la tercera edición. Las anteriores: 2010, para motos antes de 1916 y 2012 para motos antes de 1930. Esta es para motos antes de 1937, dividida en tres categorías: I de 500 a 700 cc, II de 700 a 1000 cc, III 1000 cc. Nosotros participamos dos motos en categoría II (Harley-Davidson) y una en categoría III (Indian). De todas las ediciones esta es la más dura, es la que tiene el recorrido más largo (6.800 km) y duro, tanto como para subir 3 veces las Rocosas, alcanzando con estos cacharros la altitud de 3.800 m. La filosofía de la carrera, es: el piloto debe ser autónomo con la moto, desde que sale hasta que llega. No puede recibir asistencia o ayuda y se debe valer por sus medios y reparar las roturas en carretera sin recibir ayuda.

El recorrido de cada etapa es secreto hasta la noche anterior, que dan el roadbook, así, cada día el piloto se enfrenta a un recorrido nuevo, distinto, normalmente por carreteras secundarias, con pocas gasolineras, pueblos, etc. Se disponen controles secretos, con objeto de verificar que la moto pasa por las carreteras señaladas. En caso de perderte un control, es penalizado. Hay una hora de salida y una hora de llegada para cada categoría, y los atrasos en la salida o llegada también se penalizan.

Cada milla recorrida es un punto, gana el conjunto piloto/moto con más puntos. A igualdad de puntos, prima antigüedad de la moto y si persiste el empate gana el piloto mayor. Como hay tres categorías, el ganador absoluto, a igualdad de puntos, es la categoría inferior. El recorrido consta de 16 etapas -de entre 400 a 530 kilómetros- con una media de 10 horas en moto y un día de descanso. Hay dos camiones escoba para 30 motos aproximadamente. Los coches de asistencia de los equipos van por otra carretera.

El nivel de preparación de los equipos es impresionante, con pilotos que cuentan con 3-4 mecánicos para su moto, con auténticos remoques-taller dotados con equipamiento, útiles y herramientas que ya quisieran muchos talleres en España. Algunos contaban con torno, fresa, rectificadoras, soldadura de todo tipo, motores completos de repuesto, cajas de cambio, etc. Los españoles solo llevábamos una caja de herramientas y quedamos impresionados por el nivel de equipamiento. Además nosotros pilotábamos y reparamos.

Ruta

La edición de este año ha sido espectacular. La han llamado la Ruta Escénica, pasando por climas de todos los tipos (de 40 a -10º C), del nivel del mar a 4.000 m. de altitud. De desiertos, a bosques, alta montaña, marismas, lagos… ¡espectacular! Pasando por ejemplo por el desierto del Moab, el National Forest Park, el Rainer National Park, el Lago salado de Bonneville en Utah (donde se han cubierto todos los récords de velocidad del mundo), las playas de Daytona Beach, las montañas rocosas, pasando por la ciudad de más altitud de EE.UU, Leadville 3.100 m. En total participamos 100 corredores de: Polonia 2, Alemania 2, Inglaterra 3, Francia 2, Irlanda 1, Suráfrica 2, Japón 1, Italia 4, Canadá 3, EE.UU 80.

Lo primero que impresiona de la Cannonball, es su gente, gente curtida en muchos viajes en motos, auténticos amantes de las motos, de la mecánica, de la historia, etc. No es un viaje de placer, muchas horas montadas en moto, muchas horas reparando y pocas horas de sueño. Es probablemente la carrera de este tipo en la que puedes estar más cansado, dormir menos, llevarte gigantescos disgustos, pero aun así es tremendamente satisfactoria.

Son gente que enseguida te reciben como si fueras un primo lejano, tu familia y así te lo hacen ver, ofreciéndote toda su ayuda y medios, ya que los españoles íbamos con muy pocos medios, solo una caja de herramientas y algunos repuestos. De hecho, hemos trabajado mucho tiempo, en los talleres de varios corredores, como Carson Team, Doug Feinsod Team, VL 95 Team, que al final han sido nuestros amigos y compañeros de ruta. Todos encantadores y gente maravillosa. Hay mucha solidaridad, camaradería y buen rollo. Lo más problemático para nosotros ha sido la preparación, el transporte y la fiabilidad de las motos, ya que dos no han dado buen resultado.

Paisajes y ambiente increíbles

Respecto a la ruta y carrera en sí, EE.UU es espectacular para andar en moto, tiene unos paisajes increíbles, ciudades pequeñitas de ladrillo rojo, campos inmensos de cualquier cosa, hemos cruzado campos de centenas de kilómetros de manzanas, lúpulo, maíz, patata, frutas, trigo, etc, bosques de árboles gigantes, ríos caudalosos, ríos espectaculares como el Missisipi o el Colorado, lagos y praderas, desiertos de película del Oeste, aldeas de nativos americanos, etc. Un placer para los sentidos, montar en moto en estos parajes.

Una etapa normal era salida a las 7:30 h, paradas cada 90-100 millas para echar gasolina y estirar las piernas. Parada sobre las 12 h para comer algo y seguir hasta las 5.00-5.30 h la llegada. Siempre la llegada es al local de un patrocinador, normalmente un concesionario Harley, aunque también hemos tenido pueblos (Cape Giradeau, Leadville, Graham County) y artistas (estudios de Dave Ulh y Jeff Decker). Una vez en la meta, cenamos y dejamos las motos expuestas hasta las 6.00-7.00, entonces llegada al hotel y a ponerte a trabajar en la moto, para el día siguiente. Muchos días terminábamos a las tres de la mañana, sobre todo al principio, intentando arreglar las Harley. Además el mantenimiento normal: cambios de aceite, limpieza de filtros, bujía, tensar cadenas, etc.

Ha habido en la carrera incidentes de todo los tipos, motos que han roto el motor 3 veces, se han roto cárteres, cajas de cambio, embrague, ha ardido completamente una moto. Varios accidentados, sin consecuencias graves. El recorrido completo (el total de millas), solo los han hecho 25 motos, una de ellas la mía, la Indian, que a la postre se ha portado muy bien y no ha padecido roturas. Salvo el mantenimiento normal, esta moto no ha dado prácticamente trabajo, al contrario de las Harley, que tuvieron que retirarse ambas.

Hemos visto en moto cosas que jamás hemos visto antes (llevo en moto desde los 16) como hervir el aceite, hervir la gasolina, el motor tan caliente que te crees que se va a fundir (220 º C), niebla y lluvia a reventar, de no ver nada y lo que menos importaba era el frío y el agua. Lo más importante, era no salirte de la carretera. Hemos vivido la admiración, la amistad y la solidaridad de la gente. Al ser el recorrido secreto, los moteros se repartían las carreteras para localizarnos y si alguno/s te encontraba, se enganchaba a ti, a distancia prudencial para no estorbarte y seguía la etapa contigo.

Había muchos seguidores, tanto al lado de las carreteras como en moto. Si parabas para echar gasolina, querían pagártela, te pedían fotografiarse contigo, te invitaban a comer, llevaban herramientas para prestártelas. Nunca te faltaba una mano para dar una racha. En definitiva, una afición increíble. Jamás hemos visto algo así de afición. En los pueblos, cuando pasas, te aplauden y te dicen piropos. Al ver la bandera española en la moto te daban las gracias por venir de tan lejos para correr. Te sientes reconocido por tanto esfuerzo y es muy emocionante. Realmente unos aficionados muy diferentes a lo que estamos acostumbrados.

Una experiencia extremadamente dura, pero tremendamente satisfactoria, en la que, por primera vez, han participado tres corredores españoles. De esta experiencia nos quedan grandes amistades, excelentes vivencias y una conclusión: la Cannonball es muy dura, se duerme muy poco, no hay tiempo para nada, es muy caro, pero te queda una magnífica vivencia, satisfacción y felicidad.

Muchas gracias a mis compañeros de ruta, a todos los que nos han acompañado, ayudado y apoyado.