Turismo: Gredos en Indian

Si hay una zona en el centro de la Península Ibérica que sirva de auténtico reclamo para el motorista, especialmente si es dado a disfrutar de tramos virados, esa es la Sierra de Gredos. Un interminable mar de curvas nos espera a modo de paraíso terrenal…

Luis López Fotos: Jaime de Diego

Turismo: Gredos en Indian
Turismo: Gredos en Indian

La orografía nacional es, en esencia, un inmenso paraíso en el que confluyen una extensa amalgama de entornos, climas, paisajes y gentes. Lo cierto es que la ruta que te proponemos este mes aglutina un poco de toda esa riqueza: ríos y pantanos que refrescan el ambiente, montaña serrana en su más pura esencia, dos provincias como Madrid y Ávila como protagonistas y, cómo no, un inmenso mar de curvas que satisfará a los pilotos más exigentes.

Así, comenzamos en las postrimerías de la Sierra de Gredos, donde la bella localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias nos da la bienvenida y, al tiempo, pondrá el broche final a nuestra llegada después de un recorrido intenso como pocos.Te decía que visitaríamos dos provincias, sobre todo pensando en una ruta en cierto modo ''contenida'' por no cubrir la longitud total de Gredos hasta Cáceres o Salamanca, pero en realidad de Madrid poco vamos a disfrutar, ya que a escasos kilómetros de abandonar San Martín nos adentramos en Ávila circulando por la M-501, la conocida como ''carretera de los pantanos'', que pasa a denominarse CL-501 pasado el Cerro Guisando.

Con la presencia cada vez más cercana de la Sierra de Gredos, pasamos por Sotillo de la Adrada y Piedralaves, una localidad enclavada entre alcornoques, pinos, castaños y robles que reclama su protagonismo a través de sus viejas tradiciones y casas de piedra centenarias. Una joya enclavada en pleno Valle del Tiétar. Todavía flirteando con el límite provincial de Toledo, nos aproximamos a Casavieja después de cambiar de carretera abordando la AV-901. El trazado se estrecha y las curvas son cada vez más tortuosas, especialmente a partir de Mijares, donde el Puerto que lleva el mismo nombre se nos presenta majestuoso mientras ganamos altura.

Así, los 1.570 metros de altitud nos dan una visión privilegiada de la Sierra de Gredos. En realidad, no hemos cubierto muchos kilómetros, pero lo cierto es que la intensidad de la ruta, con un trazado serpenteante a más no poder, nos incita a disfrutar del mismo no sin ausencia de trabajo físico… que se recompensa con una sonrisa de oreja a oreja dentro del casco. ¡Qué divertido resulta a los mandos de la Indian! Placer y diversión se unen al manillar de la Roadmaster, demostrando ser perfectamente compatibles.

Vuelta a la montaña

Si el hambre aprieta, merece la pena acercarse a Burgohondo para ''apretarse'' uno de los platos combinados especiales para motoristas que nos tienen preparados en Islemm, ¿o prefieres su ''menú anticrisis'' Comida casera en cualquier caso. Pero si todavía necesitas una ración extra de curvas, agárrate porque todavía nos quedan más ''platos fuertes''. Así, enlazamos con la AV-913 hacia Navarrevisca para descubrir la otra cara de la montaña. Nos espera el Puerto de Serranillos, que casi calca el de Mijares en altura y características del asfalto, de estado cambiante pero no demasiado degradado en las peores secciones. La Roadmaster baila de lado a lado mientras el paisaje serrano inunda nuestras vistas. Merece la pena detenerse en algunos de los miradores que encontramos a nuestro paso para llevarse un recuerdo del entorno. Lástima que la belleza del silencio entre montañas y matorrales no se refleje en la cámara de Jaime de Diego…

Una vez pasado Pedro Bernardo perdemos de nuevo altura para acercarnos, enlazando con la conocida CL-501, con Arenas de San Pedro, donde legados como el Convento de San Agustín o el castillo de Don Álvaro de Luna sugieren una interesante visita. Pero si de castillos hablamos, el de Montbeltrán, a los pies del Puerto del Pico, nos asalta a la vista mientras dejamos atrás Arenas. La carretera es más ancha que en los puertos anteriores; no en vano, circulamos por la N-502 que une Talavera de la Reina con Ávila. Pero si tienes suerte y salvas el tráfico lento, con camiones de reparto y largos tráiler subiendo el puerto en marchas cortas, disfrutarás como nadie de sus enlazadas, revueltas de segunda y, si te da tiempo, de la curiosa presencia de la calzada romana, claramente visible desde la carretera en ciertos tramos del recorrido.

Cara norte

Una ligera bajada tras coronar el Puerto del Pico nos acerca al desvío hacia Hoyo del Espino. Si tu físico ha aguantado hasta aquí es que estás en forma; la Indian también, así que no pensamos en detenernos, adentrándonos por la AV-941 en busca de una nueva ración de curvas sobre asfalto impecable. Ahora es más estrecho y con menos tráfico. ¡Perfecto! Al llegar a Hoyos, merece la pena acercarse a la Plataforma de Gredos, punto neurálgico de la sierra e inicio natural a la subida de la misma a través de las rutas practicables a pie. Volvemos sobre nuestros pasos para enlazar de nuevo con la N-502 por Cepeda la Mora.

Un trazado más tranquilo nos da tregua para encarar la fiesta final, disfrutando de la AV-905 por Hoyocasero y Navalosa hasta Burgohondo. Si la ''parada y fonda'' es necesaria te recuerdo la recomendación anterior, y si lo que buscas es ''rematar la faena'', seguiremos hasta Navaluenga a los pies del embalse de Burguillo, donde las vistas del entorno y lo revirado del asfalto rivalizan en protagonismo. La Nacional de Ávila nos conduce hacia el El Tiemblo, salvando el río Alberche y dejando a la derecha el Valle de Iruelas. Los famosos Toros de Guisando nos avisan de la cercanía de San Martín, donde todavía no seremos conscientes de los efectos colaterales que sobrevendrán a tu musculatura en 24 horas…

No te puedes perder

San Martín de ValdeIglesias: Uno de los reclamos de San Martín de Valdeiglesias lo encontramos en su fortaleza. El denominado Castillo de la Coracera, recientemente remodelado, data del siglo XV y puedes visitarlo de viernes a domingo.

Castillo de Mombeltrán: Junto con el de San Martín, otro de los castillos majestuosos de la ruta lo encontramos justo a la entrada de Mombeltrán, en plena subida hacia el Puerto del Pico, auténtico punto neurálgico de una ruta plagada de curvas.

Plataforma de Gredos: La carretera que nos lleva a la Plataforma de Gredos se sitúa justo a la salida de Hoyos del Espino. La cabra montesa de la imagen, referente de la fauna autóctona, nos da la bienvenida justo en el desvío que has de tomar.

Playas naturales de Navaluenga: El puente románico de Navaluenga acompaña a las preciosas playas naturales situadas a los márgenes del Alberche, sobre vastas praderas que dan cobertura a cientos de bañistas cada verano.

Muy aconsejable la casa rural El Milano Real, situada en Hoyo del Espino. Como se observa en la fotografía superior, el ambiente acogedor y cálido es inmejorable. Un rincón que encontramos gracias a Rusticae.

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