Avalada por la exitosa comercialización de sus enduros 2T, Gas Gas aumentó su gama con un modelo 4T. La marca desarrolló a finales de los noventa su propia mecánica dotada de inyección electrónica -una de las primeras enduros en montarla de serie-. Pero la fase de desarrollo se alargó mucho y no fue hasta 2002 cuando puso a la venta su FSE (Four Stroke Enducross) en versión de 400 c.c. En 2003 llegaría la variante 450 incorporando en 2006 también una 500 –denominación comercial 515-. Por cierto que en 2007 se cambiaron las siglas de su nombre a las de FSR (Four Stroke Racing).
No ha tenido un camino de rosas la EC 4T. El concepto era bueno en sus inicios pero la tardanza en producirla junto a una comprometida fiabilidad han marcado a una enduro que ofrece un óptimo comportamiento. Ponerla en marcha no resultaba fácil. A botón el motor arranca bien, caprichosa a veces, pero a palanca resulta casi imposible. En las pistas y zonas abiertas resulta una mecánica ideal. No tiene un primer golpe de gas muy deportivo, ni que asuste, pero tracciona muy bien, y luego, de medio régimen hacia arriba responde con más rabia.
Es un motor que basa su empuje en la fortaleza a bajas vueltas que luego mantiene hasta el corte de encendido -a diez mil revoluciones-. El 450 es un propulsor con recursos, elástico, que trialea muy bien con un cambio bien escalonado en sus seis marchas. Eso sí el tacto es duro, tiene mucho recorrido y no engrana bien el punto muerto -necesario para arrancar pues con marcha metida le cuesta-. Satisfactorio trabajo el del embrague, pudiendo manejarlo con un dedo. El chasis Gas Gas rezuma estabilidad, transmite confianza, pisa con solidez, dibuja bien las curvas… Sensacional para pistas mientras que en espacios lentos el alto peso sale a relucir. Con sus 120 kilos, en vacío, la agilidad está condicionada. En pista se aprecia el peso algo en las frenadas pero en trialeras sí que se nota que la EC pesa.
En la suspensión el material original tiene tacto, y aporta solidez a la moto junto a comodidad y absorción. Rodando deprisa muestra falta de más precisión y rigidez. Ninguna objeción a los frenos Nissin perfectos en su respuesta.
BAJO PRECIO
Como hemos comentado, la fiabilidad, sobre todo en los primeros modelos, no era su punto fuerte, sobre todo en componentes como válvulas, culata, cigüeñal, cambio, bomba de agua, sistema eléctrico... La parte ciclo sí que es más sólida gracias también a la monta de buenos elementos como llantas DID, neumáticos Michelin... Los plásticos eran un poco endebles y hay que vigilar el estado de los rodamientos -su mantenimiento y engrase-.
Coleccionistas aparte os puede interesar tener una Gas Gas 450 porque su precio usado es de derribo (en torno a los 2.000 euros) y como montura campera para dar paseos sigue teniendo mucha utilidad.