Gregg Hansford, un australiano antidivo

Gregg Hansford fue uno de los mejores pilotos que ha dado Australia, pero diversas circunstancias impidieron que pudiera llegar a triunfar en el Mundial de Velocidad. Su trágica pérdida en una competición automovilística, acrecentó aún más su extraordinaria leyenda.

Motociclismo

Gregg Hansford, un australiano antidivo
Gregg Hansford, un australiano antidivo

Hansford fue uno de esos talentos innatos que hacía todo con una naturalidad difícil de encontrar. Su imagen impresionante, alto, rubio y atractivo, con buena planta y un carácter noble y apacible, le hicieron fácilmente distinguible dentro del "paddock"; pero Hansford nunca llegó a ser una superestrella. Él encajaba más bien en el rol del "antidivo", aunque su personalidad se transformaba una vez que salía a pista.

Desde muy joven se inició en las carreras de motos, y en general siempre se sintió atraído por el mundo del motor. Empezó a correr en 1971, con 19 años, y enseguida se hizo un hueco en las competiciones de gran cilindrada en Australia. Fue contemporáneo de algunos reconocidos nombres de la época, como Warren Willing, destacado piloto de los '70 que ganó fama posteriormente como técnico en el Team Roberts y en KTM. Hansford, Willing y Toombs formaron una amigable cuadrilla que compartían sus aventuras en las carreras y rivalizaban en cada pista por la victoria.

En 1973 Hansford ganó su primer título australiano, al conseguir la victoria en la categoría "Unlimited" -que venía a ser algo así como "Fuerza Libre" en España, una categoría en la que se podía correr con cualquier tipo de moto, sin límites-. Hansford corría con una Kawasaki H2R, una tricilíndrica "dos tiempos" de aire, de 750 cc, con la que la marca japonesa tuvo notable éxito en Estados Unidos y Australia. Ese resultado le animó a probar con la aventura americana, y junto a Willing y Toombs viajó a Daytona para correr las 200 Millas, con una Yamaha TZ 700. Esa temporada no fue nada fácil, pero siguió logrando buenos resultados, e incluso decidió abrir su propio negocio, una tienda de motos. Las cosas le llegaron rodadas, y poco después de poner en marcha su tienda, ésta pasó a un segundo plano porque recibió una oferta de Kawasaki para ser piloto oficial de la marca.

Kawasaki marcaría su vida deportiva. En 1976, a lomos de la nueva KR 750, se hizo con su tercera corona australiana, en dura pugna con Murray Sayle, que no tardaría en iniciar la aventura mundialista en las categorías intermedias como piloto privado. Mientras, Hansford seguía los planes trazados por Kawasaki para él, corriendo en Australia, y también en Nueva Zelanda, donde disputó las Marlboro Series, el campeonato invernal que se desarrollaba en las antípodas. Hansford corrió el campeonato 1975/1976 y 1977/1978, siempre con la KR 750; pero en gracias a su victoria a lomos de una de las nuevas KR 250 en Nueva Zelanda, frente a motos superiores, Kawasaki vio en él al compañero ideal para Kork Ballington, que iba a ser el líder de su equipo en el Mundial de 250 y 350 en 1978.

Fue la gran oportunidad de Hansford, porque las nuevas KR 250 y 350 eran unas motos muy competitivas, la única montura desarrollada directamente por una fábrica japonesa en aquellos años, donde las parrillas se componían, en su inmensa mayoría, de un enjambre de Yamaha TZ privadas. Hansford tenía un inconveniente: su talla. Con más de 180 cm de altura, le sobraban brazos y piernas por todos lados, pero aún así se las apañó para destacar. Durante las temporadas 1978 y 1979 formó un tándem extraordinario junto a Ballington. El sudafricano logró ganar los títulos de 250 y 350 en ambos años, y Hansford fue subcampeón en 250 y tercero en 350 en las dos campañas. En 1978 llegó a ganar siete Grandes Premios, y llegó hasta final de año disputándole el título de 250 a Ballington, pero no pudo con él; y en 1979, no sin pocos problemas, sumó tres triunfos más y repitió clasificación.


Al mismo tiempo que corría en los Grandes Premios, Hansford disputó algunas pruebas del Mundial de 750 entre 1977 y 1979, siempre con la KR 750, llegando a ganar un par de pruebas, en Mosport (Canadá) y Nogaro (Francia), pero sin continuidad en el campeonato. El Mundial de 750 fue secundario, y una vez que se iniciaba la temporada de Grandes Premios, Hansford dejaba a un lado la KR 750.

La temporada 1979 fue compleja. A pesar de los buenos resultados, Hansford no tenía claro su futuro en Kawasaki visto que siempre tenía por delante a Ballington. La última mitad de la temporada llegó a ser confusa. La amenaza de las World Series, el campeonato paralelo inspirado por Kenny Roberts en respuesta a los abusos de la FIM (Federación Internacional), hizo que muchos pilotos se cuestionaran su continuidad en los Grandes Premios. Hansford fue uno de ellos. Pese a que Yamaha le ofrecía un contrato para correr el Mundial de 500, Hansford fue uno de los 41 firmantes que aparecía en la lista que ofreció Barry Coleman, representante de Roberts, en una rueda de prensa realizada en diciembre de 1979 en Londres.

Fueron semanas de conversaciones y negociaciones, y al final el proyecto de las World Series se vio frustrado por diversas presiones: federación, fabricantes, circuitos, patrocinadores... Al final, de un modo indirecto, se consiguió que la FIM mejorara las condiciones económicas de los pilotos, y también un leve incremento de la seguridad, aunque se siguiera corriendo en lugares como Imatra, Salzburgring... De aquellos rebeldes que firmaron por las World Series, sólo dos se quedaron sin equipo para 1980: Virginio Ferrari y el propio Hansford. Ver al australiano sin trabajo fue una pesada losa en la conciencia de Roberts, que siempre lamentó esa situación.

Pero Hansford no se quedó parado. Siguió corriendo en Australia con sus KR 250 y 350, y logró un notable éxito en el GP de Bathurst, ganando las carreras de 250 y 350, y terminando segundo en 500 con la KR 350. Además, también fue segundo en las 8 Horas de Suzuka haciendo equipo con Eddie Lawson sobre una Kawasaki Z 1000.

Kawasaki no se olvidó de él. Le ofreció una KR 350 oficial para el Gran Premio de Alemania, la última carrera del año, que se disputaba en el largo y peligroso Nürburgring. Anton Mang se jugaba el título ante Jon Ekerold y su Bimota-Yamaha, y Kawasaki pidió el apoyo de Hansford. Ekerold y Mang llegaban a Alemania empatados a puntos, así que el que quedara por delante del otro sería campeón, y la fábrica verde quiso contar con el concurso de Hansford para que se interpusiera entre ambos. Pero Ekerold estuvo intratable, ganó con autoridad y Mang fue segundo, mientras que Hansford terminó quinto.

Se le volvió a ver en acción en 1981, a lomos de la nueva KR 500, aunque ése fue un año difícil. Sin duda, el peor de su carrera deportiva. Hansford se lesionó en las 200 Millas de Imola, antes del inicio del Mundial, y pese a estar inscrito en diversas carreras no llegó a competir hasta el Gran Premio de Holanda, a mitad de campaña, donde sólo pudo ser 14º. Después llegó la carrera de Bélgica, y en Spa sufrió una grave caída que le apartó definitivamente del motociclismo.

Tras el accidente y una vez recuperado de las lesiones, Hansford no tardó en competir en coches, tal como había hecho en alguna ocasión, cuando compaginó las dos especialidades antes de participar en el Mundial de Motociclismo. Hansford se centró en las disputadas competiciones de turismos que se realizaban en Australia, con potentes coches de dos litros y motores V-8. Durante una década consiguió importantes victorias en Oran Park, Sandown, y Bathurst, el mítico circuito australiano donde escribió buena parte de su leyenda.

En 1995 disputaba el campeonato australiano Supertouring, y fue en la carrera de Phillip Island donde se produjo su fatídico desenlace: el Ford Mondeo de Hansford derrapó en la primera curva, el coche hizo un trompo, chocó contra la barrera de neumáticos, rebotó y regresó a la pista, donde fue embestido por el Peugeot 405 de Mark Adderton, a 200 km/h. El impacto brutal acabó con la vida de Hansford casi al instante. El accidente hizo que se incrementaran las medidas de seguridad en los turismos de competición, incluyendo barras laterales de protección en las puertas.

El deporte australiano quedó conmocionado con la pérdida de Hansford. Años después, sus hijos Rhys y Ryan también han comenzado su carrera en el automovilismo, con excelentes perspectivas para Rhys, que brilló en su etapa de karting y ahora participa en el campeonato de superturismos.

En 2005, al cumplirse diez años de su muerte, el Nacional Motor Racing Museum le rindió homenaje al conseguir reunir cinco de las motos utilizadas por él en su carrera deportiva: sus Kawasaki H2R, KR 750, KR 250 y KR 350, así como su Yamaha TZ 700. Gregg Hansford quedará en la memoria de todos como un piloto que pudo ser campeón del mundo, pero que tuvo que jugar un papel, inmerecido, como secundario.

BIOGRAFÍA

Nacido en Australia, el 4 de abril de 1952, falleció en Phillip Island el 5 de marzo de 1995, en un accidente durante una prueba del Campeonato Supertouring Australiano.

PALMARÉS

1978 Subcampeón del mundo 250 (Kawasaki)/ 3º Mundial 350 (Kawasaki).
1979 Subcampeón del mundo 250 (Kawasaki)/ 3º Mundial 350 (Kawasaki).
10 victorias en GP (250 y 350 cc).
2 victorias en el Mundial de 750.
4 títulos australianos Unlimited.