Jorge Lorenzo se ha ido con un cero del Gran Premio de Qatar que abre el Mundial de MotoGP 2018, pero en cierta forma ha tenido suerte en la carrera ganada por su compañero Andrea Dovizioso ante Marc Márquez. Ha tenido suerte porque tuvo que tirarse de la moto al quedarse sin frenos, pero le sucedió en un punto en el que se rueda a 140 km/h y no en la frenada de final de meta a más de 300, lo que hubiera sido mucho más peligroso.
Pero no empezó ahí: los problemas de frenos llegaron desde el principio de carrera, tal y como ha relatado el propio piloto: “Básicamente desde la segunda vuelta, cuando llegaba a final de recta, la leva del freno delantero se me acercaba desde la segunda parte de la frenada. No entendía muy bien por qué, si estaba sobre calentando el freno de delante o qué. Después hemos descubierto que no, que la temperatura era la misma de todo el fin de semana”, relata el de Ducati, que trataba de improvisar soluciones sobre la marcha: “Intentaba frenar muy poco con el de delante y mucho con el de detrás para tratar de alargar ese empeoramiento del freno”, afirma.
Sin embargo, ha llegado un punto en el que el problema se ha vuelto insalvable: “En la vuelta que me he caído, ya en la primera curva me tocaba los frenos la leva, y al llegar a la cuarta curva, la primera parte de la frenada ha estado bien, pero en la segunda me he quedado completamente sin frenos”, comenta el balear, que ha tenido que tomar una decisión drástica en cuestión de segundos:
“Me iba muy rápido contra el muro, he intentado bloquear de atrás, y cuando veía que iba a impactar con el muro me he tirado de la moto”, asegura. “Ha sido un fin de semana extraño, porque ha sido la primera vez que me sucede una cosa así y ha sido un fin de semana muy complicado porque me han sucedido muchas cosas. Y el remate ha sido la carrera”, se lamenta Lorenzo, si bien es consciente de que podría haber sido muchísimo peor:
“Suerte porque físicamente no me he hecho nada y si me hubiese pasado donde me tenía que haber pasado, que es en la primera frenada, a 300 por hora, hubiese cambiado un poco la historia”, concede.
Antes de eso, no se había planteado retirarse porque se veía capaz de controlar la situación: “No, no, porque frenando menos más o menos salvaba situación, aunque fuese in extremis, y estaba mejorando mi posición. Estaba yendo más rápido en las últimas vueltas que los de delante y les estaba alcanzando, así que no podía parar. Claro, yo no pensaba que me iba a quedar sin frenos”, admite el español.
La explicación de lo sucedido llegó después de carrera, pero todavía desconocen la causa primaria del problema: “Cuando la moto ha regresado al box han visto que sólo tenía una pastilla de freno y han ido a la curva a ver si encontraban la otra y la han encontrado. Pero en estos momentos no sabemos qué ha sido o de quién ha sido la culpa o qué ha sucedido”, confiesa.
Pese a su visible malestar por lo sucedido, con problemas eléctricos durante el fin de semana y el incidente de los frenos en carrera, no ha querido criticar a su equipo ni a su marca: “No sé por qué me preguntáis eso, no te puedo contestar a esa pregunta. Confío en Ducati, no pueden pasar estas cosas, eso sí que es cierto, la gasolina, la electrónica… Ellos son los primeros interesados en que no sucedan. Supongo que intentarán que esos problemas de fiabilidad sucedan lo menos posible”, augura el mallorquín.
Dejando de lado todos los incidentes que han afeado su fin de semana, la realidad es que se lleva sensaciones positivas con su Desmosedici, viéndose incluso con opciones de ganar: “Como dije ayer, hoy era todo posible y tal como iba y cómo iba recuperando, incluso la victoria no era imposible, estoy seguro de que hubiera llegado en pocas vueltas al grupo porque estaba yendo más rápido y cada vez me encontraba más cómodo con el depósito vacío y entendiendo más la moto, pero por el tema del freno no he podido terminar la carrera y, además, hasta el momento de la caída también me veía perjudicado porque perdía un par de décimas en la primera curva en cada vuelta, lo que hubiese hecho que llegase al grupo mucho antes”, afirma.
Finalmente, achaca su mala salida a su máquina: “La moto 2018 tiende a levantarse porque tiene un chasis diferente y es mucho más complicado tener la rueda en el suelo”, concluye.