LAS OTRAS LEYENDAS DE MOTOGP (1/4): EL CLUB DE LOS TETRACAMPEONES
LAS OTRAS LEYENDAS DE MOTOGP (2/4): LOS PRIMEROS REYES DE 500cc
En la tercera entrega de ‘Las otras leyendas de MotoGP’, donde intentamos recordar a aquellos olvidados por el Hall of Fame oficial: las MotoGP Legends, que en los próximos meses se verá aumentado hasta las 26 unidades con las inclusiones de dos campeones de 500cc: Marco Lucchinelli y Kenny Roberts Jr.
En la primera parte, nos centramos en aquellos pilotos con mayor número de títulos que no son leyendas oficiales. Dado que están todos los que tienen cinco títulos, recordamos a los integrantes de ‘El club de los tetracampeones’.
En el segundo capítulo, viajamos hasta la primera época del mundial de motociclismo para recuperar las figuras de los únicos cuatro pilotos campeones de la clase reina sin el reconocimiento de leyendas: ‘Los primeros reyes de 500cc’.
En esta tercera parte, vamos con un puñado de pilotos que en algún momento se han proclamado campeones del mundo en las categorías pequeñas, pero que por su trayectoria tienen un nombre propio en la historia.
PEQUEÑOS CAMPEONES INOLVIDABLES
Dicen que todos los años hay un campeón, pero no un gran campeón. Aunque la frase pueda sonar contundente, es una realidad que el valor abstracto de todos los títulos es diferente: la forma en la que han sido conseguidos, la calidad de los rivales, el nivel de dominio o la inferioridad mecánica son variables que pueden hacer un éxito más meritorio.
En este sentido, y dado que en la lista de las MotoGP Legends hay incluidos pilotos que se ganaron su hueco en el olimpo en las categorías inferiores –Ángel Nieto, Carlo Ubbiali, Jarno Saarinen, Anton Mang, Daijiro Kato o Marco Simoncelli-, vamos a recordar a otros campeones inolvidables.
La lista podría ser eterna, con pilotos emblemáticos como Luigi Taveri, Pier Paolo Bianchi, Eugenio Lazzarini, Werner Haas, Hans Georg Anscheidt, Bill Lomas, Bruno Ruffo, Tarquinio Provini, Carlos Lavado, Kent Andersson, Fausto Gresini, Kazuto Sakata, Johnny Cecotto, Tetsuya Harada y un etcétera casi infinito.
Pero hemos seleccionado a ocho pilotos, campeones de las categorías ‘pequeñas’, con algo especial que les ha convertido en absolutamente inolvidables:
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LUCA CADALORA
El italiano Luca Cadalora fue uno de los grandes animadores de la categoría reina del mundial en los años noventa, pero antes de llegar al medio litro ya se había convertido en tricampeón del mundo. Su primer título llegó en 1986 con Garelli, en su tercera temporada en 125cc, lo que le valió el salto de categoría de la mano del Marlboro Yamaha.
En 250cc fue progresando con la marca de Iwata, donde permaneció cuatro temporadas mejorando sus prestaciones cada año… hasta que fichó por Rothmans Honda. Allí, las cosas no pudieron salirle mejor, con dos títulos incontestables en 1991 y 1992 que le valieron el salto a 500cc… ¡otra vez con el Marlboro Yamaha!
Quinto en su primer año, fue subcampeón en el siguiente, donde se topó con el inabordable Mick Doohan, al igual que en los dos años siguientes, en los que fue tercero tras los subcampeones Daryl Beattie y Álex Crivillé, respectivamente. Una sustitución en el Roberts Modenas en 2000 fue su última incursión en un mundial en el que logró 34 victorias y 72 podios.
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LORIS CAPIROSSI
La irrupción de Loris Capirossi en el mundial de motociclismo fue abrumadora: campeón de 125cc en su año de debut (1990), refrendó su dominio del octavo de litro al revalidar el título, también con Honda, con la que saltó a 250cc. En su segundo año ya se quedó a las puertas del campeonato, pero lo perdió ante Tetsuya Harada en la última prueba.
La particular venganza llegó cinco años después, en 1998, tras haber saltado a 500cc y haber retornado al cuarto de litro. Allí, Capirossi ganó el título con una de las acciones más polémicas que se recuerdan, al tirar a Harada en la última vuelta. Tras no poder defender su título ante Valentino Rossi, dio el salto definitivo a 500cc en 2000.
Nunca pudo redondear su palmarés con el título más grande de todos, teniendo como mejor resultado los terceros puestos de 2001 en 500cc –tras Rossi y Max Biaggi- y de 2006 en MotoGP –tras Nicky Hayden y el propio Rossi-, colgando el mono a finales de 2011 después de 22 temporadas en el mundial, en las que sumó 29 victorias y la friolera de 99 podios.
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SITO PONS
El español Sito Pons irrumpió tarde en el mundial, pero lo hizo con fuerza y directamente en el cuarto de litro. Tras lograr su primer triunfo con la Kobas en 1984, subió a 500cc con Suzuki en un año que supuso un gran fiasco –aunque significó su unión con Campsa-, con una moto sin desarrollar con la que no pudo hacer gran cosa, así que retornó al dos y medio de la mano de Campsa Honda.
Su periplo allí fue majestuoso: después de ser subcampeón en 1986 por detrás de Carlos Lavado y de ser tercero un año más tarde tras los germanos Anton Mang y Reinhold Roth, enlazó dos títulos en 1988 y 1989 batiendo en primer lugar a su archirrival Joan Garriga, y en el segundo año al propio Roth, saltando al medio litro como bicampeón mundial pese a las reticencias de Honda.
El inicio fue prometedor, con dos quintos puestos y tres sextos en seis carreras… hasta que llegó Rijeka. Una durísima caída se tradujo en once costillas rotas y un pulmón perforado. Volvió motivado, pero al año siguiente una caída en los test le hizo tomar la decisión de dejar la competición y pasar al otro lado del muro, despidiéndose con 15 victorias y 41 podios.
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RICARDO TORMO
Como tantos otros, la leyenda de Ricardo Tormo no está tanto en lo que fue, sino en lo que pudo llegar a haber sido. Pese a que ya había hecho dos incursiones puntuales previas, desembarcó en el mundial de 50cc en 1977 con Bultaco, la marca con la que conquistó sus dos títulos mundiales.
Ya en su primer año completo acabó tercero, superado por Ángel Nieto y Eugenio Lazzarini; y en 1978 aprovechó que Nieto se centró en 125cc y se quedó como la gran baza de Bultaco, arrasando al propio Lazzarini con cinco victorias y dos segundos puestos en siete carreras para hacerse con el título. Un año de averías y caídas le llevó a cambiar de marcas (Kreidler en 50cc y MBA en 125cc), pero en 1981 vuelve a Bultaco.
Y vuelve para ganar: tras una avería en la primera carrera, desquicia al suizo Stefan Dörflinger ganando las otras seis carreras de la temporada para convertirse en bicampeón. Pese a dos años difíciles, Tormo era un valor en alza, y Derbi le ficha para competir en la nueva categoría de 80cc en 1984. Pero nada más comenzar la temporada, se van a entrenar a un polígono en Martorelles y un coche arrolla al valenciano, acabando con su vida deportiva tras 19 triunfos y 36 podios.
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JON EKEROLD
El sudafricano Jonathan Ekerold estuvo casi una década siendo parte del mundial de motociclismo, y si bien la historia siempre le ha situado a la sombra de su compatriota Kork Ballington, también tiene un lugar privilegiado en la historia de las dos ruedas por haber sido capaz de desafiar (y ganar) a una fábrica siendo un piloto privado.
Jon llevaba un lustro disputando los campeonatos de 250cc y 350cc con Yamaha, ganando alguna carrera suelta y finalizando tercero en 350cc en 1977, por detrás de Takazumi Katayama y Tom Herron; pero su año mágico llegaría en 1980, cuando se centraría en la categoría de 350cc, compitiendo con un motor de auto-modificado Yamaha TZ350 en un chasis Bimota.
Tres puntos le bastaron para batir al todopoderoso Anton Mang y su Kawasaki para lograr un título histórico, que intentó repetir al año siguiente. Sin embargo, se lesionó y la corona fue para Mang, con Ekerold subcampeón pese a perderse casi media temporada. Saltó a 500cc con Cagiva pero la unión no fructificó, y se despidió del mundial en 1983 con siete victorias y 19 podios.
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CHRISTIAN SARRON
Siempre con Yamaha, el francés Christian Sarron llegó al mundial en 1976, y pese a lograr su primera victoria un año después, no comenzó a deslumbrar hasta 1983, cuando fue subcampeón de 250cc por detrás de Carlos Lavado; para imponerse un año después al alemán Manfred Herweh y al propio Lavado.
Con el título bajo el brazo saltó al medio litro, donde estuvo durante seis temporadas llegando a ganar y convirtiéndose en asiduo al cajón. Ya en su primer año acabó tercero en la clasificación general por detrás de Freddie Spencer y Eddie Lawson, posición que repitió en 1989 tras Lawson y Wayne Rainey.
Se retiró un año después. En su palmarés aparecen siete victorias y 37 podios; pero sobre todo, la vitola de haber sido durante la segunda mitad de la década la principal alternativa europea al dominio de los pilotos americanos y australianos, evitando que su monopolio fuera absoluto.
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JOHN KOCINSKI
Little John Kocinski estaba llamado a ser el heredero en la línea de sucesión estadounidense a los Eddie Lawson, Wayne Rainey o Kevin Schwantz. Su innato talento y sus tempranos éxitos en el nacional norteamericano le catapultaron al mundial recién cumplidos los 20 años con el Marlboro Yamaha.
En 1989 ya corrió –y ganó- dos carreras en 250cc, y en 1990 lo disputó a tiempo completo. Arrasó sin piedad ante Carlos Cardús y Luca Cadalora, dando el salto a la categoría reina con un equipo de garantías y el futuro abierto de par en par. Sin embargo, y pese a demostrar su gran velocidad, pecó de irregular y acabó cuarto en 1991 y tercero en 1992, tras Rainey y Mick Doohan.
Bajó a 250cc pero a media temporada volvió a saltar al medio litro con Cagiva, volviendo a ser tercero en la general final tras Doohan y Cadalora. Probó suerte en el mundial de Superbike y lo ganó, antes de volver en 1998. Tras dos años infructuosos con Honda, se retiró con 13 victorias y 35 podios en grandes premios.
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BILL IVY
El joven piloto británico Bill Ivy apareció por primera vez en el mundial en 1962 en la prueba de la Isla de Man, de la que fue asiduo hasta su desembarco definitivo en el campeonato en 1966. Despuntó desde un inicio, quedándose a seis puntos de derrotar al suizo Luigi Taveri en 125cc.
Un año después, no tuvo rival en el octavo de litro. Ocho victorias y dos segundos puestos le sirvieron para apabullar a su compatriota Phil Read, siendo además tercero en 250cc, a sólo cuatro puntos de Mike Hailwood y el propio Read. Un año después haría doblete de subcampeonatos, siendo superado por Read en ambas categorías, empatando a puntos en el cuarto de litro, título que perdió al usarse como desempate la suma de los tiempos totales.
Sorprendentemente, Ivy anunció su retirada para competir en la Fórmula 2, pero para financiar dicho proyecto aceptó la oferta de Jawa para competir en 350cc, disputando dos carreras y finalizando segundo en ambas tras Giacomo Agostini. La siguiente carrera era en Alemania del Este, donde Ivy sufrió un grave accidente en los entrenamientos que le costó la vida a los 27 años de edad, con un palmarés de 21 victorias y 42 podios.