Bultaco Streaker 75/125 1977-1979, la última de las estrellas de Bultaco

Tras dos décadas de vida en la que la firma logró éxitos de ventas y deportivos, reconocimiento internacional y un lugar en los corazones de todos los aficionados, a finales de los años 70 se apagó Bultaco, y la Streaker, una gran moto, fue la última de la larga lista de estrellas que compuso la firma catalana.

A mediados de los años 70 Bultaco empezaba a atravesar momentos duros. La crisis del petróleo, la implantación de las motos japonesas de campo en América y la situación política y económica española, habían hecho mella en la empresa. En ese momento la firma decidió volver a desarrollar productos en la vertiente deportiva del mercado nacional de carretera, que tenía bastante abandonado debido al éxito de la exportación de sus modelos de trial, cross y enduro.

Bultaco renovó las Metralla con la aparición de los modelos GT y GTS de 250 cc, pero las cilindradas más bajas necesitaban sangre nueva, ya que las Junior aparecidas a principios de los sesenta estaban desfasadas tanto en su diseño como en su mecánica. La fabrica decidió hacer un diseño nuevo y mucho más actual que cualquiera de la firma, volviendo en cierta forma a sus inicios. Al igual que la primera Bultaco, la Tralla 101 se había convertido en el modelo más deportivo de su tiempo, la nueva moto tenía que seguir sus pasos, distinguiéndose de su competencia, que finalmente sería la Montesa Crono 75 y en menor medida la Derbi Sport.

La Streaker se presentó en el Salón de Barcelona de 1977, cuando la situación económica de la compañía ya era preocupante. Estaba disponible en dos cilindradas 75 cc y 125 cc, las primeras para los jóvenes con el carnet A1 del mercado nacional, y la segunda para la exportación, ya que en resto de Europa los jóvenes de 16 años la podían conducir. En verano las primeras unidades empezaron a venderse con las mismas especificaciones que los prototipos presentados previamente.

El motor era el que ya se montaba en otros modelos de la categoría como la Frontera, ya que el prototipo Mk15, que suponía una nueva generación nunca llegó a estar listo para su fase de fabricación en serie. Aun así, la potencia era suficiente para la moto, porque el resto del conjunto resultaba realmente espectacular.

Lo más notable era en chasis, un multitubular de tubos rectos de pequeño diámetro, formando lo que hoy denominaríamos una estructura de tipo cajón, que en aquella época era algo realmente extraño. Las suspensiones era de buena calidad y ya se montaban llantas de aleación y frenos de discos modernos, provenientes de la industria nacional. La verdad es que las Streaker supusieron un bombazo, por una parte por su diseño, por otra por sus cualidades dinámicas, ya que el chasis era realmente bueno, y finalmente por su fiabilidad. Se trata de una moto realmente deportiva que podía rivalizar con cualquier producto internacional.

Las primeras Streaker, pintadas en color negro, estuvieron en el mercado poco más de un año, siendo sustituidas por una segunda versión fácilmente distinguible por su color blanco, similar al de las motos oficiales de carreras de la marca, pero que escondían más cambios. El motor tenía la misma base, pero con transmisión primaria por engranajes y cambios en las tapas del cárter, que eran más pequeñas y le daban un aspecto nuevo y más moderno. El escape era diferente, con lo que se ganaba algo de potencia. Además el freno delantero tenía la bomba en el manillar, y no en la parte delantera del depósito como en la primera versión, lo que mejoraba su funcionamiento. El faro era cuadrado en vez de redondo, y el asiento diferente en la parte trasera, y con un pequeño colín.

Copa Streaker

En 1979 Bultaco decidió convocar una Copa Monomarca con su Streaker 125, destinada a jóvenes de más de 16 años, que se disputó en tres modalidades diferentes, carreras puras de velocidad, disputadas en los dos circuitos permanentes de aquella época: Jarama y Calafat, además de Alicante, subidas en cuesta y una carrera final de resistencia, que se disputaban los fines de semana de los meses de septiembre y octubre.

El premio final era una Bultaco Metralla GTS. Lo cierto es que la cosecha que formaba la parrilla fue excepcional. El ganador fue Sito Pons, que había logrado su plaza en una prueba del concesionario Taulé en Calafat al que se presentaron 80 aspirantes. La segunda plaza la ocupó Carlos Cardús, y la tercera Jorge Martínez “Aspar”. Los tres lograrían en la siguiente década títulos internacionales, incluyendo los Mundiales de Pons y Aspar.

A pesar del éxito de la convocatoria, la crítica situación económica de Bultaco hizo imposible que se disputase más que esa primera edición. El problema de la Streaker no fue la propia moto, sino la situación de Bultaco, que acabó cerrando en 1979 y convirtiendo a la Streaker en el último modelo de la marca.