Imagina que la moto es tu medio de transporte para ir a trabajar, que es tu única herramienta además de tu factoría de buenos momentos. Ahora intenta imaginar cómo te sentirías si cada vez que la uses para algún trayecto, tuvieras la sensación de que, en cualquier momento, un par de desgraciados se pudieran parar y llevársela bajo la amenaza de darte una paliza. Eso es lo que está ocurriendo en Londres.
Aquí en la península estamos acostumbrados a los robos de motos más o menos populares que, más tarde, son despedazadas para vender por piezas o reconstruidas para montar nuevas motos para vender en otros países con menos controles. En todo caso, los robos se suelen producir de noche y sin violencia, pero en Londres la situación se ha descontrolado en los últimos años. Como os contábamos el año pasado, los robos violentos de motos, a plena luz del día y hasta con el dueño encima de la máquina, se ha convertido en algo habitual. Y lo peor es que han crecido tanto en número como en el nivel de violencia utilizado, habiéndose dado casos ya de ataques con ácido.
En esta atmósfera y ante la incapacidad de los agentes de defender a los usuarios, surgieron movimientos ciudadanos que buscaban tomarse la justicia por su mano y cazar a la típica pareja en maxiscooters que busca víctimas entre el tráfico. Ahora, según informa Motorcycle News, la policía londinense estaría buscando la colaboración del ejército para contener esta lacra que atemoriza a miles de ciudadanos de la ciudad a diario.
Resulta que, a pesar del crecimiento masivo de la urbe británica, el número de agentes desplegados por la policía es el menor en los últimos 33 años. Además, desde 2014 se intenta evitar persecuciones de este tipo por la capital después de que Henry Hicks, un joven de 18 años que había estado en búsqueda y captura en 89 ocasiones, muriera en una de ellas. El caso puso a los cuerpos de seguridad en el foco de atención de los medios y desató un fuerte debate sobre la manera de actuar en estas situaciones. De hecho, los hechos no se esclarecieron hasta un año después tras haber rechazado la versión dada por la policía metropolitana.
Si el apoyo del ejército surtirá efecto está aun por ver pero seguro será una noticia bienvenida por la comunidad motera que ha llegado al punto de tener que aguantar a los ladrones fanfarronear de sus robos en redes sociales.