Arón Canet y Jorge Martín, catedrales y relojes

Píldoras 2017, capítulo 19.

Nacho González

Arón Canet y Jorge Martín, catedrales y relojes
Arón Canet y Jorge Martín, catedrales y relojes

Ha sido un año curioso en Moto3: el hambre y las ganas de comer de Joan Mir apenas han dejado un puñado de migas al resto, sentenciados casi de inicio a pelear por una segunda plaza que poco a poco consolidó un Romano Fenati que parece haber aprendido a encauzar su propio torrente… y que subirá junto a Mir a Moto2, dejando así un vacío en 2018.

Un vacío que no lo es tanto si atendemos a los otros dos pilotos que han logrado dejar ver su luz a la sombra de su compatriota Mir, llegando a eclipsarle en ciertas ocasiones y aspectos. Hablamos del valenciano Arón Canet y el madrileño Jorge Martín, también protagonistas de la temporada en la categoría pequeña. Uno por el dónde y otro por el cuándo.

La temporada de Canet, más que recordarse por ser la de sus tres primeras victorias, lo será por el escenario en el que llegaron las dos primeras. Mientras Mir coleccionaba triunfos hasta embolsarse una decena, el joven valenciano seleccionaba los suyos para salir victorioso en los que seguramente sean los dos decorados más icónicos del calendario actual.

La primera llegó en Jerez, la ‘Catedral del Sur’ a Fenati, Mir y un Marcos Ramírez llevado en volandas por sus vecinos. Era la cuarta carrera y el tercer piloto del año en ganar tras dos de Mir y una de ‘Fenny’. La segunda cuatro carreras después, en Assen: la ‘Catedral del Norte’, venciendo de nuevo a Fenati con John McPhee tercero y Martín cuarto.

Un Martín que empezaba a desesperarse. Había empezado el año con tres podios, siendo la única constante en el cajón de las tres primeras carreras del año. Volvió al cajón en Montmeló donde sólo una prodigiosa última vuelta de Mir evitó su triunfo; y tras perderse dos carreras por lesión, a la vuelta de vacaciones encadenó dos podios más en Austria y Gran Bretaña.

Se le resistía la victoria pero no dejaba de encadenar poles. Tras la primera en Qatar llegarían cinco seguidas entre Jerez y Assen. Después las de Aragón, Australia y Valencia. Y a la novena fue la vencida: llegaba de ser tercero en Australia y segundo en Malasia, y ya en el Ricardo Tormo no perdonó y se estrenó en lo alto del cajón con un triunfo incontestable.

No ha sido fácil brillar a la sombra de Mir y a la penumbra de Fenati, pero ellos dos lo han conseguido, por lo que no es de extrañar que sean los dos favoritos al título el próximo año. Más que por acabar tercero y cuarto de la general, por haber eclipsado al balear, que por momentos de mostraba completamente inabordable.

Canet acertó con el dónde y creció a pasos agigantados al conquistar las dos catedrales mundialistas. Martín se hizo el rey del cuándo al machacar los sábados y convertirse en improvisado coleccionista de relojes. En 2018 no bastarán catedrales y relojes: tendrán que ampliar sus horizontes: uno expandiendo su dominio territorial y el otro trasladando su dominio temporal. ¿Quién lo conseguirá?