En el panorama actual del motociclismo, todos los caminos están trazados. Como en circuitos de Ikea, los pilotos avanzan por las flechas dibujadas en el suelo. Si logras entrar a Moto3 y destacas, te espera Moto2, puente-embudo hacia MotoGP. Los últimos nueve novatos de la clase reina (uno en 2016, cuatro en 2017 y cuatro en 2018) han llegado desde Moto2.
Por otro lado, el WorldSBK. Supersport 300 se ha creado como plataforma de lanzamiento a las categorías superiores, donde Superbike se nutre de Supersport y Superstock. Hasta 2015 estaba también Superstock 600, con rango de europeo y jóvenes talentos destinados a brillar en Superbike. Claro que hay quien burla las flechas predefinidas. El último (y quizás mejor) ejemplo es Franco Morbidelli, campeón de Europa de Superstock 600 en 2013.
No será el primero que llega a MotoGP. De hecho, compartirá pista con el belga Xavier Simeon, que ganó dicha categoría siete años antes (2006); y cerca ha estado de coincidir con el francés Loris Baz (2007). También este año se ha visto al holandés Michael van der Mark, su predecesor (2012); mientras que también pasó por MotoGP el italiano Claudio Corti, primer campeón (2005).
Sin embargo, tanto VD Mark como Baz llegaron a MotoGP desde Superbike. Corti y Simeon sí llegaron desde Moto2, pero uno a rellenar con una CRT y el otro tras una década en Moto2 y por argumentos más pecuniarios que deportivos. Todo lo contrario que Morbidelli, que se presenta en la categoría reina con una hoja de resultados intachable.
El italo-brasileño es el primero que llega por la ruta Superstock 600 – Moto2 – MotoGP. Y, además, el primero que lo hace con un título en el gran campeonato de serie (WorldSBK) y otro en los prototipos (MotoGP). De hecho, es el primer piloto que gana un título en el WorldSBK y después otro en MotoGP. John Kocinski y Max Biaggi lo hicieron, pero al revés.
Su inédito itinerario -recorrido conquistando Europa y el mundo-; y, sobre todo, la rapidez con la que ha ido quemando etapas, es lo que le ha permitido subirse a la MotoGP con sólo 22 años –23 en diciembre-; por los 26 de Johann Zarco y Tito Rabat, los dos anteriores campeones de Moto2 que, además, contaban con la ventaja de proceder de 125cc.
No es en absoluto sencillo tener que desviarse desde tan pronto y alcanzar la élite tan rápido. Todos los campeones de Moto2 habían pasado por Moto3 o 125cc, él no. Desde muy pequeño tuvo que buscarse las habichuelas entre las motos de serie, pero en cuanto pudo, se salió del camino que marcaban las flechas buscando un destino propio.
Para intentarlo, hay que ser muy valiente. Para lograrlo, hay que ser muy muy bueno. Si ya es difícil llegar a MotoGP por el camino tradicional, hacerlo por un desvío inédito y tan rápido lo es mucho más. Morbidelli ha tumbado al sistema y ha llegado por un camino que no sale en los mapas. Ahora viene lo más difícil de todo: mantenerse.