Triumph Bonneville Bobber 2017, prueba, ficha técnica y análisis

Hemos asistido a la presentación internacional de la Triumph Bonneville Bobber 2017 en Madrid, la sencillez no está reñida con el encanto.

Víctor Gancedo

Triumph Bonneville Bobber 2017, prueba, ficha técnica y análisis
Triumph Bonneville Bobber 2017, prueba, ficha técnica y análisis

La expectación que ha causado la nueva Bonneville Bobber ha sorprendido incluso a la gente de Triumph, pero ahora que la hemos visto y probado, lo hemos comprendido perfectamente. Nos ha dejado claro que la sencillez no está reñida con el encanto, y que una plácida cruiser también puede ser divertida al conducirla con alegría.

Triumph sabe muy bien cómo fabricar modelos con un un aspecto clásico muy logrado, y que al mismo tiempo funcionen y se comporten como motos modernas. Lo demostró el año pasado con las Thruxton, Bonneville T120 y Street Twin, y ahora lo ha corroborado con la nueva Bonneville Bobber. Y este último reto no ha sido nada fácil. Aunque la última en llegar de la saga «modern classic» es una cruiser minimalista de aspecto sencillo, lograr que sea divertida y eficaz en carreteras con curvas ha supuesto un trabajo muy meticuloso y prolongado por parte de su equipo de desarrollo. Pero al final han logrado que se comporte de modo sorprendente para una moto de su clase, siendo también práctica y fácil de utilizar, además de funcionar de forma agradable y de responder de forma muy contundente a bajo y medio régimen.

También hay destacar sus buenos acabados y su indudable atractivo. Si es cierto que llama la atención que sea una moto monoplaza y que por ahora no esté contemplado que pueda llevar pasajero. Triumph la ha homologado así y convertirla en biplaza sería una ilegalidad. Pero lo que para algunos puede ser un inconveniente, para otros puede ser lo más interesante de esta inglesa.

Asiento Triumph Bonneville Bobber 2017

De hecho, su parte trasera es muy original y ahora mismo no hay ninguna otra moto en el mercado que posea una zaga similar. La Bonneville Bobber incorpora un nuevo chasis que asemeja ser rígido en su parte posterior, pero que incluye un sistema de suspensión de tipo Cantilever con un monoamortiguador dotado con sistema progresivo. También se distingue por la aleta trasera de chapa de acero que se ancla al propio basculante y que, por tanto, se mueve con él. Resulta curioso circular tras ella y comprobar los movimientos de esta parte al superar irregularidades en el asfalto.

Triumph Bobber 2017, parte ciclo y postura de conducción

Prueba Triumph Bonneville Bobber

El asiento también es un elemento cuyo diseño llama la atención y que se ha cuidado mucho. Es sorprendentemente cómodo y sus formas se adaptan muy bien a nuestra preciada fisionomía. Además, puede ser regulado longitudinalmente y su parte inferior está realizada en aluminio cepillado, un aspecto que aporta clase y distinción al conjunto. La verdad es que sentarse a los mandos de esta cruiser no conlleva la más mínima dificultad.

Es muy baja y al pasar nuestra pierna por encima no encontramos obstáculos. Una vez a los mandos, podemos poner los dos pies en el suelo con facilidad y su peso (que debe rondar los 235 kilos con gasolina), no supone un gran problema al estar muy bajo el centro de gravedad. Una vez que las ruedas comienzan a girar, comprobamos que la posición de conducción, con los estribos adelantados y el manillar casi plano, es natural y no implica que debamos realizar esfuerzos innecesarios en ningún momento. Bajo un aspecto un tanto radical, en Triumph han logrado que la Bonneville Bobber trate muy bien a su conductor y que se muestree muy civilizada durante su utilización.

En marcha el peso no es un problema por su bajo centro de gravedad.

Si es cierto que no es excesivamente ágil al manejarnos en espacios pequeños, pero se mueve con dignidad en todo momento y no necesita mucho sitio para cambiar de sentido. La verdad es que al ser tan baja, parece una moto larga, pero realmente no lo es tanto, como demuestran los 1.510 mm que declara de distancia entre ejes. También la llanta delantera de 19” y el lanzamiento de la horquilla cercano a los 26º, además del asiento un tanto retrasado, pueden acrecentar visualmente esa sensación de longitud, pero desde el puesto de conducción esta Triumph se siente pequeña, gracias también a un depósito de tamaño contenido y que declara una capacidad de poco más de 9 litros. Con esta cantidad el fabricante anuncia una autonomía cercana a los 200 km a ritmos normales, algo que no está nada mal para una moto de este tipo.

Triumph Bobber 2017, motor, tecnología y precio

Motor Triumph Bonneville Bobber 2017

Bajo un aspecto clásico, el motor de 1.200 cc que la empuja incluye soluciones modernas. No en vano, fue estrenado el año pasado por dos de sus hermanas, aunque ha recibido retoques en el sistema de gestión y en los escapes, para adaptarse a su nuevo cometido. A grandes rasgos, se trata del que utilizan las Bonneville T120, cuyo cigüeñal es más pesado que el de las Thruxton, con el objetivo de conseguir un empuje más constante y contundente, aunque se muestre algo menos alegre a la hora de subir de revoluciones. Pero la verdad es que las características del bicilíndrico en paralelo encajan a la perfección con las necesidades de la Bonneville Bobber y con el tipo de moto que es. Su potencia anunciada es de 77 CV a 6.100 rpm, pero lo mejor de él es la rapidez de respuesta cuando gira entre 2.000 y 3.000 rpm, y la ausencia de inflexiones. También su sonido grave es muy llamativo, al igual que es reseñable las contenidas vibraciones que nos transmite, incluso cuando apuramos marchas y lo mantenemos girando cerca de su régimen máximo.

Responde con rapidez entre 2.000 y 3.000 vueltas.

Además, para que todo esté muy controlado sobre asfaltos resbaladizos, incorpora control de tracción y dos modos de motor (Rain y Road). Y la verdad es que las ayudas electrónicas se agradecen, especialmente en rotondas y sobre suelo adoquinado, y más aún cuando hay humedades, como ha ocurrido durante la presentación internacional celebrada en Madrid. Otra cosa que llama la atención es el correcto funcionamiento del obligatorio ABS. Es muy poco intrusivo en ambos ejes y permite realizar frenadas agresivas sin que entre en acción, pero también ha demostrado que funciona cuando realmente hace falta.

Prueba Triumph Bobber 2017

La Bonneville Bobber es una moto muy agradable a ritmos sosegados, que circula sin traqueteos al mantener ritmos suaves con el motor girando a muy bajo régimen. También sorprende la capacidad de absorción de las suspensiones, teniendo en cuenta que anuncian unos recorridos contenidos. La suspensión trasera trabaja muy bien y no ofrece reacciones secas como ocurre en otras cruiser. Pero lo que realmente nos ha llamado la atención ha sido el lado «deportivo» que esconde bajo una apariencia tranquila. Está claro que no es comparable al de motos desarrolladas con otros objetivos, pero lo que sí está claro es que esta inglesa sorprende para tratarse de una cruiser.

Su parte ciclo está muy bien equilibrada y a pesar de contar con unos componentes sencillos, su paso por curva es muy constante y permite realizar frenadas agresivas sin que la moto se descomponga y sin mostrar querencia a levantarse cuando esta inclinada. Si es cierto que sus estribos rozan con cierta facilidad, pero si la conducimos con finura y utilizando un poco nuestro peso, podemos entretenernos más de lo esperado y mantener ritmos «ligeros» sin problemas. Otro de los secretos del gran dinamismo de esta Triumph se encuentra en los neumáticos. Han sido desarrollados por Avon en especial para ella, y además de más ligeros que los habituales en otras cruiser, también es clave que el trasero cuenta con carcasa radial, una característica nuca vista en la categoría.

Existen casi 150 accesorios para la Bobber.

Como buena «modern classic», la Bonneville Bobber ofrece grandes posibilidades de preparación. Triumph ha creado cerca de 150 accesorios para ella, algunos de los cuales se pueden adquirir en dos kits bautizados como «Old School» y «Quarter Mille». El primero acrecienta el aspecto Bobber del modelo, incluyendo un manillar de tipo «cuelga monos», y el segundo la convierte en una moto más radical y deportiva, emulando a dragsters que participan en pruebas de aceleración. Con respecto a su precio, Triumph lo ha fijado a partir 12.900 euros, una cifra que la sitúa entre las Bonneville T120 y las Thruxton. 

Lo mejor:
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    Respuesta rápida entre 2.000 y 3.000 vueltas

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    Control de tracción y modos de conducción

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    Rendimiento de la suspensión trasera

  •  

    Posibilidades de personalización

Mejorable:
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    Estribos tocan rápidamente el suelo

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    Homologada como monoplaza