Comparativa BMW R 1200 GS- BMW R 1200 RT

La BMW R 1200 GS y RT comparten la base motriz, pero alrededor de ella se desarrollan motos diferentes enfocadas a distintos tipos de usuarios. Una es una maxitrail, y la otra una Gran Turismo. Pero si de algo se pueden jactar ambas, es de su tremendo éxito a nivel universal.

Óscar Pena Fotos: LLuis LLurba Colabora Keko Ochoa

Comparativa BMW R 1200 GS- BMW R 1200 RT
Comparativa BMW R 1200 GS- BMW R 1200 RT
  • Ficha técnica y precio de la BMW R 1200 GS
  • Ficha técnica y precio de la BMW R 1200 GT

 

Nos encontramos frente a dos iconos en sus respectivos segmentos y las dos encuentran su origen en un tablero de disñeo de la sede central de la marca bávara en Berlín. Son, a fecha de hoy, dos compendios de tecnología y dinamismo, que no solo heredan la fama y la gloria de sus muchas predecesoras, sino que van un
paso más allá, convirtiéndose en motos realmente brillantes en múltiples aspectos.

Para ello se han acometido muchos cambios en ambos modelos a todos los niveles en los últimos tiempos. La última renovación de la R 1200 GS se llevó a cabo hace dos años; mientras que en la R 1200 RT ha sido en este mismo 2014. De hecho la gran turismo alemana podríamos considerarla, sin temor a equivocarnos, como una moto completamente nueva. Y no solo por los cambios que afectan al motor, sino también a la carrocería, la electrónica y la parte ciclo. Con especial atención puesta en el apartado suspensiones.

Ambas aciertan al montar un motor de tipo bóxer dotado de refrigeración líquida y culatas DOHC con doble árbol de levas, característica esta última introducida hace cuatro años. La apariencia es muy similar a la de los modelos anteriores, manteniendo el sabor de las motos de antaño. Incluso conservan la filosofía y en cierto modo su comportamiento. Sin embargo, han dado un gran paso adelante, al superar aquellos aspectos en los que estaban ligeramente limitadas. Así, tanto en la GS como en la RT su particular motor bóxer empuja con una fuerza inusitada, desplegando alrededor de 120 CV verificados, con una progresividad y contundencia en la entrega digna de motos de corte deportivo. Y todo ello asistido por una electrónica de vanguardia que, como veremos, hace fácil lo difícil, y te permite cualquier tipo de desplazamiento, sea cual sea el ritmo, con el máximo confort y seguridad.

Impactantes dimensiones

A nadie se le escapa el imponente aspecto de nuestras protagonistas. Sus acabados son de alta gama, su precio no en vano no es apto para todos los bolsillos (comienzan a partir de 15.980 € en la GS y de 18.700 € en la RT, más la infinidad de extras que puedes incluir). Los tamaños son también cuando menos considerables. Sin embargo, tomados los mandos para iniciar rumbo a las afueras de la gran urbe, la movilidad y agilidad que muestran casi se nos antoja pasmosa, especialmente ya en marcha. Al final parecen motos mucho menos imponentes de lo que aparentan. Posando nuestro trasero sobre el súper confortable asiento «freshtouch» (con espuma de densidad variable y una conductividad térmica mejorada) de la nueva RT, se percibe un poco más accesible que en el modelo anterior. Y es que todo está un poco más bajo, incluido el asiento, unos 15mm (además la altura se puede regular cambiando la posición del anclaje que hay debajo de él y varía entre 805 y 825 mm).

También es 20 mm más largo. La ergonomía es casi perfecta pensando en una utilización turística, y no se le pueden poner pegas ni en el puesto de conducción, ni en el del pasajero. Mientras, la protección aerodinámica, con pantalla regulable eléctricamente, es simplemente perfecta. El acceso al puesto de conducción es en consecuencia sencillo, y no hace falta ser particularmente elástico para desenvolverse con soltura. La R 1200 GS tiene la altura del asiento bastante más elevada, producto del mayor recorrido de sus suspensiones y su filosofía aventurera (entre 850 y 875 mm), y aunque es más estrecho en el punto de unión con el depósito para llegar bien al suelo, no ofrece la misma movilidad en este aspecto. Y eso que es hasta 30 kg más ligera, con 230 kg verificados en vacío frente a los 260 kg de la RT. Así se compensa una cosa con la otra. Tampoco la favorece a la hora de maniobrar en parado, ni a ella ni a su hermana de marca, su suspensión delantera Telelever, que como sabemos no te permite jugar con el recorrido de la horquilla. Eso sí, en ambos casos el radio de giro del manillar es sobresaliente, y la dirección se siente muy ligera. Así que con todo lo grandes que son, son capaces de girar sobre sí mismas casi «en una chapa».

Mejor es la GS, que exige menos equilibrio en maniobras a muy baja velocidad. Por otro lado, en ninguno de los dos modelos percibes ya el tan característico balanceo lateral de su motor bicilíndrico bóxer, mientras que la sonoridad del motor es claramente superior en la maxitrail. Sea como fuere, su fi nura y tacto son excepcionales, y el nuevo embrague de doble rampa es como la mantequilla, con una exigencia de presión mínima sobre la maneta. De todas maneras, no son motos nacidas para los desplazamientos de corta distancia ni para ir entre el tráfico. La R 1200 RT tiene debilidad por las autopistas y las vías rápidas, y se defiende de forma sobresaliente en las carreteras viradas. En estos ambientes se pueden explorar sus capacidades ruteras y sus excepcionales cualidades dinámicas. Mientras, la GS suma a estos escenarios, donde también aporta un excelente nivel en su comportamiento por su confort, protección aerodinámica (con pantalla regulable manualmente incluso sobre la marcha), el de las carreteras viradas de segundo y tercer orden. Incluso pistas de montaña de baja dificultad, donde un conductor con un poco de experiencia en off road puede llegar a sacarle mucho jugo a la superventas alemana gracias a su facilidad de manejo y lo aprovechable de su motor bóxer desde bajísimas revoluciones. Eso sí, aquí su particular pantalla puede limitar la visibilidad en zonas complicadas por sus angulosas formas y los efectos visuales que produce.

Dinamismo y electrónica

Tanto en la R 1200 GS como la R 1200 RT el tiempo se para y los kilómetros se acortan, pues te desplazas disfrutando realmente de su confort a cualquier ritmo, contando además con la seguridad y confianza que otorgan todos sus avanzados componentes electrónicos. Destacan en este sentido su eficaz sistema ABS, el control de velocidad, las suspensiones electrónicas con Dynamic ESA, el control de tracción ASC, los tres modos de gestión de motor (dos de serie «Road» y «Rain», y uno opcional, «Dynamic»), etc. La mayoría de estos componentes, no olvidemos, son opcionales. En este sentido, en todos los modos el propulsor rinde la misma potencia máxima, pero en cada uno hay una respuesta diferente del acelerador, desde la más suave de «Rain» hasta la directa de «Dynamic». También varía el control de tracción según cual se seleccione, ofreciendo en ambos modelos un comportamiento idéntico e intachable.

Rodando por autopista las dos son una delicia, con cierta ventaja para la RT. Su enorme carenado y sensación de comodidad total son difícilmente superables ni por su hermana de saga ni por otras motos de corte turístico. La GS gana en la sensación de alta estabilidad a velocidad máxima, sin balanceo o movimiento alguno. Eso sí, siempre que sea circulando muy por encima en ambos casos de los límites legalmente establecidos. Al abordar una carretera virada, la seguridad, aplomo y buenas cualidades son la tónica general en ambas monturas. La GS es más fácil y efectiva al conducir con alegría que la RT, y muestra una agilidad en cambios de dirección y estabilidad a la entrada de las curvas excelente. Aunque cuidado, que en este sentido la gran turismo alemana ciertamente impresiona. Eso sí, en la maxitrail te compenetras con la moto a la perfección, y te siente totalmente integrado en ella y en sus reacciones. Mientras, en la RT ruedas más «sobre la moto». La precisión de dirección es en ambos casos notable. Más en la GS, pero una vez más la RT sorprende. También lo hace a la salida de los virajes, momento en el que es capaz de transmitir con precisión toda la potencia al suelo incluso con la moto bastante inclinada.

En ello tiene mucho que ver el buen comportamiento del Paralever trasero y la última generación del Telelever delantero, siempre a sabiendas de su particular forma de comportarse. Y es que da igual lo que hagas con ellas, que siempre mantienen una geometría muy neutra, no descomponiéndose lo más mínimo. Además, puedes configurarlas a tu gusto entre los tres niveles («Soft», «Normal» y «Hard»), aunque también están predeterminados en cada modo de motor para comodidad del conductor. La parte ciclo se completa en ambos casos con un equipo de frenos muy potente, con pinzas radiales, bomba hidráulica y doble disco delantero, que sin duda es capaz de detener la voluminosidad de nuestras protagonistas con precisión y buen tacto incluso tras un abuso continuado en una rápida carretera de montaña.

Conclusión

BMW se prodiga en la producción de grandes motos. Grandes por tamaño, grandes por cualidades, y grandes por equipamiento. Motos casi perfectas que terminan por conquistar a un amplio abanico de usuarios, que encuentran en ellas la moto de sus sueños, además de un icono de clase y distinción. Eso, unido también a sus excelentes planes de financiación para hacerlas accesibles, dan como resultado un éxito comercial envidiable en la gran mayoría de sus modelos. Ello a pesar de sus precios para muchos poco accesibles.

En el caso que nos ocupa, BMW R 1200 GS y 1200 RT son hermanas de corazón. Su bicilíndrico bóxer refrigerado por líquido despliega potencia a raudales, goza de una gran personalidad, y se compenetra a la perfección con dos conjuntos que trabajan en gran armonía. El uno, en la forma de una maxitrail de éxito sin precedentes, con la que viajar, recorrer pistas de tierra o surcar cientos de kilómetros de carreteras de montaña. El otro, en el de una Gran Turismo ejemplar con la que puedes disfrutar plenamente, solo o a dúo, desde rápidas autopistas a enrevesados puertos de montaña. Siempre con el máximo confort y gran capacidad de carga.