Cita no muy madrugadora, ayer ya nos dedicamos a retirar los protectores de los estribos y ajustar las palancas para las más voluminosas botas de campo. Nos esperan carreteras poco transitadas y con tramos muy deteriorados hasta nuestro destino. Una vez allí las abandonamos para recorrer todas las pistas y caminos que no impliquen una enorme complicación. No hay que olvidar que lidiaremos con algo más de 200 kilos, en el mejor de los casos, y aquí los errores se pagan caros si nos salimos del trazado. Volver a él a base de músculo nos puede agotar mucho antes de lo esperado. Ni pensar en un aterrizaje forzoso, y menos donde nuestra compañera se pueda comportar como una feroz enemiga.
Evidentemente antes de llegar a todo esto y empezar a pensar en desperfectos o «empujones» para salir de atolladeros, el precio será ese primer obstáculo a afrontar. Hasta 7.650 € de diferencia puedes llegar a encontrar entre ambas si eres de los «caprichositos», cifra que se verá reducida casi a la mitad -4.300 € para ser exactos- si te resulta válida una unidad del año 2011 de la Super Ténéré. En oferta ahora por 12.499 € y donde solo difieren los colores con respecto al modelo 2013, valorado según tarifa en 15.349 €.
La Ténéré con la opción de ABS está en 8.199 €, 500 € menos si prescindes del elemento de seguridad, muy cuestionable si cuando de lo que se trata es de bloquear la rueda trasera para acortar las frenadas cuando el terreno lo permite. Más precios, la factura puede subir hasta 17.849 € si tu opción es la versión World Crosser, equipada con silenciador de titanio Akrapovic, y protectores en fibra de carbono y de aluminio, entre otros accesorios. Con una oferta temporal de 14.999 € en la que está incluido un mes de seguro a todo riesgo, al igual que en las otras ofertas mencionadas.
El desaparecido Thierry Sabine, organizador del más legendario de todos los rallies, el París-Dakar, se perdió durante días al norte de África en el desierto del Ténéré. La experiencia, lejos de ser traumática, fascinó de tal manera al francés que llevó a cabo la todavía hoy mítica prueba, más de 30 años después, a pesar de haber cambiado de continente. No fue casualidad que la primera moto en llegar, luchando contra el crono, a las playas del Lago Rosa en Senegal fuera una Yamaha XT500, convenientemente modificada. Ni tampoco que la marca japonesa incluyera en su catálogo de 1986 la primera XT600Z Ténéré, en líneas generales una evolución del modelo trail con un depósito de mayor capacidad (23 litros) como nuestras protagonistas.
Éstas disponen de todos los avances tecnológicos ¡obligatorios! actuales. Inyección, ABS (opcional en la 660) o, por supuesto, arranque eléctrico. En el caso de la 1200, control de tracción con dos niveles de eficacia y con la posibilidad de desconectarlo por completo. Imprescindible cuando el terreno se torna en resbaladizo y el giro de la rueda resulta necesario para buscar un ápice de tracción, y poder salir de la trampa, que bien puede ser arena suelta o barro. No podemos decir lo mismo del sistema antibloqueo de frenos, de serie en la Super Ténéré, pero sin opción a desactivarlo como sí ofrece la competencia.
Además de la mencionada diferencia de peso, detallada en el comentario técnico, al incorporarlas desde su apoyo en la pata lateral, empiezan a aflorar sus muchas diferencias en cuanto a ergonomía se refiere. La teóricamente «pequeña» tiene su altura de asiento a casi un metro del suelo, 900 mm para ser exactos -de los más altos medidos en el Centro Técnico, con permiso de la KTM 990 Adventure R- y que no será el mayor de los problemas, sino la parte destinada al pasajero, elevada ya sobre el metro y que para salvarla al montarnos habrá que tirar de estilo karateca. Como truco, hay quien se monta antes de levantarla de la pata. Además, una vez en marcha la posición sentado resulta más limitada, sin posibilidad de movernos a lo largo del asiento ágilmente como demanda la conducción off road.
En la Super Ténéré el problema es menor, su asiento se encuentra mucho más bajo -50 mm- y con la posibilidad de bajarlo un par de centímeros más, si retiramos el suplemento disponible. Pero en campo no se va sentado, lo correcto es ir de pie, para visualizar antes los imprevistos y que la moto no nos transmita las sacudidas que las suspensiones no son capaces de filtrar. Éstas rondan los 200 mm de recorrido, algo más en la 660 pero sin posibilidad de regulación, salvo la precarga de ambos trenes.
En la 1200 podremos regular, además de la precarga, compresión y extensión. En ésta, sobre todo debido a su mayor peso, que con nosotros superará los 300 kg se notan más firmes y menos elásticas que en la 660, ya que están más pensadas para su función de viaje, y probablemente cargada hasta los topes.
Los casi 100 CV de la 1200 apenas los aprovecharemos fuera del asfalto -hablo por mí- pero sí el par motor, con prácticamente el mismo valor máximo al superar las 3.000 rpm, es decir, nada más iniciar la marcha. Por lo tanto su curva se muestra muy plana y facilitará mucho las cosas si te atreves a ¿trialear?
La de la Ténéré también lo es, pero a su nivel. ¿Y a la hora de detenerlas? Pues el socorrido ABS interferirá irremediablemete si no anticipamos mucho las frenadas, algo incompatible en campo donde todo suele ser fruto de la improvisación. Además, en estos modelos japoneses no se puede desconectar, y si por otro lado, no disponemos de «puntiagudas» ruedas de tacos será una desventaja más. ¿La solución? ¿Decantarse por la Ténéré sin ABS?
1º XT1200Z “Super”
No me dejo impresionar por su volumen y peso. La doy como vencedora aunque tenga que sacrificar algo su faceta off road, pero para llegar hasta allí siempre resultará más solvente y placentera.
2º XT660Z “Normal”
En el día a día facilita mucho más las cosas a pesar de su altura de asiento. La diferencia de precio da para muchos accesorios o litros de gasolina a disfrutar, hasta equipararse
con su hermana mayor.