Kawasaki Z800

La naked media de más éxito en los últimos años reaviva su llama con una nueva versión que incrementa su cilindrada hasta a 806 cc y que luce una estética más agresiva y vistosa.

Andrés G. Dorado. Fotos: Kawasaki

Kawasaki Z800
Kawasaki Z800

Parece que fue ayer cuando un buen amigo un día me preguntó mi opinión sobre la Kawasaki Z750. Ocurrió a principios de 2004 y hasta ese momentos solo habíamos podido verla en fotos. Todavía no habían llegado las primeras unidades a España por lo que no pude decirle mucho, solo que «tenía buena pinta». Fue un momento importante, nacía la primera versión de la que a partir de 2007 se iba a convertir en la líder indiscutible de ventas tras destronar a la Yamaha FZ6 y no solo eso, junto con ésta fue la responsable del «boom» de las naked de media cilindrada en detrimento de las deportivas, que poco a poco fueron perdiendo fuelle, hasta prácticamente desaparecer del mapa. Tanto terreno les han comido las naked a las deportivas que el año que viene la popular Ninja Cup va a desaparecer y su sustituta va a ser Kawasaki Z800 Cup. Seguro que veremos animadas carreras con un nutrido grupo de motos sin carenado y con manillar alto.

No me desvío. Ocho años y dos versiones después (o tres, si contamos aparte a la Kawasaki Z750R), la naked media de Kawasaski pasa a denominarse Kawasaki Z800, con el correspondiente aumento de cilindrada (58 cc al subir de 748 a 806 cc) y más potencia, ligeros retoques estructurales y una apariencia que se torna aún más radical y en la que se ha cuidado mucho los detalles. A falta de saber el precio definitivo, que probablemente no exceda mucho del que tiene ahora la Kawasaki Z750R, sí te puedo adelantar algunas cosas importantes como que existe una versión básica Kawasaki Z800e (con «e» de económica) con 98 CV declarados y, por tanto, limitable a 35 kW (48 CV). Por otro lado, hay una Kawasaki Z800 sin «e», que anuncia 113 CV (106 en la Kawasaki Z750) y también se distingue por incluir mejoras en suspensiones y frenos. Además, las dos versiones cuentan a su vez con dos variantes al poderse elegir con y sin ABS.

Uno de los principales motivos que esgrimen algunos propietarios de Kawasaki Z750 cuando les preguntas por qué han elegido esa moto y no otra, la respuesta es por la estética. Era y sigue siendo un punto fundamental. No hace falta ir al detalle para notar su fuerte presencia, que le imprime ya cierto carácter sin necesidad de arrancar el motor. Aparte de adoptar algunos rasgos característicos de su hermana mayor Kawasaki Z1000, como la salida del silenciador, la quilla o la forma del puntiagudo colín, en su caso cuenta con un faro más anguloso, un rasgo determinante en cualquier moto naked, pero en esta aún más. Los diseñadores de Kawasaki, sabedores del público al que se dirigen, la han dotado de numerosos detalles que vas descubriendo poco a poco y que voy a dejar que seas tú quien lo haga. Bueno, te diré solo uno que me ha gustado: la óptica trasera fomada por LED es una doble Z simétrica, el remate a un colín en forma de punta de lanza, tan agresivo, como bien diseñado.

¿Será más de lo mismo? Podrás preguntarte. No te voy a negar que la Kawasaki Z800 deriva tanto en estructura de chasis, como de motor, de su antecesora «siete y medio», pero además de la carrocería al completo, hay más partes importantes que han cambiado. Por ejemplo, el manillar ahora es más plano y bajo, pero no mucho. De hecho, la posición de conducción que se adopta una vez en marcha es muy similar. Vas un poco más inclinado hacia delante, pero no llega a ser incómodo, sin cargar demasiado peso sobre tus muñecas. El asiento, aunque duro y aparentemente no demasiado ergonómico, no es en absoluto incómodo y te aseguro que durante esta presentación llevada a cabo en tierras monegascas, he pasado varias horas sin despegar el trasero de él. Visto así, el lobo no lo es tanto como parece en un principio. Su motor es todo dulzura, desde que lo mantienes girando a régimen de ralentí, hasta que giras el acelerador al máximo, por lo que es más cordero que lobo. Equipa el mismo tetracilíndrico en línea con pistones de mayor diámetro, pero un 10% más ligeros, lo que ha obligado a modificar levemente algunos elementos internos. La electrónica también se ha revisado. En marcha el tacto y el sonido son muy parecidos a los de su antecesora. Las barras en el nuevo tacómetro digital ascienden rápido al son de ese zumbido redondo y profundo tan característico y totalmente exento de vibraciones. La mayor potencia máxima se siente y se nota que, además, ha mejorado su entrega en «bajos» y «medios». Al haberse recortado el desarrollo final con dos dientes más en la corona, la respuesta es más contundente y el motor sube de vueltas con mucha rapidez. Tiene un sistema que cuando percibe que se está «funcionando» en un tramo de rpm no demasiado elevado (entre 4.000 y 8.000 rpm), entra automáticamente el modo ECO, que modifica el mapa del motor para reducir en todo lo posible el consumo.

La anterior Kawasaki Z750 básica arrastraba una cierta carencia en la entrada a las curvas ciertamente rápidas, sin transmitirnos toda la confianza necesaria al realizar fuertes apoyos sobre el neumático delantero. Con la versión «R» se mejoró sustancialmente esa faceta y, por lo que hemos podido comprobar, Kawasaki ha seguido trabajando en esa línea. El chasis es el mismo de tipo espina superior de acero con prácticamente las geometrías inalteradas. La novedad reside en los rediseñados tirantes de ambos laterales, que abrazan a los cilindros y que unen la parte delantera con la trasera del bastidor. Con ellos se ha conseguido que el conjunto se sienta más sólido, aunque todavía se nota que el centro de gravedad está un poco alto a la hora de mantener pasos por curva elevados. La horquilla es regulable en extensión y precarga, al igual que el amortiguador, ambos con un tarado efectivo para un todo uso, firme para carretera y agradable para ciudad. Elementos como el basculante de acero o el no emplear pinzas de anclaje radial permiten ajustar el precio, otra de las claves del éxito de la «Z».

Con las nueva Kawasaki Z800 y Z800e la firma verde quiere volver a despuntar y ser referencia en el segmento naked. Con su renovada estética es fácil que consiga tocar la fibra sensible de quienes sientan furor por las streetfighter. Además, la Kawasaki Z800 no solo es una moto «pintona» y agresiva de aspecto, sino que también es agradable, cómoda, muy utilizable, y tremendamente divertida y eficaz incluso a ritmos fuertes. Larga vida a la Kawasaki «Z», cuya disponibilidad va a ser inmediata. Cuando leas estás líneas, sus primeras unidades ya estarán llegando a los concesionarios de Kawasaki.

 

Kawasaki tiene en la competición una de sus señas de identidad y una de las principales formas de promoción de sus modelos. Buen ejemplo de ello es la Ninja Cup, una categoría del CEV que en los últimos años ha sido cantera de pilotos como Román Ramos, Kyle Smith, Elena Rossell o Álex Mariñelarena. Y no solo eso, es una forma divertida y económica de competir en velocidad, abierta a todos los públicos. La aparición de la Kawasaki Z800 abre una etapa nueva etapa en la copa monomarca de Kawasaki, y supone el relevo de la supersport Kawasaki Ninja ZX-6R. La filosofía va a ser la misma, pero tiene un atractivo añadido, pues va a ser sensiblemente más económica y probablemente las motos sufrirán menos daños en las caídas. Por 12.500 € Kawasaki ofrece una Kawasaki Z800 con el kit de competición para la moto (escape, amortiguador...), un mono y la inscripción para todas las carreras. Además, participar implica contar con un sitio en la carpa que Kawasaki monta en el paddock de cada circuito, así como la asistencia técnica y poder acceder a recambios a un precio especial.