La pregunta, después de habernos subido a la nueva Suzuki SV650 y hacer más de 200 kilómetros por carreteras catalanas durante su presentación a la prensa, es si la nueva moto de “seis y medio” de la firma de Hamamatsu es una Suzuki SV actualizada o una Suzuki SFV650 Gladius modificada… En pocas palabras, es ambas cosas a la vez. De la primera retoma ese aire deportivo desenfadado que tantos éxitos le dio a la marca nipona, justo en un momento en el que las prestaciones de las cuatro cilindros parecían serlo todo frente a un “simple” motor bicilíndrico de menos de 80 CV. En realidad, y tal y como probablemente sucecda con la nueva Suzuki SV650, las primeras sorprendieron no tanto por un “poderío físico” como por su tremenda agilidad y enormes ganas por satisfacer a todo tipo de usuarios, desde los más “cañeros”, pasando por los que buscan una compañera para todo o, simplemente, una moto con la que pasear de vez en cuando disfrutando de todo lo que una “peso medio” es capaz de ofrecer, siempre teniendo en cuenta un precio de venta contenido, que según nos han confirmado desde Suzuki será de 6.699 euros, el mismo que el de la Yamaha MT-07, una de las rivales más directas de la Suzuki SV650, si no la que más guerra le dará en el mercado de las naked medias accesibles con el carnet A2.
Mientras tanto, durante la primera prueba a los mandos de la Suzuki SV650, hemos podido comprobar que las mejoras introducidas en la moto son más que acertadas, e incluso alguna de ellas esperadas durante largo tiempo. Tal es el caso del cuadro de instrumentos, en el que por fin vemos nivel de gasolina indicado. Ahora la información es completamente digital y toma como base el montado por primera vez en la Suzuki GSX-S1000. Todo un acierto.
Además, el asiento también es de nueva factura, aunque aquí encontramos cierto sabor agridulce: por un lado, el piloto dispone de más espacio para moverse sobre la moto, habiéndose reducido de paso la altura al suelo de forma considerable… y eso que la anterior Gladius ya era una moto “bajita”. La cuestión es que el nuevo asiento resulta un tanto duro. Falta mullido para largas jornadas con las posaderas apoyadas en él; en cuanto al pasajero, este prescinde del espacio que el piloto ha ganado. Por fortuna, sus estribos no se sitúan excesivamente elevados.
El depósito es otra de las piezas que han variado, lo que unido al asiento ofrecen ahora un conjunto mucho más compacto. Ambos son más estrechos, además de ofrecer diseños acordes con los tiempos que corren.
La Suzuki SV650 es una moto muy agradable
En marcha todo es agradable y armonioso. El también novedoso sistema de asistencia al arranque, funciona: será más difícil calar el motor en salidas desde parado con poca exigencia del embrague. Un detalle interesante para pilotos noveles hasta que se acostumbren a realizar arrancadas sin problemas de tacto y coordinación entre embrague y gas.
El paso del tiempo obliga a decir que el equipo de frenos resulta demasiado básico… pero funciona; eso sí, a base de tirar de la maneta derecha como si nos fuera la vida en ello, que en cierto modo es de lo que se trata: en una frenada de emergencia, toda fuerza aplicada con tu mano derecha será poca si no la exprimes al máximo. El ABS Nissin hará el resto. De modo que en conducción deportiva, como la que practicamos por carreteras catalanas al norte de Barcelona, se convierte en necesario emplear el freno trasero para complementar. Algo a lo que pronto te habitúas una vez metido “en faena”, actividad a la que todavía más pronto te acostumbras, ya que resulta tan fácil divertirte a los mandos de esta Suzuki SV650 que buscarás el momento para hacerlo lo antes posible. La agilidad típica de las motos animadas por este motor es vital a la hora de obtener dichas sensaciones. Es tan elástico que invita a jugar con la segunda entre ángulos cerrados… o incluso tercera, saliendo desde abajo con ganas suficientes para estirarla y avanzar más rápido de lo que imaginas, ahorrándote algún que otro cambio.
La posición a los mandos resulta bastante neutra, ni muy deportiva ni muy “rígida”, ya que los estribos se sitúan algo elevados, lo que junto a la reducida altura del asiento obliga a “tirar de rodillas”, mientras que el manillar se monta a una altura media, ni muy alto ni demasiado bajo, con puntas ligeramente cerradas sobre las que caen las manos de forma muy natural. En pocas palabras, perfecta para cualquier uso que se le quiera dar a esta polifacética sport turismo. Un giro interesante el dado respecto a la Suzuki Gladius, lo necesitara o no.
Te puede interesar
Comparativa de motos naked medias: Honda CB650F, KTM 690 Duke, Triumph Speed Triple y Yamaha MT-07
50.000 kilómetros con una Suzuki Gladius