Probamos la Triumph Street Twin 2016

Hemos probado en Valencia la Triumph Street Twin 2016, la primera de la nueva generación de Bonneville que va a estar disponible en las tiendas.

Víctor Gancedo. Fotos: Triumph

Probamos la Triumph Street Twin 2016
Probamos la Triumph Street Twin 2016

La Street Twin es la pequeña de la saga «modern classic» de Triumph y también la más accesible en cuanto a precio, pero no por ello deja de ser muy interesante y de indudable atractivo. Se trata de una moto totalmente nueva, propulsada por un inédito bicilíndrico en paralelo de 900 cc con refrigeración líquida, que declara una potencia máxima de 55 CV a 5.900 rpm y un par máximo de 8,2 kgm a solo 3.230 rpm. Estas cifras suponen en torno a un 22 por ciento más de potencia y un 18 por ciento más de par con respecto al anterior motor con refrigeración por aire de las anteriores «Bonnie».

Como ya hemos anunciado, la Street Twin es una moto totalmente nueva, que de serie incorpora acelerador electrónico, control de tracción, inmovilizador para dificultar su robo, toma USB, luz trasera de LED y ABS. Además, Triumph ha preparado unas lista con 160 accesorios para personalizarla que bien se pueden adquirir por separado o en tres kit bautizados como «Scrambler» (con un escape de salida elevada), «Brat Tracker» (de estilo minimalista) y «Urban».

La Street Twin empezará a comercializarse en febrero y su precio de lanzamiento se ha fijado en 8.800 euros para la versión Yet Black y en 8.950 euros para el resto de decoraciones.

A la hora de desarrollar la nueva Street Twin, Triumph ha trabajado en dos sentidos. Por un lado han querido que posea una estética clásica incuestionable y, al mismo tiempo, que funcione y se comporte como una moto moderna, y que además cuente con muy buenos acabados.

Tras este primer contacto, la Street ha demostrado ser una moto sorprendente. Su bicilíndrico, con un desfase entre las muñequillas de su cigüeñal de 270º, tiene un funcionamiento más «custom», lo que equivale a decir que tiene una mayor «pegada» a bajo y medio régimen, y algo menos de alegría arriba que el anterior Bonneville de 860 cc. Esto se ha hecho pensando en que en que el tipo de usuarios de estas motos no suelen insistir demasiado con los regímenes máximos. La Street Twin acelera con mucha contundencia desde salida en parado y se mueve con ligereza entre semáforos. Además, se conforma con una caja de cambios de cinco relaciones de funcionamiento ejemplar, con un embrague que se acciona sin apenas esfuerzo. El sonido que emite también ha mejorado. Si la anterior «Bonnie» era demasiado discreta en este apartado, la nueva Street Twin suena más grave y bonito, presumiendo así de estar empujada por un bicilíndrico de calibre considerable.

Los responsables de su desarrollo también han trabajado para que su comportamiento sea similar al de una naked actual. Tanto la posición del piloto, como el centro de gravedad del conjunto, se han adelantado con respecto al de su antecesora. Así se ha logrado una moto muy rápida de reacciones, con un buen paso por curva, que permite disfrutar durante su conducción en carreteras de curvas. Sin grandes alardes en la parte ciclo, frena de modo más que aceptable, y la suspensión trasera consigue filtrar bien las irregularidades del asfalto. A ritmos tranquilos es muy agradable y dócil, conduciéndose con suma facilidad.

Por otro lado, también es destacable lo bien que se adapta al medio urbano, con un asiento bajo y bien diseñado que hace que nuestros pies lleguen al suelo sin el más mínimo problema. Además, la Street Twin se siente ligera, y es prácticamente imposible que nos ponga en apuros al realizar maniobras a baja velocidad. La verdad es que es un gusto de moto a la hora de convivir con ella, tanto por tacto de mandos, como por la agilidad que demuestra en cualquier situación. Además, también es muy agradable de contemplar, con un diseño minimalista, pero muy cuidada en todos sus pequeños detalles.