Kenny Noyes: “No cambiaría las motos por nada”

“Este periodo ha supuesto el final de una vida y el principio de otra", dice sobre su accidente.

Nacho González

Kenny Noyes: “No cambiaría las motos por nada”
Kenny Noyes: “No cambiaría las motos por nada”

El 5 de julio de 2015, Kenny Noyes afrontaba el warm up de la cita de Motorland Aragón, su segunda casa, del FIM CEV Repsol de Superbike en el que llevaba el número 1 como vigente campeón del certamen. Hasta que una salida de pista cambió su vida para siempre. Así narra el propio piloto lo sucedido antes y después cuando le preguntan qué recuerda de aquel día:

Nada. Cinco semanas después desperté en una habitación del Institut Guttmann de Barcelona. No sabía muy bien quién era yo, ni dónde estaba, ni por qué. ¡Sabía que era piloto, pero no sabía quién era! Reconocí a mi mujer y más tarde a mi hermano y a mis padres, pero nada más. No podía hablar ni andar, y me alimentaba por tubos”, explica.

Con el tiempo empecé a recuperar la memoria, pero nada de la caída. Solo me acuerdo de ir al circuito en coche. Justo después de la caída fui trasladado en helicóptero al Hospital Clínico de Zaragoza, pero no me acuerdo de nada de aquel tiempo. Hace poco que he leído los informes médicos y he visto el vídeo de la caída. Fue bastante normal, pero tuve mala suerte y la moto rebotó en las protecciones, golpeándome en la cabeza. Combinando la velocidad que llevaba yo y la de la moto, se estima que el impacto fue a unos 120 km/h”, revela Kenny.

UN AMOR INCONDICIONAL

Dos años después de haber burlado a la muerte, sigue confiando en mejorar su situación. En el aniversario de su ‘segundo nacimiento’, Noyes reflexiona sobre muchas cosas en una entrevista difundida por el Noyes Camp. Empezando por el peligro del deporte que tanto adora y que casi le cuesta la vida: “Los accidentes son parte del motociclismo, pero yo no cambiaría las motos por nada”, sentencia tajante, recordando a pilotos que no tuvieron tanta suerte como él:

La parte negativa es una realidad, aunque lo digo siempre: Shoya Tomizawa, Marco Simoncelli, Luis Salom, Dani Rivas, Bernat Martínez y el resto de pilotos que se han marchado nos pedirían que siguiéramos disfrutando de las motos de la misma forma en que ellos lo hacían”, sentencia el piloto estadounidense, que también ha hablado sobre la tragedia más reciente: la muerte de Nicky Hayden cuando entrenaba en bicicleta. Una muerte que le afectó especialmente, por dos motivos:

Su lesión fue muy parecida a la mía a pesar de que él no iba en moto”, explica, por un lado. En segundo lugar, por algo más personal. “Tenía una buena relación con Nicky, hasta corríamos juntos en Estados Unidos en carreras de Flat Track amateur”, recuerda el campeón del FIM CEV Superbike en 2014., que tiene muy claro cuál es el mejor homenaje que se le puede hacer a Kentucky Kid: “Sé que la mejor forma de recordarle es dando gas”, se reafirma.

UNA SEGUNDA VIDA

Volviendo a su recuperación, valora cómo ha evolucionado el proceso, en el que distingue dos etapas. Tras un primer año durísimo, cree que la segunda fase de su recuperación ha sido aún peor: “Ha sido más dura, porque soy mucho más consciente de todo”, cuenta Kenny, que se muestra muy reflexivo sobre lo sucedido en este tiempo: “Para mí, más que dos años, este periodo ha supuesto el final de una vida y el principio de otra. De mi segunda oportunidad”, prosigue.

No obstante, reconoce que va mejorando y se muestra optimista: “Estoy mejor”, conviene. “Voy mejorando en todos los sentidos, pero muy poco a poco. Avanzar, aunque sea lentamente, es bueno”, matiza, convencido de que todo lo que sea seguir hacia adelante es positivo: “El problema llega cuando la recuperación se detiene, pero ese no ha sido mi caso”, asegura, antes de entrar en más detalles sobre cómo está siendo el proceso:

Cada día tengo un trabajo de recuperación distinto”, relata Noyes, que reconoce entre risas que su día a día es bastante rutinario. “Trabajo el equilibrio, la forma física, acudo a un logopeda…”, explica, antes de centrarse en sus progresos a la hora de andar, lo que le ha permitido recuperar cierta autosuficiencia:

Estoy contento, porque he empezado a utilizar un andador y me ha ayudado mucho. Más de lo que pensaba. Ahora puedo bajar solo a la calle, a tomar un café por ejemplo”, narra, aunque al ser preguntado por la sensación que tuvo al conseguir andar sin ningún tipo de apoyo, vuelve a tirar de sentido del humor: “Te contestaré cuando pueda correr”, responde entre carcajadas.

UN PLAN DE FUTURO

Cuando Kenny dice que la caída le cambió la vida, lo dice en todos los sentidos: “Antes de la caída era mucho más egoísta con mi familia, mi mujer y mis amigos”, afirma, consciente de que el aspecto psicológico es clave en su recuperación: “Los amigos también son absolutamente necesarios. Sacar fuerzas tras un accidente como el mío es difícil, pero ser constantes en el día a día es todavía más complicado”, apunta sobre el aspecto mental, en el que le ayuda trazar planes y proyectos de futuro.

No quiero ser piloto a nivel profesional, pero tengo claro que quiero seguir involucrado en este mundillo”, barajando como opciones montar un equipo o ser asesor de seguridad de algún campeonato, sin olvidar, por supuesto, el Noyes Camp: “Está funcionando muy bien”, confiesa, aunque confiesa que no puede evitar querer subirse a la moto en todos los cursillos. “Lo veía mejor cuando podía pilotar yo”, revela entre risas.

Un Noyes Camp que ahora tiene otro aspecto fundamental para Kenny: recaudar fondos, algo que hará mediante la venta de merchandising, cursillos solidarios, algunas subastas o carreras benéficas. Además, se ha abierto un perfil en GoFundMe, ya que el seguro federativo sólo le cubrió los primeros 18 meses, y ahora es su familia la que tiene que correr con los gastos.

Pero todo esto no es sólo para su recuperación, el objetivo final de Noyes es más ambicioso y altruista: “El objetivo es terminar la rehabilitación y crear la Fundación Noyes para ayudar a las personas que, desgraciadamente, estén obligadas a pasar por lo mismo que yo”, concluye Kenny, que sabe que en su nueva vida, cada día es una carrera. Desde luego, la va ganando.