Quienes piensen que el BMW Riders es una fiesta para los usuarios de la marca alemana están equivocados, pues ya podría considerarse esta fiesta como una concentración más a la que están invitados todos los moteros. Y en esta edición, además, la invitación había que tomarla como literal, porque no se había puesto precio de inscripción con el fin de celebrar el décimo aniversario del evento.
Esto lo aprovecharon los más de 4.000 asistentes venidos desde cualquier punto de España y con todo tipo de motos. No había más que pasearse por el repleto aparcamiento para disfrutar de la amplia variedad de modelos que existe en nuestro mercado. De hecho, la fiesta comienza prácticamente en el aparcamiento, con el gozo visual, pero lo mejor lo encontramos conforme cruzamos el arco que nos da la bienvenida.
Eso sí, antes de nada hay que estudiar bien el horario de las actividades, para no perderse nada, pues todas ellas se van sucediendo sin dar prácticamente un respiro al asistente. Bueno, tampoco hay que exagerar, ya que hay tiempo para tomarse algo fresco, que con el calor que hacía en Formigal, en plenos Pirineos falta hacía. Todo un acierto el haber traído una gran carpa desde Alemania tipo «Oktober Fest», donde se realizaron las distintas conferencias (tuvo gran éxito la de Alicia Sornosa con más de 600 personas escuchando a la viajera) además de permanecer abierta prácticamente las 24 horas.
A diferencia de otras concentraciones, ésta permite probar toda la gama de motos y scooter tanto de BMW como de Husqvarna. En total, más de 1.900 productos fueron testados por los asistentes, en especial, los scooter, de los que se realizaron más de 400 pruebas. La gama off road de Husqvarna atrajo igualmente la atención de los aficionados, y también se subieron a ellas más de 400 personas.
Las exhibiciones de stunt, trial y freestyle congregaron a gran parte del público en la parte central del recinto, en especial la primera, con un Narcís Roca que no paró de realizar acrobacias con distintos modelos de moto, e incluso se atrevió a jugar con el público mientras realizaba sus maniobras.
Gran acierto, para terminar, de la ubicaciión. Los Pirineos ofrecen una gran variedad de carreteras y paisajes fascinantes, por no hablar de los pueblos y ferias que «celebran» el fin del verano.
La décima edición ha terminado, ahora sólo toca esperar a la de 2013.