Turismo: Extremadura-Castilla y León en Triumph Trophy SE

Partimos desde la agreste dehesa extremeña para buscar hacia el norte la inhóspita comarca de Las Hurdes y, más allá, Las Batuecas, coronando la prominente Peña de Francia y recorriendo las sierras de Béjar y Gredos. Dehesas, bosques, pedregales e incluso islas compondrán nuestro variado recorrido.

Texto: Marcos Blanco. Fotos: Juan Sanz

Turismo: Extremadura-Castilla y León en Triumph Trophy SE
Turismo: Extremadura-Castilla y León en Triumph Trophy SE

La muy noble, antigua y leal Villa» de Valencia de Alcántara, al sur de la provincia de Cáceres y limitando con Portugal, llegó a formar parte de este Reino entre los años 1644 y 1688. Pero mucho antes sus moradores ya dejaron una palpable huella en su relieve con más de cuarenta dólmenes que forman uno de los más importantes restos paleolíticos a escala europea. Tomamos la principal N-521 en dirección a Cáceres, para desviarnos en la EX-117 hacia Membrío, donde más adelante alcanzaremos la EX-207 que nos llevará a Alcántara. Una ciudad pesidida por su inmortalizado puente romano que salva el río Tajo; es aquí donde empieza su recorrido internacional, primero haciendo de frontera natural con Portugal, para más adelante adentrarse en tierras lusas en busca del Atlántico. La riqueza de su fauna y flora se ha ganado el prestigio de Parque Natural del Tajo Internacional. Abandonamos la EX-207 recuperando la EX-117 en dirección norte, con el próximo pueblo de Piedras Albas. Vamos paralelos a la frontera lusitana hasta el final de la vía, apareciendo a continuación la EX-108 hasta Moraleja, donde allí vuelve a cambiar su nombre por el de EX-109 en dirección a Perales del Puerto, en las estribaciones de la Sierra de Gata, que no llegamos a coronar ya que nos desviamos en la EX-205 hacia Villanueva de la Sierra rumbo a Las Hurdes.

Aquí nos desviamos en la EX-204, donde alcanzamos Pinofranqueado y Caminomorisco, ya con un paisaje boscoso, lamentablemente afectado por el devastador incendio del verano pasado. En Vegas de Coria nos desviamos por la EX-368 para adentrarnos en el abrupto territorio que componen Las Hurdes. Hasta el siglo XIX llegó a pertenecer a La Alberca, pero tras separarse de ésta su aislamiento fue tal que diversas denuncias por parte de médicos y escritores de las condiciones de vida de sus habitantes hurdanos, motivaron la visita del monarca Alfonso XIII en 1922 para conocer e impulsar el desarrollo de tan aislada zona de España en pleno Siglo XX. Superamos Nuñomoral y nos desviamos hacia Casares de las Hurdes por la CC-55 junto al caudaloso Río Hurdano. La zona es bastante húmeda y está regada por siete ríos que dan forma inexorablemente a su orografía. Cruzamos la Sierra de la Peña de Francia
a poco más de 1.000 metros de cota, adentrándonos en la provincia de Salamanca. La carretera pasa a denominarse DSA-350 y más adelante atravesaremos Serradilla del Llano y Serradilla del Arroyo, esta última al desviarnos por la DSA-352, que nos permitirá alcanzar Monsagro, ya en el valle de Las Batuecas. A continuación llegamos al acceso del Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia (SA-203), a través del Paso de los Lobos a 1.499 metros de altura. Un acceso generalmente inaccesible en invierno y en el que éste ha hecho estragos en su carretera de ascenso, actualmente en obras, y que nos hizo sufrir temperaturas bajo cero, pero de sensación térmica muy inferior en el ocaso de la jornada. No es de extrañar ya que nos permite llegar a la cima, a una altura de 1.727 metros.

A La Alberca, a los pies de la Peña de Francia y dominada por ésta, se llega atravesando un bosque de encinas, alcornoques, tejos y madroños entre otras especies, por la SA-202. Fue la primera en conseguir la distinción de Monumento Histórico-Artístico en España allá por 1940, facilitando su actual buen estado de conservación. Tras su obligada parada la abandonamos por la DSA-260 en dirección a Miranda del Castañar, atravesando Mogarraz. Antes de alcanzarla encontraremos la SA-225, que muere en la SA-220 y que nos llevará por un recorrido entre prados y con la visión de la nevada Sierra de Béjar, que cuenta con una recogida estación de esquí, hasta la población del mismo nombre, de influyente pasado industrial textil. Fuera del núcleo urbano y en medio de un castañar se encuentra «La ancianita», la plaza de toros más antigua de España, fechada en 1714, pero con orígenes en 1667, junto al Santuario de Nuestra Señora del Castañar. No lejos de allí es un pecado perderte Candelario, pueblo de arquitectura montañesa de calles empedradas y balcones de madera, enclavado en la sierra del mismo nombre y con el rango de Reserva de la Biosfera.

Salimos de Béjar por la antigua N-630 o Ruta de la Plata, y enseguida nos desviamos por la SA-100, que en breve pasa a llamarse AV-100, ya en tierras abulenses, en busca de la amurallada El Barco de Ávila, conocida por sus judiones. Aquí cruzamos el famoso Río Tormes, nuestro compañero  durante buena parte del recorrido de la AV-941 junto a la Sierra de Gredos. Más adelante nos toparemos con la N-502 en la Venta Rasquilla, donde aparece el Río Alberche que alimenta las aguas de nuestro destino final, y poco más allá en la bicentenaria Venta del Obispo nos desviamos por la AV-905 que nos llevará hasta El Barraco, accediendo a la N-403 que nos dejará en el Pantano de El Burguillo y con la sorpresa de descubrir una isla en plena Castilla. 

Valencia de Alcántara    

La Finca el Cortiñal queda enclavada en medio de la dehesa extremeña, entre alcornoques y encinas centenarias. Este cuidado enclave dispone de spa y un estanque. Las estancias están compuestas por los antiguos caseríos convenientemente adaptadas a su nuevo uso. Un remanso de paz en el que contar todas las estrellas que se pueden avistar sin ningún tipo de contaminación lumínica. Esta zona cuenta con importantes vestigios paleolíticos, así como el Parque Natural del Tajo Internacional.

Peña de Francia

Al sur de la provincia de Salamanca y casi limitando con Cáceres, su cima alcanza los 1.727 metros sobre el nivel del mar, siendo un excelente mirador sobre el campo charro en valle de Las Batuecas. También al fondo se distingue la Sierra de Béjar y más allá queda la de Gredos, integrantes del sistema central junto a la propia Sierra de Francia. Alberga el Santuario del mismo nombre en su cima con un monasterio de frailes dominicos, así como una imponente antena de repetición de TV.

La Alberca                                                                                                              

Primera población de España en recibir la distinción de Monumento Histórico-Artístico allá por 1940, su iglesia de la Asunción, así como sus calles y Plaza Mayor, de estilo medieval, están en un perfecto estado de conservación. Muy próximo se encuentra el Hotel Doña Teresa, de impecable presentación y completamente integrado con el resto del casco histórico, con abundante presencia de piedra en sus interiores, así como las colchas bordadas a mano de sus camas y los cabeceros tallados artesanalmente. Con una cocina más que interesante.

Embalse del Burguillo                                                                                                                                                 

Cuenta ya con cien años desde el inicio de su construcción y es la primera presa que embalsa el cauce del Alberche, afluente del Tajo. Isla Centinela es una antigua torre de vigilancia sobre el río y da nombre al actual hotel, de impresionantes vistas sobre sus aguas y el cercano Valle de Iruelas, y que se distingue formando una isla cuando el nivel del embalse se encuentra en su capacidad máxima. Por ello, su acceso requiere de una embarcación dispuesta por la empresa.

El buque insignia de la marca británica cuenta con todas las comodidades actuales posibles para hacer de la ruta un paseo «a aquí al lado»: desde suspensiones por control electrónico al entretenimiento multimedia, con capacidad de reproducir la radio o el contenido de un mp3, así como las bondades de la calefacción en ambos asientos y puños, imprescindible en esta época del año menos benévola con la temperatura. Su gran autonomía es otro de sus argumentos para despreocuparnos de la alimentación de nuestra compañera y centrarnos en la nuestra.