La dinastía Yamaha y el equilibrio perfecto

Sus rivales lo han puesto todo para derrotarles, pero siguen sin bajarse del primer escalón del podio.

Nacho González

La dinastía Yamaha y el equilibrio perfecto
La dinastía Yamaha y el equilibrio perfecto

Cuatro de cuatro. Parafraseando uno de los dichos más populares del mundo del fútbol, se puede empezar a decir eso de ‘las 8 horas de Suzuka son una prueba que esperas todo el año, en la que pasan miles de cosas y al final siempre gana Yamaha’. La moto número 21 del Yamaha Factory Racing Team, concretamente.

Ellos mismos aseguran que la victoria de este 2018 ha sido la más difícil de las cuatro, y se ha visto que así ha sido. En primer lugar con la presión del Kawasaki Team Green, que con el binomio formado por Jonathan Rea y Leon Haslam –su futura dupla en el Mundial de Superbike- les birlaron la pole después de que Rea batiese el récord de la prueba, y ya el domingo les pusieron en jaque durante buena parte de la carrera.

Después, con el fallo de la gasolina del Team Green, tampoco lo tuvieron fácil para batir al Red Bull Honda, cuyo consumo les permitía una parada menos, lo que obligó a Yamaha a apretar al máximo las dos últimas horas en pista para compensar el tiempo perdido en el ‘splash and dash’ que tuvieron que hacer a un cuarto de hora del final.

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Al final, sufrieron como nunca y ganaron como siempre. La apuesta de 2015 funcionó desde un primer momento: la nueva Yamaha YZF-R1 era la excusa perfecta para ir a por la prueba japonesa por antonomasia, que hasta entonces sólo habían ganado en 1987, 1988 y 1990, con la Yamaha YZF750 y pilotos de renombre como Eddie Lawson, Wayne Rainey, Kevin Magee, Martin Wimmer y Tadahiko Taira.

ÉXITOS Y RETOQUES

Para su apuesta a destronar a Honda –que llevaba cinco triunfos seguidos hasta 2014- optaron por reclutar a los pilotos satélites de la marca en MotoGP. El español Pol Espargaró y el británico Bradley Smith, que formaban pareja en el Tech 3, aceptaron el reto y se unieron al probador Katsuyuki Nakasuga, dominador del nacional japonés y gran conocedor de Suzuka.

La apuesta funcionó a la perfección: pole con récord incluido para ‘Polyccio’ y triunfo claro por más de un minuto ante el F.C.C. TSR Hondaflamante campeón mundial de resistencia en este 2018-, con el Team Kagayama completando el podio.

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El trío funcionó como un reloj, pero para 2016 cambió un tercio del engranaje: ante el temprano anunció de Bradley Smith de irse a KTM a la temporada siguiente, Yamaha recurrió a Alex Lowes, que había sido reclutado en el retorno de la marca al Mundial de Superbike junto a Sylvain Guintoli. El galo estaba lesionado, lo cual hizo fácil la elección del británico.

Lowes fue todo un acierto. Se acopló perfectamente al equipo y arrasaron en carrera, donde el Team Green fue el único al que no doblaron –y por poco-, con Yoshimura logrando meter a una Suzuki en el podio por cuarto año consecutivo. El tridente Espargaró-Lowes-Nakasuga había mostrado ser, como poco, tan bueno como el anterior.

Y tras un nuevo éxito, un nuevo retoque. Pol se fue con Smith a KTM y al Tech 3 llegaron Johann Zarco y Jonas Folger. Sin embargo, Yamaha tenía la vista puesta en el nuevo compañero de Lowes: Michael van der Mark.

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Era lógico: VD Mark era joven, rápido, ya se había hecho a la R1 y conocía bien Suzuka, donde había ganado con Honda en 2013 y 2014. En esas circunstancias costaba pensar en una apuesta más segura, y como sucediera el año anterior, arrasaron sin piedad ante el Team Green, que de nuevo logró de milagro mantenerse en la misma vuelta. Esta vez cerró el podio el F.C.C. TSR Honda.

LA FÓRMULA PERFECTA

Con tres triunfos seguidos ya habían logrado algo que solamente había hecho Honda, y en repetidas ocasiones. Los diapasones habían maniatado el ala dorada en la prueba en la prueba en la que siempre habían volado más alto que nadie. Por eso, para este 2018, la corporación decidió retomar el olvidado Team HRC. Un equipo oficialísimo, su mejor material a cargo, los colores de Red Bull y un tridente de garantías con el probador Takumi Takahashi, el piloto de MotoGP Takaaki Nakagami y su piloto referencia en Superbike, Leon Camier.

De forma paralela, Kawasaki había atendido las peticiones de Jonathan Rea de montar un proyecto ganador para Suzuka. El mejor piloto de motos de serie del mundo había movilizado a Kawasaki Heavy Industries para ganar una prueba que sólo lograron allá por 1993, y con parte de su equipo en el WorldSBK, el norirlandés formó equipo con su amigo Leon Haslam y con el japonés Kazuma Watanabe.

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Dos amenazas al trono a las que Yamaha contestó de la mejor forma posible: con estabilidad. Por fin, iban a acudir a Suzuka con el mismo equipo del año anterior.

Si algo funciona, mejor no tocarlo. El tridente VD Mark-Lowes-Nakasuga estaba preparado para el desafío, sabiendo que sus dos rivales estaban más fuertes y que para 2018 eran tres los equipos favoritos; si bien las opciones del Red Bull Honda bajaron con la lesión de Leon Camier, que fue reemplazado por el estadounidense Patrick Jacobsen.

No sólo la mejoría de sus rivales les puso a prueba. La lesión de Nakasuga durante el fin de semana dejaba todo el peso en Lowes y VD Mark. La lluvia arreciaba y la dupla Rea-Haslam prometía batalla hasta el final. Después, los Safety les dieron una de cal y una de arena: prácticamente eliminaron de la lucha al Team Green, pero devolvieron a la misma a HRC, que para colmo les tenía ganada la batalla del consumo.

La dinastía Yamaha y el equilibrio perfecto

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Tocaba darlo todo y estirar la ventaja. Ya eran claramente el trío más compensado (Watanabe y Jacobsen bajaban el nivel de ritmo de Kawasaki y Honda), y transformados involuntariamente en dúo, Lowes y VD Mark apretaron como si de una carrera del Mundial de Superbike se tratase para certificar la cuarta victoria consecutiva. La más difícil. La mejor.

Yamaha ya es una dinastía en Suzuka. Cuatro seguidas así lo atestiguan, y la mejor noticia es que en 2019 volverán –si no pasa nada- con el mismo trío, ya que Lowes y VD Mark han renovado con la marca. La dinastía ha encontrado la fórmula del equilibrio perfecto y, pese a que Honda y Kawasaki (e incluso Suzuki) volverán reforzados; en 2019 serán, de nuevo, los rivales a batir.

EL PÓQUER DE YAMAHA

Estos han sido los podios de las últimas cuatro ediciones de las 8 horas de Suzuka, con presencia de Honda (TSR Honda y HRC), Kawasaki (Team Green) y Suzuki (Kagayama y Yoshimura); pero con un denominador común: la victoria del Yamaha Factory Racing Team.

La dinastía Yamaha y el equilibrio perfecto

La dinastía Yamaha y el equilibrio perfecto
PÓQUER YAMAHA EN LAS 8 HORAS DE SUZUKA
2015 2016
1 Yamaha Factory Racing Team 204 vueltas 1 Yamaha Factory Racing Team 218 vueltas
(K. Nakasuga / P. Espargaró / B. Smith) (K. Nakasuga / P. Espargaró / A. Lowes)
2 F.C.C. TSR Honda 1'17.411 2 Team Green 2'17.883
(J. Hook / K. Smith / D. Aegerter) (A. Yanagawa / L. Haslam / K. Watanabe)
3 Team Kagayama 1 vuelta 3 Yoshimura Suzuki Shell Advance 1 vuelta
(Y. Kagayama / N. Haga / R. Kiyonari) (T. Tsuda / J. Brookes / N. Haga)
2017 2018
1 Yamaha Factory Racing Team 216 vueltas 1 Yamaha Factory Racing Team 204 vueltas
(K. Nakasuga / A. Lowes / M. van der Mark) (K. Nakasuga / A. Lowes / M. van der Mark)
2 Team Green 2'09.052 2 Team HRC 30.974
(K. Watanabe / L. Haslam / A. Shah) (T. Takahashi / T. Nakagami / P. Jacobsen)
3 F.C.C. TSR Honda 1 vuelta 3 Kawasaki Team Green 1 vuelta
(D. Aegerter / R. De Puniet / J. Hook) (K. Watanabe / L. Haslam / J. Rea)
(Fotos: FIM EWC / Marcas)

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