Tocado –pero no hundido- llega Álvaro Bautista a la cita de Portimao con la que se reanuda el Mundial de Superbike 2019 después del parón veraniego. Un parón que ya ha sido largo en cuanto a la duración, de casi dos meses, y que para el talaverano ha tenido que hacerse eterno.
Demasiado tiempo para pensar en cómo se le ha ido torciendo una temporada que comenzó reescribiendo los libros de historia y que se fue complicando poco a poco, hasta tocar fondo en Laguna Seca, donde tras irse al suelo en la primera manga el sábado, el domingo sufrió una desafortunada caída al inicio de la carrera Superpole tras un toque con Toprak Razgatlioglu que le produjo una lesión que le impidió completar la segunda manga, yéndose de la ronda estadounidense de vacío.
Todo ello mientras Jonathan Rea salía del escenario californiano con dos victorias y un segundo puesto, un botín de 57 puntos que le hacía elevar la renta hasta los 81 de diferencia sobre el talaverano: un colchón casi convertido en hamaca para irse de vacaciones con el título encarrilado después de una temporada muy regular, en la que ha salido de todas las rondas –excepto Jerez- con más del 70% de los puntos en juego mientras la cosecha de Bautista ha ido cayendo ronda tras ronda desde que interrumpió su pleno en Imola.
En el gráfico se puede ver el porcentaje de puntos obtenidos por Álvaro Bautista (rojo) y Jonathan Rea (verde) en cada una de las nueve rondas disputadas hasta la fecha en la presente temporada; así como las posiciones en cada carrera:
La diferencia entre los dos se ve muy clara en las gráficas, y reside en las no victorias. Bautista tiene 14 triunfos, pero en las otras once carreras solamente ha logrado un segundo puesto y tres terceros. Por el contrario, Rea tiene ‘solo’ nueve victorias, pero en las otras 16 carreras acumula 12 segundos puestos . Además, su peor resultado es un quinto; mientras que Bautista tiene un 14º puesto, cuatro ceros y una carrera sin disputar.
Visto de otra forma, Bautista ha sido una moneda: la cara es la del piloto imbatible que no dejaba al resto más que las migajas del segundo puesto; y la cruz, los errores en forma de caídas. Al principio la moneda siempre caía de cara, después fue mezclando una y otra y en Laguna Seca se abonó a la cruz.
Por el contrario, Rea ha sido un dado trucado para que solamente salgan seises, cincos y cuatros. Una exquisita resiliencia que empezó a dar dividendos cuando la moneda de Bautista empezó a coleccionar cruces, y que ha inclinado la balanza de la general hacia su lado de tal forma que, con cuatro rondas por delante, tiene al español contra las cuerdas.
Para colmo de males, Bautista sigue sin estar recuperado del hombro, como se vio en el test de Portimao, donde tuvo que renunciar a la segunda jornada. Por lo tanto, llegará todavía muy tocado a la cita lusa, donde Rea nunca ha perdido desde que se subió a la Kawasaki. Es decir, lo tiene todo en contra en un momento de la temporada donde necesita recortar puntos si quiere seguir aspirando al título en su primer y único año con Ducati.
La buena noticia es que ya no tiene nada que perder, porque con el triple cero de Laguna Seca perdió toda opción de depender de sí mismo. Y, como se ve en la gráfica, ya solamente puede volver a ir hacia arriba. Ahora la pelota está en el tejado de Jonathan Rea, que llega a un circuito que adora con medio título en el bolsillo.
El norirlandés ya solamente puede perder el título, mientras que Bautista no tiene ya ningún tipo de presión: pase lo que pase en las doce últimas carreras del año, ha hecho una temporada memorable, superando ampliamente a su compañero de equipo (casi le duplica en puntos) y se irá de Ducati al término del curso, parece que con destino a Honda, donde comenzará una nueva historia, seguramente muy distinta.
Hasta entonces, su tarea debe ser ir carrera a carrera. Recuperar el hombro y volver a disfrutar de su Panigale como hace meses, sin mirar la general. Como a principio de año, cuando simplemente salía a pista y ponía un ritmo endiablado sin pensar en clave de título. Precisamente, cuando su dominio llevó inevitablemente a situarle como campeón, llegaron las cruces. La clave ahora es volver a ese inicio de temporada: disfrutar pilotando.
A partir de ahí, si Rea falla y puede engancharse a la lucha del título, fantástico para él. Si no, el marrón de destronar al de Kawasaki con la V4 ya será cosa de Scott Redding. A él ya que le quiten lo bailao, que lo bailao son 14 victorias como rookie con una moto nueva.