Mientras Ana Carrasco se iba en solitario directa a seguir haciendo historia en el motociclismo femenino en la pasada carrera del Campeonato del Mundo de Supersport 300 en Imola, en el grupo perseguidor se libraba una batalla encarnizada por la segunda posición. Sobre la misma línea de meta se la quedaba el español Borja Sánchez, que aprovechaba el error del local Kevin Sabatucci para adelantarle.
La felicidad se podía contemplar en su rostro. Era su primer podio mundialista en la categoría en la que comenzó en 2017 acariciándolo una y otra vez. En las tres primeras carreras de la categoría (Aragón, Assen e Imola), el piloto gallego del Halcourier Racing metía su Yamaha YZF-R3 en cuarta posición.
Para esta temporada, Sánchez cambiaba la Yamaha por la Kawasaki Ninja 400 del ETG Racing gerundense, ocupando el lugar dejado precisamente por Carrasco, que había cambiado al DS Junior Team. Un cambio de montura atrevido (Yamaha había dominado el primer año) pero que resultó totalmente acertado, ya que las pequeñas motos verdes están siendo, junto a las KTM, las mejores en este 2018.
Décimo en Aragón, en Assen no tuvo suerte. En Imola no podía fallar. El piloto de A Coruña, la gran esperanza de un motociclismo gallego ávido de ídolos que sigan la estela de Juan López Mella o Dani Rivas, partía desde la quinta posición de parrilla en Imola, donde tuvo que batallar para hacerse con una segunda posición que daba sentido a todos los esfuerzos, aupándole al podio mundialista que tanto se le había resistido en 2017, donde acabó sexto de la general.
Sólo seis días después, su suerte había cambiado por completo. La razón se podía encontrar en el agobio expresado en su página de Facebook, donde comunicaba que había sufrido un revés económico grave en forma de pérdida de un patrocinador importante, que –como tristemente suele suceder en estos casos- pone su futuro completamente en el aire.
“Hola amigos. Hoy no son tan buenas noticias", comienza avisando el gallego, antes de pasar a explicar los detalles de su situación:
“Los pilares de esta temporada eran cuatro, mi familia, el equipo, los sponsor y las instituciones. Pues bien, uno de los sponsor más importantes ha sufrido un impago, por lo que no podrá asumir este año mi sponsorizacion", afirma, reconociendo que si no cambia la situación no tendrá más remedio que dejar el campeonato.
“Las instituciones con ayudas al deportista, si llegan, llegan tarde, y mi familia y el equipo junto con el resto de los sponsor no llegan a los compromisos económicos, por lo que si no nos sale nada urgente, no podremos continuar en el mundial", se lamenta, intentando mantener el discurso positivo y dando gracias a todas las personas y marcas que están a su lado:
“Nos quedamos con lo bueno, somos capaces de todo y casi sin medios económicos, agradecemos a todos los que habéis creído en mí y apoyado, pero si no sale nada, aunque no es mucho lo que nos falta, no tendremos más remedio que abandonar. Así es este deporte, una alegría y muchas desilusiones, solo puedo decir gracias".
A unos días de la ronda de Donington, el futuro del prometedor piloto de 18 años está completamente en el aire.