El arte de tapizar

El asiento es una parte fundamental que no hay que descuidar. Sus formas y tapizado son clave en la estética y la comodidad de nuestra querida moto. De eso sabe mucho Raúl Garrucho, nieto e hijo de tapiceros.

Víctor Gancedo

El arte de tapizar
El arte de tapizar

Hay oficios y negocios que pasan de padres a hijos durante varias generaciones. Este es el caso de un local que lleva abierto más de 60 años en el barrio madrileño de Tetuán y que está regentado por Raúl Garrucho, nieto e hijo de tapiceros. En su taller de la calle Hernani se tapizan y restauran interiores de coches, pero últimamente están adquiriendo buena fama gracias a los asientos de motos que están preparando. Raúl es un gran apasionado de las dos ruedas y muchos de sus amigos también, por lo que sabe muy bien lo que necesitamos los que montamos en moto.

La mayor parte de su trabajo se centra en sustituir o reparar tapizados maltrechos y dejarlos de acuerdo a su aspecto original, pero a menor escala también modifica y guarnece asientos para motos especiales de tipo cafe racer, custom, deportivas, etc. Para estas motos transformadas suele escuchar al propietario y hacer las cosas de acuerdo a sus gustos, pero él también aporta consejos y experiencia para hacer unas cosas u otras. La verdad es que las posibilidades que hay a la hora de trabajar sobre un asiento son muchas.

Si el mullido está dañado, hay que repararlo para eliminar imperfecciones.

Además de distintos tipos de telas y pieles, también están sus colores y los de los hilos de las costuras. Luego se puede trabajar con sus formas, añadiendo o quitando mullido a gusto del consumidor. La verdad es que es sorprendente lo que puede llegar a cambiar un asiento al jugar con los colores, los tamaños o las formas. También los hilos que se utilicen pueden decir mucho acerca del tipo de moto al que va destinado el asiento, haciendo que luzca de una manera o de otra otra. Para saber cómo trabaja Raúl Garrucho hemos optado por visitarle y llevarle un asiento dañado de una Triumph Speed Triple, con la idea de que lo repare y de que le otorgue un aspecto de cafe racer, aunque manteniendo su carácter biplaza.

El tapizado "viejo" puede servir para hacer parte del patrón del nuevo. 

Antes de nada y tiza en mano, ha trabajado sobre la funda antigua para marcar algunas líneas "maestras" y la ha recortado para utilizarla como patrón. Luego ha reparado la parte trasera dañada y ha añadido una capa de mullido de tipo viscogel para redondear la zona posterior y para que se aprecie más la diferencia de altura con respecto a la parte delantera. Para el nuevo tapizado ha optado por un tejido liso y negro para los laterales y la parte trasera, que se ha hecho de una solo pieza. Para que se distinga, la pieza de la zona de apoyo del piloto la ha confeccionado en tejido tipo alcántara, también de color negro, y en la máquina de coser la ha decorado con costuras de hilo rojo en líneas transversales al sentido de la marcha.

Para unir las dos piezas ha utilizado hilo del mismo color. Una vez completado, lo ha grapado a la base, utilizando al mismo tiempo un secador con aire caliente para evitar pliegues. A grandes rasgos y sin haber mencionado algunos pasos menores, así es como se restaura un asiento. Un trabajo totalmente artesanal que tiene una buena parte artística, cuyo resultado aporta clase y distinción.