Con 38 años, un título mundial, 17 victorias y 156 podios, Albert Cabestany anunciaba su retirada. Una decisión que, especialmente para los aficionados del Trial, se ha convertido en una triste noticia. “La verdad es que nunca es una decisión fácil porque aparte de todos los Mundiales y nacionales en los que he competido, esto viene de mucho antes y poner punto y aparte, porque no es punto y final, siempre es difícil… rompes tu rutina, rompes tu estilo de vida y más cuando todavía estás en forma. El Trial me ha formado como persona y como piloto".
2018 complicó la trayectoria de Cabestany. En más de una ocasión, el piloto de Tarragona reivindicó el hecho de no conseguir un hueco asegurado en el Mundial de X-Trial."Tenía claro que cuando lo dejara lo haría estando arriba y al más alto nivel. Este año tenía la posibilidad de seguir compitiendo en el Mundial, uno o dos años más, pero si no era al 100% prefería dejarlo, podía correr pero no quería hacerlo bajo cualquier precio".
Entre otros logros, Albert acumula 25 mundiales por equipos con la selección española, y además, en más de una ocasión se le otorga el reconocimiento como precedente de la etapa dorada del trial español. Fruto de su legado, encontramos figuras mundialistas como Toni Bou o Adam Raga. “Nosotros comentábamos un poco entre risas que llegaríamos a los 40 haciéndolo bien, algo que resultaba un poco utópico porque veías a pilotazos como Lluís Gallach o Jordi Tarrés que pararon a los 30… pero creo que todos nos hemos retroalimentado y hemos hecho que nos esforzásemos más para llegar hasta aquí. También el clima que hay en nuestro país que nos permite entrenar durante todo el año. La RFME ha trabajado muy bien la cantera. Ha ayudado a los jóvenes y cuando alguno ha sido campeón lo han sabido retener. Jaime Busto ya es una realidad, pero también Gabriel Marcelli, Aniol Gelabert, Jorge Casales… No tenemos que sufrir porque tenemos buenos pilotos que vienen por detrás y que pintan bien. Tienen ganas, calidad…"
No obstante, Albert puede poner el broche de oro a su trayectoria en la competición con muy buenos resultados, recalcando que 2002 fue una de sus mejores etapas, año en el que consiguió su título mundial Indoor, categoría donde su nombre, por tradición, figuraba siempre en las primeras posiciones en carrera. “Fue un momento increíble. Llevábamos muchos años de dominio de Dougie Lampkin, parecía que nadie podía pararlo y lograrlo supuso un subidón increíble. También conseguí reinventarme ganando a Adam Raga, que era el otro rival imbatible y luego ya estaba Toni Bou que ha arrasado con todo. Estoy muy satisfecho de lo que he logrado. Recuerdo cuando era pequeño de ir con la bici cerca del comercio de mi padre y soñar, algún día, con ser piloto profesional. Lograr un Mundial, poder dedicarme a lo que siempre he querido ya es un éxito".
Sin duda, el piloto emprendió hace más de dos décadas un camino de éxito con equipos como Gas Gas, Sherco y Beta. “Me llevo saber que he trabajado con grandes profesionales. Son fábricas que lo viven con mucha pasión y te llevas su sabiduría. Cada cual tiene su forma de hacer las cosas y de cada una coges lo mejor. Muchas experiencias, sabiduría puramente mecánica de saber cómo evoluciona cada moto y en lo personal conocer cómo trabajan las diferentes personas".
Cabestany no tiene prisa por descubrir su futuro en las dos ruedas, sin embargo, declara que tiene algunas puertas abiertas, aunque sin más detalles por el momento. El veterano seguirá vinculado a la disciplina, pero todavía no ha desvelado de qué forma. “Todavía está todo por decidir. Quiero algo que me motive. Sin duda una de las cosas será trabajar en la Escuela de Parcmotor Castellolí pero hay más cositas. Habrá tiempo para pensar y decidir qué hacemos y cómo lo hacemos".
