En 1969, el transbordador espacial Apolo XI despegó desde Estados Unidos para que por primera vez en la historia un ser humano caminara sobre la Luna al son de la famosa frase: «un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad». Cincuenta años después, KTM y Husqvarna han lanzado dos pequeñas motos infantiles que también pretenden marcar el despegue de la nueva era de un motocross electrificado.
Pasos pequeños, y escasos, los que por ahora se han visto en cuanto a la propulsión eléctrica en la moto de campo, sobre todo en comparación con otros sectores como las motos de carretera y, especialmente, la automoción. Una falta de avance que, para algunos aficionados, no es en absoluto negativa, sino más bien lo contrario, pues la tradición parece tener un peso importantísimo en las diversas disciplinas del off road. En cierta medida, nosotros nos incluimos en ese grupo de apasionados. Y reconocemos que, sin ir más lejos, las comparativas de modelos de dos tiempos son sin duda en las que más gozamos cada año; por su aporte sensorial único, tanto por la respuesta, como por el olor y, por supuesto, el precioso sonido.
Ahora bien, pese al aura de libertad y espíritu rebelde que envuelve al motocross, casi como al margen de la ley –para bien y para mal-, lo cierto es que la situación global también le ha de acabar afectado. En los tiempos presentes ésta parece encaminada a sistemas de propulsión menos contaminantes y ruidosos, un objetivo que a corto plazo se ha confiado a los motores eléctricos.
Como antes apuntábamos, las iniciativas por ahora han sido escasas en el off road en general, contando entre ellas las primeras Zero de la década pasada, seguidas a continuación por KTM con sus conocidas Freeride E de enduro y cross en 2014. También ha habido, y hay, algunos modelos de trial de Gas Gas, Mecatecno y Yamaha, aunque ésta última solo fue un prototipo. Tampoco hay que olvidar la famosa Alta americana, de ilusionantes prestaciones pero de decepcionante éxito comercial –nunca llegaron a Europa y la compañía cerró en 2018-, ni mucho menos ese prototipo de CRF eléctrica que Honda ha mostrado puntualmente para sugerir también su mirada al «e-cross».
KTM y Husqvarna han apostado por la "electrificación" de su gama de cross empezando por los modelos infantiles
No obstante, las que han llegado a comercializarse no han tenido un gran éxito, que se diga, principalmente por sus limitaciones en cuanto a autonomía y rapidez de carga. Pero también porque eran modelos enfocados a aficionados adultos; ésos que crecieron -crecimos- sobre motores 2T, que tanto les costó acabar a aceptando a las 4T, pese a su indudable eficacia, y que ahora son aún más reacios a readaptarse a una tecnología nueva.
Es por ello que en KTM y Husqvarna han optado por una estrategia diferente e inteligente, dirigiendo sus esfuerzos a los usuarios que todavía no tienen prejuicios arraigados, esto es, los niños. Un segmento infantil que otros fabricantes ya vienen cuidando desde hace algunos años, como la marca Oset entre las más conocidas y exitosas -también Torrot, Mecatecno…-, pero la novedad consiste ahora en la llegada de dos fabricantes de primer nivel mundial como lo son Husqvarna y KTM.
Husqvarna EE 5 y KTM SX-E 5, no son de juguete
Efectivamente, las nuevas SXE 5 y EE 5 ya han llegado a los concesionarios listas para salir en las manos de los niños que quieran estrenar su nuevo juguete crossero. En realidad, como ambas marcas afirman, y como también indica su elevado precio, es bastante más que una moto de juguete…
La KTM y la HVA emplean la base ciclística de las 50 de gasolina de ambas marcas, incluyendo el chasis en acero -con diferentes formas-, el basculante en aluminio, la horquilla WP XACT de muelle neumático, el amortiguador WP multirregulable, los frenos con bombas Formula y discos Galfer, el manillar, las estriberas e incluso la misma carrocería –salvo el depósito de gasolina…-.
Pero bajo ésta encontramos un motor eléctrico de avanzada concepción, aunque adaptado a las necesidades que puedan tener los pilotos de entre 5 y 10 años –he aquí otra ventaja de apostar por la electrificación en modelos infantiles, pues la exigencia en prestaciones y autonomía es menor que para las motos grandes-. Se trata de un motor sin escobillas, con rotor exterior y de 48 voltios, para el que se declaran 5 kW (6,7 CV) de potencia máxima y 2 kW (2,7 CV) de potencia nominal –la potencia que es capaz de transmitir de forma continuada, y no de manera puntual, como lo es la máxima-.
Ambas motos comparten parte ciclo y motriz, diferenciándose por el diseño de la carrocería.
La energía eléctrica está almacenada en una batería de iones de litio, con una capacidad de 21 Ah. Este dato, unido a los 48 voltios del motor eléctrico, significa que teóricamente debe ser capaz de suministrar casi 1 kW de potencia de forma continua durante una hora -0,907 kW declaran las dos marcas, exactamente-. O, lo que sería lo mismo, 2 kW durante media hora, o 4 kW durante quince minutos, u 8 durante siete minutos y medio. Obviamente, estas últimas cuentas son solo teóricas, porque, como antes hemos dicho, el pico máximo de este motor es de 5 kW, pero es para que empecéis a familiarizaros a relacionar la capacidad de una batería –amperios hora-, la tensión o «trabajo» del motor –voltios- y la potencia generada –kilovatios-.
En la práctica, la centralita de control es la que se encarga de gestionar esa energía eléctrica acumulada, atendiendo no solo a las demandas del piloto en sus gestos con el gas –o mejor dicho, el potenciómetro-, sino también a otros factores como la temperatura del sistema, el modo de motor seleccionado (6 en total) o la carga restante en la batería. Gracias al trabajo de la ECU, Husqvarna y KTM anuncian un rango de uso de hasta dos horas en pilotos que se inician y de 25 minutos en manos de jóvenes expertos.
Silencio, se rueda
Las dos marcas con sede en Mattighofen nos han prestado las unidades de prueba de la SXE 5 y la EE 5 para un test breve pero intenso y muy didáctico. La prueba la hemos realizado el circuito infantil de Motocross Madrid Park, en Valdemorillo, donde, por cierto, cuentan con escuela off road infantil con alquiler de motos y equipo en sus días de apertura. Hemos contando dos buenos miniprobadores; Óscar Quirós, recién proclamado Campeón de Madrid de 65, pero recién salido de su etapa en 50 y cuya menuda talla encaja perfectamente con nuestras protagonistas; e Iván Bernabeu, con gran experiencia en motos de velocidad y supermotard, pero que también practica motocross esporádicamente para entrenar. Dos perfiles diferentes, por altura y experiencia, justo lo que necesitábamos para esta prueba.
Y es que, antes de ponernos en marcha, conviene destacar el énfasis que han puesto KTM y Husqvarna en que su dos motos eléctricas puedan ser adaptadas a usuarios de diferentes tallas y niveles, ampliando así su rango de edades posibles, y también para aumentar su vida útil con un mismo usuario al permitir que la moto «crezca» a la par que el piloto. Por esa razón, el amortiguador se puede situar en dos posiciones, y también el asiento ofrece dos alturas, al jugar con la posición del subchasis –operaciones que se realizan en cuestión de minutos-. Dicho ajustes se pueden –y se deben- compensar a su vez con la altura de la horquilla, al subir o bajar las botellas con respecto a la tija superior, sin olvidar el plus de adaptabilidad propio de la horquilla WP XACT de aire, que en cuestión de segundos permite variar la presión para graduar su taraje para usuarios de distintos pesos.
Ambas motos destaca por la gran capacidad para ajustar la altura del conjunto y la respuesta del motor.
A mayores, también hay disponible un kit de horquilla y amortiguador para bajar todavía más el conjunto, por lo que en total hay cuatro alturas diferentes. La EE 5 de pruebas estaba en la configuración más alta, y la SXE 5 en la más baja, por lo que en esta prueba hemos podido verificar las diferencias: la Husqvarna tenía una altura de asiento de 675 mm, mientras que el de la KTM estaba en 565 mm. Como veis, el rango de configuración es amplísimo, e incluso sin el kit de reducción de suspensiones, la altura de asiento desciende de 675 a 629 mm jugando con las configuraciones de serie.
Igualmente, el motor presume de una gran capacidad de configuración, con hasta seis modos. El cambio se realiza desde un botón en el marcador central –sobre la pipa de dirección-, en el que también se puede ver el nivel de carga de la batería y el testigo de fallos del motor. Otro detalle interesante es que, en los modos 4, 5 y 6, al girar el acelerador en el sentido contrario –cerrado a tope, y un poco más-, se activa un modo de recuperación que no solo aporta retención a la rueda trasera sino que también recarga la batería.
Además, KTM y Husqvarna han puesto mucho énfasis en la seguridad, con un proceso de puesta en marcha con dos pasos –para evitar que la moto salga disparada por accidente nada más pulsar el botón de «on»-, y dos procesos de apagado automático; uno cuando la moto está tumbada durante más de 5 segundos, y otro tras pasar un minuto sin que la moto se mueva, para impedir también esos acelerones inesperados cuando nos habíamos olvidado de que la moto estaba encendida –porque, claro, aquí no hay ruido de motor que nos lo recuerde…-. También existe un interruptor bajo el asiento para bloquear el cambio de modos, e impedir que un niño novel ponga por accidente un mapa inadecuado para su nivel, así como el clásico interruptor «hombre al agua» en el manillar –cuya ubicación en la izquierda, por cierto, habría que pensársela un poco mejor, porque no sería bueno que la moto se apagar cuando el niño tenga que quitarse un tirable de las gafas…-.
El motor eléctrico de la KTM y la Husqvarna ofrecen una aceleración impresionante para su compacto tamaño.
Pasando ya a la prueba, lo primero a destacar es el gran nivel que ofrece el apartado ciclo, tanto por el comportamiento del chasis como el de las suspensiones y los frenos. Tanto Óscar Quirós como Iván Bernabeu nos explicaban que la Husqvarna y la KTM eléctricas respondían igual de bien que las 50 «de gasolina», e incluso afirmaban sentirlas más fáciles de manejar, pero sin impedir una buena estabilidad en recta. «Hacía un año que no montaba en moto de cross –nos aclara Iván-, porque tuve una lesión en la pierna. Pero la verdad es que enseguida he cogido confianza con estas dos motos, que se manejan muy fácil y desde el primer momento te encuentras a gusto».
Buenas aptitudes como probadores, las de ambos, pues en efecto la báscula nos confirma que la SXE 5 y la EE 5 son 2,5 kilos más ligeras que sus hermanas de 50 cc, además de ofrecer un reparto de pesos más equitativo, con 50,5/49,5% en las eléctricas, y 48,2/51,8% en las de gasolina. Los frenos responden con fuerza y precisión, mientras que en las suspensiones destaca la gran tracción que transmite el amortiguador –vital en motos con ruedas tan pequeñas- y el impresionante aguante de la horquilla, tanto en baches como en saltos.
«La horquilla de la KTM me ha parecido un poco seca en los aterrizajes, pero la de la Husqvarna iba genial» nos apunta Óscar Quirós, quien también nos da testimonio de la respuesta del motor: «tiene mucho nervio, incluso se nota agresiva al acelerar, claramente más que la 50 que tenía yo. En las curvas derrapa, y todo. En bajos y medios responde genial, porque tiene mucha fuerza, pero luego arriba creo que estira menos que la de gasolina, lo cual se nota en las rectas». Óscar se refiere a la respuesta de la KTM en el modo 6, y no le falta ninguna razón, pues a «full power» la SXE ofrece una aceleración impresionante -más que capaz de encabritarse cuando un adulto abusón comete el error de infravalorarla…-.
El modo 6 también es en el que más se nota el efecto de retención del motor –en el 4 y 5 casi nada-, abriendo las puertas a un nuevo elemento de gestión y un nuevo estilo de conducción, todo con el gas, sin tocar el freno trasero, con lo que ello implica para la técnica y la posición de los pies en las estriberas. La diferencia de entrega entre los seis modos es clarísima y está perfectamente graduada. Porque, además, no solo afecta a la potencia y el empuje, sino también a la velocidad máxima, ya que en el modo 1 la SXE 5 y la EE 5 van a paso de «trote ligero», algo especialmente útil para usuarios completamente noveles. Obviamente, en función del modo selección la batería dura más o menos, y en los más potentes se nota que la entrega va perdiendo algo de fuerza cuando se acerca el final de la autonomía.
No hay duda, el rendimiento ciclo y motriz de la Husqvarna y la KTM eléctricas está a la altura de sus homólogas de gasolina, e incluso las supera en facilidad de manejo y aceleración. Igualmente, el puesto de mandos es de primer nivel, por calidad, tamaño y diseño de manillar, estriberas, asiento, puños, carrocería…
Como en otros vehículos eléctricos, la autonomía, el tiempo de carga y el precio siguen siendo apartados a mejorar.
Ahora bien, la SXE y la EE tienen varios condicionantes, empezando por el del elevado precio, con una imponente cifra de 5.000 euros –más los 416 del cargador, que se compra a parte-, que son 1.000 más que su homólogas de gasolina. Eso sí, en esa diferencia hay que contemplar el ahorro en mantenimiento, pues en la KTM y la HVA basta con cuidar la tensión y el engrase de la cadena, pero sin tener que gastar en filtros de aire, aceites, pistones, embragues, fibra de escape, ni por supuesto la gasolina –aunque también hay que tener en cuenta la vida de la batería, dato que todavía se desconoce-. El segundo factor es el de la autonomía. El experimentado Óscar le dio «cera de la buena» a la KTM, siempre en el modo 6, y la batería dijo basta a los 27 minutos –continuados-, lo que encaja con lo anunciado por ambos fabricantes. Por su parte, la Husqvarna en manos de Iván, llegó a los 41 minutos, con algunas paradas y cambiando varias veces de modo.
Una desventaja clara frente a las versiones de gasolina, como también el tiempo de «repostaje», pues nosotros hemos contabilizado una hora y veinte hasta la plena carga, y 50 minutos hasta el 75 por ciento -¡ojo!, porque el tiempo de carga puede variar según el enchufe y otros detalles de la instalación eléctrica-. En el mejor de los casos, la autonomía todavía es algo justa para disfrutar de un momento de diversión que sea al menos tan largo como el tiempo de llegar hasta el circuito de cross. En realidad, las pegas del precio, la autonomía y la recarga no son exclusivas de las motos de KTM y Husqvarna, sino que se pueden achacar a todos los vehículos eléctricos actuales.
Eso sí, una de las ventajas de los motores eléctricos es la ausencia de ruido, que quizá pueda abrir las puertas a que las pistas de cross sean más numerosas y estén en lugares menos alejados. Especialmente las de los niños, que no necesitan mucho espacio, por lo que, aunque suene utópico, quizá se podría soñar con trazados de cross urbanos donde actualmente hay circuitos de BMX, skateparks, kartings indoor, canchas de baloncesto, pistas de pádel o campos de fútbol. Sería una gran manera de captar aficionados nuevos y jóvenes al motocross, que ahora no los pueden ser porque simplemente no saben ni que existe. Esa ventaja de la KTM SXE 5 y la Husqvarna EE 5 es la que podría marcar una nueva era para fomentar la pasión por el cross entre los más pequeños.
Valoraciones (Husqvarna EE 5 y KTM SE-E 5)
Lo mejor:
-
Múltiples modos de conducción
-
Talla ajustable
-
Eficacia parte ciclo
Mejorable:
-
Precio elevado
-
Autonomía
-
"Repostaje" lento