Pese al duro golpe vivido a principios del año pasado, cuando sufrieron un brutal robo en sus instalaciones, Motos Da Silva continúa con paso firme en la misión de consolidar y ampliar su prestigio en la escena «off road» nacional. El grupo de gente encabezado por Francisco Da Silva lo está consiguiendo a buen ritmo y, sobre todo, con muy buena letra; ampliando su radio de influencia con su centro en Asturias, con la tienda abierta en Pola de Siero, y/o renovando su sede central en Sevilla, trasladando su base a una nave industrial más amplia y moderna, situada en Gerena.
En el plano deportivo, el Team Motos Da Silva también ha protagonizado una ascensión muy destacada en apenas unos años de existencia. En 2015, el equipo sevillano se haría con el tercer puesto final en el Nacional de MX-Élite, con Francisco Utrilla como piloto, con quien, un año más tarde, también llegarían a luchar en los puestos de cabeza en el Europeo de MX300. En 2016, el equipo Da Silva iniciaba su apuesta de futuro apoyando a la gran promesa del cross asturiano, Pablo Gutiérrez, consiguiendo el título en el Nacional de MX65 y el 5º puesto en Campeonato de Europa.
Además, en 2017 también estrenó su condición como concesionario oficial TM Racing para Sevilla y provincia, una positiva novedad que es la principal razón por la que Motos Da Silva nos visita en esta ocasión, para poder probar su especial preparación de la TM MX 125 ’17.
CusToMizada
La protagonista de estas páginas no es la máquina de carreras de ningún piloto en concreto, sino que se trata de una «customización» realizada por Motos Da Silva para mostrar lo que son capaces de hacer con la base mecánica y ciclística de las TM. En lo que respecta a la planta motriz, en Da Silva han comprobado en primera persona que la fama de marca de Pésaro, que nosotros mismos hemos mencionado muchas veces, no es falsa en lo que respecta a su condición de motos «carrera cliente». Así nos lo explicaba el técnico de la casa, Carlos García: «al abrir el motor nos hemos sorprendido por el acabado de los cárteres y el cilindro. Francamente, de serie vienen ya muy bien acabados y afinados, y en esta moto apenas hemos retocado un poco el cilindro y la carburación, y también hemos recurrido a una culata VHM para optimizar la combustión». Tampoco pasa por alto la impecable estampa, y apariencia «de carreras», del conjunto de escape Scalvini, con bufanda troquelada y silenciador en fibra de carbono, aunque la realidad es que dicho escape viene como dotación de serie en la TM MX 125 ’17. En su caso, Motos Da Silva también ofrece la posibilidad instalar un conjunto de la firma holandesa HGS, con una apariencia más clásica, pero con mejor respuesta en alto régimen.
En el apartado ciclo, la TM Da Silva destaca sin duda por la incorporación de un equipo de suspensiones completo Öhlins, con el nuevo amortiguador TTX Flow y cartuchos TTX en la horquilla KYB original. El equipo de frenos también recibe lo mejor de la casa Galfer –discos, latiguillos y pastillas-, aunque respetando el tamaño de los discos de la moto de serie –la cual, recordamos, también viene de origen con latiguillos metálicos-. En Sevilla también han buscado optimizar el puesto de mandos y la eficacia general del conjunto con los mejores componentes de la industria auxiliar, como las estriberas sobredimensionadas sobredimensionadas, el manillar Renthal, las manetas Zeta, la funda de asiento PG Grips…
Piccolina
Estaréis de acuerdo en que todas las piezas extra permiten a nuestra protagonista presumir de una imagen espectacular y cautivadora como pocas. Algo de lo que ya pueden presumir en estado de serie las TM, pero en esta versión de Motos Da Silva se comprueba que las italianas aceptan de muy buen grado cualquier retoque de distinción. Pero, además, ya os confirmamos nosotros que dichos añadidos también contribuyen a mejorar su rendimiento general. En primer lugar, según los datos verificados en nuestro Centro Técnico, la TM Da Silva ha destacado por registrar en la báscula un peso inferior al modelo de las tiendas, con unos brillantes 92,6 kilos en vacío -0,2 menos que la de serie-, una cifra bastante ajustada si tenemos en cuenta la gran cantidad de accesorios que incorpora –es de las 125 preparadas más ligeras que hemos probado últimamente-.
Las piezas extra no solo añaden belleza y reducción de peso, sino que también aportan beneficios prácticos. Éstos los descubrimos nada más subirnos a la MX 125 Da Silva, pues disfrutamos las óptimas formas del manillar Renthal Twinwall 999, más ancho y menos alto que la pieza original, ofreciendo así una posición más natural. Las estriberas mecanizadas también presumen de gran tamaño y excelente agarre, e incluso reducen la sensación de excesiva altura de las estriberas de serie. Por su parte, el asiento con funda artesanal PG Grips aporta una mejor sujeción e incluso unas formas más ergonómicas. Tres detalles pequeños, aptos para todos los bolsillos y que ciertamente se notan en la ergonomía general del conjunto.
Los pequeños cambios realizados por Carlos García en el motor, tienen una influencia clara en la respuesta de la TM «piccolina», al menos con respecto a la última MX 125 que probamos de serie, que fue la versión de 2015 –prácticamente la misma que la 2017, salvo algunos cambios en el embrague, el cilindro y el pistón-. Aquella unidad nos sorprendió en su día por su excelente entrega a bajo y medio régimen, pero con una estirada no tan brillante, mientras que en la TM 125 Da Silva prácticamente se ha invertido el tipo de respuesta. En bajos, nuestra protagonista no puede evitar cierto ahogo al acelerar desde pocas vueltas, al menos ante un terreno pesado y de excelente agarre, como era el del circuito de Sevilla La Nueva, horas después de una de esas fuertes lluvias y granizadas. Ante estas condiciones, la «azzurra» exigía estar siempre atentos al cambio y el embrague para mantener el motor en la zona buena, para lo cual, ambos mecanismo ponen de su parte con un funcionamiento intachable –genial, la suavidad del embrague-. La transmisión también presume de tacto suave y, gracias a la corona trasera más grande a la que han recurrido en Da Silva, se logra reducir el compromiso particular que a veces aportan las cajas de cambio de 5 marchas –sobre todo en cilindradas pequeñas, como la de 125, para la que personalmente seguimos viendo más beneficiosa una caja de 6 velocidades-.
Salvado el ahogo inicial, nuestra invitada propone una serie de virtudes muy positivas, como su divertida patada en la gama media de revoluciones, y que además en ella encontramos una eficacia y elasticidad poco habitual en las «octavo de litro». La TM Da Silva nos sorprende precisamente por eso, porque tiene un medio régimen útil, aportando empuje efectivo y aprovechable sin necesidad de esperar al régimen más alto –incluso tolera mejor que otras 125 el anticipar los cambios-, ni la necesidad imperiosa de reducir dos marchas cada vez que aflojamos un poco el gas. En la pista se aprecia una subida de vueltas muy lineal, progresiva y de espectacular elasticidad, con la singular sensación de ganar metros más rápido de lo que suben las revoluciones, casi como en una 250 4T. Sin duda, en acción, el potencial que transmite es bastante mayor que los 33,4 caballos rendidos en nuestros Dynojet –cifra que en cualquier caso es mayor que el modelo de origen-.
El apartado ciclo es sin duda el aspecto de la TM Da Silva que más ha mejorado con respecto al modelo de origen, y mucho de ello tiene que ver con la respuesta de las suspensiones. El material Öhlins plantea un comportamiento fantástico, que no sólo se aprecia por su labor para lidiar con los baches y los saltos del circuito, sino que también afecta positivamente a las reacciones del chasis. En nuestra invitada disfrutamos del inmutable aplomo en recta habitual de las motos de Pésaro, pero incluso mejorada, gracias a que tanto la horquilla como el amortiguador nos permiten abordar los tramos más bacheados con mucha más confianza de lo habitual, casi como si no existieran. Su respuesta es sensible y cómoda, pero también se acerca a la «inteligencia artificial»: en largas frenadas bacheadas consiguen absorber los obstáculos con confort, pero sin emplear demasiado recorrido, ni faltar rapidez de extensión; mientras que en los aterrizajes de los saltos son capaces de actuar casi al contrario, con buena firmeza desde el principio, y ningún rebote descontrolado. La camaleónica respuesta de las suspensiones Öhlins de la TM 125 Da Silva también ayudan a mejorar la agilidad del modelo original, gracias a un tren delantero más ligero en sus movimientos, que permite una inserción en curva más rápida y natural. La MX «101» aporta las sensaciones habituales de las motos mundialistas, con baja altura general y corta distancia entre ejes -1475 mm., verificados-, lo cual permite una mejora en agilidad pero sin restar aplomo en recta. En general, la TM «italosevillana» ofrece un equilibrio genera más divertido y fácil de aprovechar, pero sobre todo transmite mucha confianza para atacar a tope sin apreciar que estamos en el límite.
Lo más:
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Suspensiones sobresalientes
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Chasis muy compensado
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Elasticidad del motor
Lo menos:
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Radio de giro
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Carburación sensible