Yamaha YZ250F 2016, la moto de cross de 250 más completa de la actualidad

Probamos la Yamaha YZ250F 2016, la MX2 más equilibrada y eficaz de su categoría.

Marcos Abelenda. Fotos: Jaime De Diego. Colaboran: Julito Simón, Xurxo Prol y Circuito de la Villa de Don Fadrique.

Yamaha YZ250F 2016, la moto de cross de 250 más completa de la actualidad
Yamaha YZ250F 2016, la moto de cross de 250 más completa de la actualidad

La Yamaha YZ250F lleva varios años disfrutando de una posición de merecido liderazgo entre las 250 de cross de serie, como lo demuestran su habituales triunfos en las comparativas directas con sus rivales de clase -dos años seguidos lleva siendo la MX2 mejor valorada por la revista MOTO VERDE-. Una posición de reinado a la que la moto japonesa accedió, casi de forma inmediata, tras la gran renovación sufrida en la temporada 2014.

Aquel fue el momento en el que la Yamaha YZ250F dejó atrás a su antiguo motor, con culata de cinco válvulas y alimentación por carburador, que en su momento fue pionero en el mercado -primer motor de 250 4T moderno para motocross, nacido allá por 2001-. Yamaha decidió jubilar a un motor más que rentabilizado, pero manteniendo su espíritu innovador en el alumbramiento de la nueva mecánica, que además de estrenar inyección electrónica también se desmarcaba de la competencia por su exclusiva configuración: con el cilindro inclinado hacia atrás -mejor reparto de pesos-; y la culata, «al revés» de lo convencional, de forma que la admisión está en el frontal de la moto, el escape sale hacia atrás -aunque el colector rodea en primera instancia el cilindro, para obtener la longitud adecuada-. Una solución que la pequeña Yamaha heredó de su hermana mayor, la YF450F, que estrenó dicha arquitectura en 2010, pero no se ve en ninguna otra moto de serie actual, ni de campo ni de carretera, y que sólo está presente en la Honda de Moto3.

Desde dicho estreno en  2014, la Yamaha YZ250F recibía en 2015 ligeras mejoras en el motor -mejor respuesta y facilidad de arranque-, mientras que en 2016 también se ha mantenido su base principal con el añadido de algunos reajustes. En el motor se ha buscado una mejor respuesta en bajos, interviniendo en varios componentes internos -pistón, bulón, cigüeñal, cambio, embrague y mapa de inyección- y en el apartado ciclo destaca la llegada de un disco de freno delantero de 270 milímetros de diámetro -antes, de 250-. La última novedad de cara a 2016, radica en la comercialización de una versión especial, además de las estándar -7.999 euros-, denominada edición 60 Aniversario -8.799 euros-, que se distingue por su decoración con el clásico color amarillo de Yamaha, y por un mejor equipamiento de serie -escape Akrapovic, cubremanetas Acerbis y herramienta para modificar la inyección-.

El nuevo freno permite a Yamaha solventar uno de los pocos puntos débiles que tenía su YZ250F, el de la frenada, que ahora se está a nivel de sobresaliente, como prácticamente todos los demás apartados, tanto el motor, como el chasis y las suspensiones. Casi la única pega de la MX2 azul radica en su particular puesto de mandos, no de por sí malo, pero que requiere cierta adaptación y hay a quien no convence, sobre todo por la notable anchura de la carrocería en la parte delantera, por culpa de que justo ahí se ubica la caja del filtro. Todos los mandos presentan un diseño y accionamiento excelente, aunque la elevada situación de las estriberas -de gran anchura- contrasta con la baja posición del manillar, el cual también resulta demasiado bajo.

Ya en marcha, el motor de la Yamaha YZ250F es sin duda uno de los puntos más destacados de la MX2 japonesa, merced a su buen rendimiento general, pero ante todo por su respuesta particular. La arquitectura propia del motor «girado» destaca por su fulgurante subida de vueltas, de forma que la mecánica se sitúa con gran celeridad en la zona buena de empuje, de medios en adelante, apenas unos segundos después de abrir gas. Esto favorece una eficacia magistral a la salida de las curvas, en las que la YZ250F llega a sentirse como una moto de mayor cilindrada, por su empuje lleno y su gran amplitud de potencia aprovechable. En altos, la Yamaha «dos y medio» hace gala de unas buenas prestaciones, resultando un poco más elástica y «puntiaguda» en los modelos de años precedentes -gracias al nuevo mapa de motor, que corta encendido más tarde-. Bien es cierto que este motor no llega el derroche de caballería que sí muestran las 250 de Husqvarna y KTM, quedándose hasta cinco caballos de potencia máxima por debajo de las europeas. Al menos, según lo dictado por el Banco de Potencia, en el que la Yamaha YZ250F ’16 ha registrado 39,6 CV. a 11.930 rpm. No obstante, la diferencia no se nota tanto en la pista, donde la caballería de la MX2 cunde mucho, sobre todo por su comentada eficacia a medio régimen. Tanto el cambio, como el embrague, presentan un accionamiento intachable, aunque el sistema de arranque no es todo lo eficaz que podría -con marcha engranada no arranca fácil-.

Más equilibrio encontramos en el bastidor de la Yamaha YZ250F, en el que a su gran agilidad y buena sensación peso -100 kg. verificados en vacío-, le acompaña una alta estabilidad en recta. En zona de curvas, la MX2 azul se desenvuelve con gran eficacia, aunque hay algunas reacciones de su bastidor que requieren cierta adaptación. Esto se debe a la configuración del motor y el reparto de pesos, que dan pie a un tren delantero algo «ligero» y que inicialmente no transmite el mismo «feeling» que sus rivales. Una sensación de «flotar» un poco a la entrada de las roderas y de escaso agarre en curvas planas sin apoyo a la que, bien es cierto, bastan un par de mangas para acostumbrarse plenamente.

El nuevo disco delantero aporta una mayor potencia de frenada, fácilmente gestionable por el cuidado tacto que siempre presentan los frenos Nissin de la Yamaha YZ250F. Las suspensiones también rinden a un nivel ejemplar, y eso que este material Kayaba no es precisamente el más moderno de la actualidad, sino todo lo contrario, pero sí muestra una puesta a punto excepcional. Especialmente, en el caso de la horquilla, en la que se disfruta de una respuesta propia de horquillas «factory», por su genial sensibilidad inicial ante el bache pequeño, su endurecimiento progresivo y carente de sequedades, y su óptima compenetración con la respuesta del amortiguador trasero. De hecho, y aunque algunas de sus rivales superan a la moto azul en algunos apartados, la Yamaha YZ250F tiene una baza definitiva y ganadora en la genial respuesta de las suspensiones, un apartado fundamental en una moto de cross.

También te puede interesar:

Prueba de la Husqvarna FC 250 2016

Prueba de la KTM 125 SX 2016