El piloto alemán de 23 años, Markus Reiterberger, ha hecho un test privado en Motorland Aragón sobre la RC16, la MotoGP de KTM. Una experiencia satisfactoria para ‘Reiti’ y que se entiende como una de las diferentes apuestas de futuro que la firma austriaca lleva un par de años realizando.
KTM quiere seguir creciendo en el Campeonato del Mundo de MotoGP, donde en este 2017 ha triplicado su presencia. Después de ser, con permiso de Honda, referencia en Moto3; están completando su primera temporada tanto en Moto2 como en MotoGP.
Con matices, los resultados de la marca austriaca están siendo realmente satisfactorios, y por ello ya están trabajando de cara al futuro. En Moto2, por ejemplo, ampliarán su presencia de dos a cinco motos, al suministrar tres máquinas a la estructura suiza del GaragePlus CarXpert Interwetten, donde además contarán con la experiencia de Sam Lowes y el joven talento Iker Lecuona.
En MotoGP también están creciendo a marchas forzadas. Los resultados son cada vez mejores, especialmente a cargo de Pol Espargaró y del probador Mika Kallio, cuyas brillantes actuaciones están haciendo incluso peligrar la continuidad del británico Bradley Smith como piloto titular de cara a la temporada 2018.
De forma paralela, van haciendo test con distintos pilotos a los que dan la oportunidad de subirse a la RC16. En el pasado la probaron pilotos como Alex Hofmann, Randy De Puniet, Karel Abraham y Thomas Luthi; y hace unos meses fue el portugués Miguel Oliveira el encargado de probar la joya de la corona de KTM.
No es ningún secreto que el plan de la marca es contar con al menos cuatro motos en MotoGP 2019, y que pilotos como Oliveira, su compañero Brad Binder o el propio Sam Lowes son candidatos a formar parte de un hipotético futuro equipo satélite (que podría ser cualquiera de los privado de MotoGP) o incluso del oficial.
Una lista de candidatos en la que ya es necesario incluir a Markus Reiterberger, que con sólo 23 años ya es tricampeón del IDM Superbike, certamen que acaba de anunciar su desaparición.
“Quiero darle las gracias a KTM por hacerlo posible y a BMW por dejarme hacerlo”, declaraba Markus Reiterberger tras completar el test. “Ha sido una gran experiencia para mí, lo que se siente en unas pocas vueltas es increíble. Por la tarde he hecho seis o siete salidas e iba mejorando poco a poco mis sensaciones y mis tiempos por vuelta, y al final he acabado bastante contento”, afirma el alemán, que no quiere anticipar acontecimientos, ya que de momento tiene contrato con BMW y parece que su futuro en 2018 pasa por el Europeo de Superstock 1000 con su actual equipo, el Van Zon - Remeha - BMW.
“Estoy muy contento por haber probado aquí esta MotoGP y en el futuro ya veremos”, subraya el flamante campeón del IDM Superbike 2017, que también ha explicado la diferencia más sustancial que ha encontrado respecto a las motos de serie a las que está acostumbrado:
“La diferencia no es la velocidad, pero el estilo de pilotaje es completamente diferente. Al principio es un poco difícil de entender, requiere pilotar mucho más suave que Superbike y, cuando lo haces, los tiempos por vuelta salen”, concluye.