Esta vez hemos reunido tres grandes naked que persiguen un mismo obejtivo: BMW R 1200 R, Moto Guzzi Breva 1200 ABS y Harley-Davidson XR1200X. Tres modelos aparentes y maduros, dirigidos a clientes ciertamente expertos. Aunque siempre hay excepciones que rompen la regla, está claro que estas bicilíndricas no son las pretendidas por jóvenes universitarios o por aquelllos que, por suerte, acaban de encontrar su primer trabajo.
Nuestras tres protagonistas están dirigidas a clientes «talluditos» con un poder adquisitivo considerable. Quizá la Harley es la única que puede calar un poco más entre un público algo más joven, aunque eso sí, igualmente deberá «manejar» cierto capital para poder hacerse con ella. Además, los tres son modelos muy del gusto europeo.
La BMW y la Moto Guzzi está claro que lo son de acuerdo a su procedencia. La Harley-Davidson se fabrica al otro lado del «charco», pero conviene recordar que cuando se desarrolló, se tuvieron muy en cuenta los gustos y necesidades de su posible clientela del «viejo» continente.
Además, es probable que hace unos años, cuando lo que pitaba de verdad era todo lo relacionado con lo «R», este tipo de comparativas no intereseban demasiado en Motociclismo, pero somos conscientes de que las cosas han cambiado y en la época actual este tipo de monturas cada vez nos importan más. Son tres roadster muy razonables que apuestan por todo «al aire» (motor y carrocería), perfectas para disfrutar montando tranquilamente en moto grande, tanto solo, como en compañía. Si estás pensando en una moto sosegada (recuerda que no he dicho lenta), que por concepto te puede facilitar el poder pagarla entre dos, puede que esta comparativa te interese.
Distintas «arquitecturas»
Las tres son grandes bicilíndricas refrigeradas por aire, rondan los 1.200 cc y sus precios superan por poco los 12.000 euros, por lo que de antemano, entre ellas hay mucha igualdad. Pero luego, cada una es fiel a sus principios y las distintas configuraciones de sus partes motrices marcan importantes diferencias. La BMW utiliza un motor boxer con el cigüeñal longitudinal, la Harley-Davidson, como es lógico, un V a 45º con el cigüeñal tranversal y la Moto Guzzi, como no podía ser de otra forma, uno en V a 90º con el cigüeñal longitudinal.
Curiosamente, en las transmisiones secundarias no se ve ninguna cadena, utilizando cardan con embrague en seco las dos europeas y correa dentada con embrague «húmedo» la americana. Y en las partes ciclo también encontramos de todo. La XR1200X y la Breva, son más convencionales en cuanto a soluciones, aunque la Harley es la que en teoría monta mejores componentes en frenos y suspensiones. Como es habitual, la BMW es la más especial, con un chasis multitubular acompañado de Telelever delantero y Paralever trasero.
Además, en opción, puede incluir control de tracción ACS, ESA en las suspensiones y ABS Integral parcial en los frenos, entre otros múltiples «extras». También la Moto Guzzi, como la probada en estas páginas, se puede adquirir en versión ABS.
A ritmo de bicilíndricos
Además de carecer de carenados y de contar con posiciones de conducción relajadas, en los tres casos siempre circulamos «palpitando» a ritmo de bicilíndrico. La R 1200 R es la más completa en el apartado dinámico. Su motor es el que más empuja en cualquier momento y en cuanto a comportamiento, es también la más efectiva. Independientemente de que le puedes incorporar todo el equipamiento opcional ya mencionado, su adaptación a cualquier ambiente asfáltico es sencillamente increíble.
Es la más potente y la más ligera, y su parte ciclo es la más eficaz, por lo que las cosas quedan muy claras siempre. Responde como una catapulta desde apenas superado el régimen de ralentí y sus «medios» son también eléctricos y contundentes. Y las 500 rpm que ha ganado arriba gracias a la incorporación de las culatas HP2 le sientan de maravilla. En general, funciona con finura y su caja de cambios, aunque no es un prodigio en cuanto a accionamiento y rapidez, si que es la mejor de esta comparativa. Además, su cardan articulado Paralever es convincente, tanto en aceleraciones, como en reducciones.
El control de tracción ACS te permite acelerar con tranquilidad incluso en asfaltos deslizantes y con la moto todavía inclinada. También, a la hora de conducirla de manera deportiva, el Telelever con efecto antihundimiento y el ABS te ayudan a apurar la frenada al máximo sin miedo a hundimientos indeseados. Aunque la moto no se «acorta» para mejorar la entrada en las curvas, su estabilidad general y su aplomo en conducción deportiva sorprenden gratamente.
La verdad es que esta alemana es un prodigio de polivalencia. Se encuentra cómoda, tanto en una carretera muy revirada, como en el trayecto que puedes recorrer a diario por ciudad al acudir al trabajo. Al ponerte a los mandos de la Moto Guzzi, lo primero que destaca en ella es lo natural de su ergonomía y el elevado confort de su asiento. Para mi gusto es la más lograda en este aspecto. La pipa de dirección está más abajo que en la BMW, pero las puntas de su manillar se elevan lo suficiente como para que tus brazos no se tengan que esforzar lo más mínimo para alcanzar sus puños.
Dinámicamente tiene un comportamieto muy convencional, con unos tarados de suspensiones tirando a confortables y, por planteamiento, es claramente más tranquila que la moto alemana. Se siente más pesada y su motor empuja con menos brío. A bajo régimen es el más perezoso de los tres, aunque en «medios» también saca su «músculo», acompañado de un sonido grave y del particular repicar de su sistema de distribución.
A ritmos sosegados es una moto muy agradable, pero si le exiges más de lo debido, sus estribos son los que antes llegan a rozar con el asfalto a la hora de inclinar en las curvas. También se descompone un poco al alegrar el ritmo en zonas rápidas, pero siempre con nobleza y, gracias a su manillar ancho, transmitiéndonos una buena sensación de control. Frenos y suspensiones, los más normales de esta comparativa, cumplen debidamente,
aunque sin destacar especialmente.
Y ahora le toca a la representante americana. La XR1200X está claro que es el modelo más deportivo de todos cuantos fabrica Harley-Davidson, pero hay que partir de la base de que la firma de Milwaukee hace soñar a sus usuarios con unas motos muy alejadas de lo que entendemos por una deportiva. El mundo custom de Harley-Davidson es muy diferente a todo lo demás.
Para aquellos que lo forman incluso se llega a convertir en una forma de vida y ya no existe nada más. La XR1200X, sin dejar de ser una Harley, se desmarca del resto de modelos de la marca por su carácter «deportivo». La mejor prueba de ello es que incluso llegó a ser la protagonista, con ciertas adaptaciones, de las BBQ series, una copa muy animada que se llevó a cabo en circuitos españoles hace un par de años.
Si hay algo que en Harley-Davidson saben hacer como nadie, es jugar con el estilo, con las decoraciones y con las líneas, y la XR1200X es la mejor muestra de ello. Utilizando una base en negro mate, detalles en rojo vivo como los muelles de los amortiguadores, el fileteado en las llantas o los cables de las bujías, corroboran ese «arte». Estéticamente, esta moto tiene un magnetismo del que no gozan sus rivales europeas de estas páginas.
Por otro lado, resulta curioso comprobar cómo su posición de conducción es la más radical de esta comparativa. Aunque Conclusión su manillar es el más alto, sus estribos son los más retrasados y ello hace que la posición que adoptamos a sus mandos sea la más plana. Su comportamiento está marcado por los 263 kg que pesa con gasolina, por las particularidades de su propulsor y, en concreto, por el funcionamiento «custom» de su caja de cambios, de accionamiento lento y ruidoso, y con solo cinco relaciones.
Su tren delantero es sobresaliente, pero el resto de la moto no mantiene un nivel tan alto. El escaso recorrido de la suspensión trasera provoca reacciones secas y contribuye que la moto se descomponga con cierta facilidad cuando apretamos el ritmo. También es la que cuenta con mayor lanzamiento en la horquilla y por ello es la más lenta en los cambios de dirección. La respuesta de su propulsor es muy rápida en un primer momento, pero a medida que va subiendo de vueltas y a pesar de que rinde 92 CV de potencia máxima, su alegría se va apagando y además es el que llega antes al corte.
Sin ser tan efectiva y rápida como sus rivales, hay que dejar claro que la XR1200X no te deja indiferente. Lo único es que debes aprender a disfrutarla.