Las Honda DN-01, NT700V Deauville y XL700V Transalp son puertas de acceso al universo V de Honda, siempre con permiso de la "pequeña" VTR 250 y de la familia custom que el fabricante japonés ha creado en la cilindrada de 750 cc. Las tres motos que hemos reunido en esta comparativa, aparte de haber sido desarrolladas por el mismo fabricante y de utilizar la misma base de motor y el mismo grupo termodinámico, pertenecen a segmentos totalmente distintos por su diferente idiosincrasia, y además incorporan importantes diferencias en sus respectivas transmisiones, tanto en la caja de cambios (manual o automática) como en las transmisiones secundarias.
Tres estilos
La futurista Honda DN-01 se sale un tanto de las normas de su segmento debido al sofisticado sistema de transmisión automática acompañado de cardan que incorpora. Por ergonomía encaja entre las custom (cruiser, según prefiere declarar Honda), aunque por las características de su funcionamiento se puede decir que no existe otra moto similar en su nicho de mercado.
La segunda en esta liza es la Deauville. En su caso, tampoco tiene rivales directas conocidas. Por su completo equipamiento y por sus características, se puede decir que nos encontramos ante un «mini» Gran Turismo. Con este objetivo, en ella también encontramos una transmisión secundaria por cardan similar a la de la DN-01, aunque en su caso está acompañada de una caja de cambios manual «normal» de cinco relaciones. Y la tercera es la Transalp, un modelo con más de veinte años de historia que ha sufrido importantes evoluciones desde entonces.
Cada vez se ha ido adaptando más a una utilización mayormente asfáltica, pero todavía pertenece al segmento de las trail bicilíndricas de media cilindrada, en el que se mide con rivales como la Suzuki V-Strom, la BMW F 650 GS e incluso la Kawasaki Versys. Su propulsor se asemeja mucho al de la rutera Deauville, pero en su caso la caja de cambios de cinco relaciones está acompañada de una transmisión secundaria por cadena.
Pocas coincidencias
Aparte de compartir el motor, entre ellas no encontramos muchas más coincidencias. El diámetro de las barras de sus horquillas telescópicas es el mismo en las tres (41 mm) y también coinciden en algunos componentes de sus frenos, especialmente, y como es el caso, si las tres incorporan ABS combinado (opcional en Deauville y Transalp). Y ya no hay más similitudes. De este modo, entre sus comportamientos existen diferencias muy marcadas. En el caso de la DN-01, aunque su tren delantero tiene geometrías parecidas a las de la Honda NT 700 Deauville, la mayor longitud del conjunto y la escasa altura en líneas generales, marcan su dinamismo. En cuanto a neumáticos, es la que mejor servida está y ello hace que su buen agarre esté fuera de toda duda.
Bien es verdad que debido a su generosa distancia entre ejes (2.330 mm) y a su mayor peso (269 kg con gasolina), es la que requiere una mayor anticipación y suavidad en nuestros movimientos a la hora de preparar la entrada en las curvas, pero una vez dirigida convenientemente, las recorre con regularidad, sin apenas realizar movimientos extraños. Tan sólo las plataformas para los pies, de estilo custom y ubicadas un tanto adelantadas, pueden llegar a limitar nuestras inclinaciones al rozar con el asfalto, aunque también hay que señalar que no se encuentran excesivamente bajas.
Hablando de la ergonomía y como se puede apreciar en las fotos, el manillar cuenta con unos brazos largos que se orientan hacia la parte trasera y el asiento del piloto se sitúa un tanto retrasado y bajo (sólo 690 mm de altura), por lo que si atendemos a la posición de conducción (recordar que las plataformas de los pies se encuentran adelantadas), y a pesar de que la horquilla no cuenta con demasiado lanzamiento, se puede confirmar que la DN-01 es una auténtica custom, aunque eso sí, con un cierto «toque» deportivo en su planteamientos.
Por otro lado, la Deauville es la más equilibrada independientemente del tipo de carretera que escojamos. Los planteamientos de su parte ciclo son los más estándar y por ello es la que mejor se comporta. Aunque trasmite unas ligeras vibraciones si mantenemos una velocidad de crucero determinada con el motor girando a unas 7.000 rpm, por lo demás, se puede decir que es un prodigio de suavidad. Tanto es así, que en ocasiones su forma de rodar nos recuerda a la mismísima Pan-European, su hermana mayor. También su aplomo es muy bueno para una moto que supera los 250 kg en orden de marcha. Los cambios de dirección los efectúa con más rapidez que sus hermanas, pero a veces «cabecea» ligeramente debido a que su frontal va más cargado de componentes. Su equipo de frenos es el que mejor se puede aprovechar debido a la normalidad de planteamientos mencionada anteriormente y a una horquilla que permite cierta agresividad en nuestras acciones. Además, la posición de conducción es muy acertada y natural, y uniéndola a una protección generosa desde las piernas hasta la cabeza (la pantalla frontal se puede regular manualmente en cinco alturas), se confirma que el confort de marcha de esta «miniGT» es sobresaliente. Se conduce con facilidad y su anchura no es excesiva, algo que se agradece también al circular por ciudad.
La Transalp
La Honda XL 700 V Transalp puede ser la alternativa a elegir si en nuestra mente están las rutas por carreteras de tercer orden o por pistas de tierra. Para estos objetivos es claramente la opción más acertada. En carreteras con buen asfalto puede seguir el ritmo de la más rápida, siempre que el que esté a los mandos de la Deauville no apriete demasiado. Es una trail muy asfáltica y su tamaño es el más contenido entre las de su clase, pero todavía el recorrido de sus suspensiones es largo en comparación con los que poseen sus compañeras de marca y eso hace que se mueva un poco más a la hora de trazar una curva tras otra. Su menor peso es palpable (221 kg a tope de gasolina) y éste nos facilita los cambios de dirección y también las maniobras a baja velocidad. En ciudad se desenvuelve muy bien, aunque quizá, la mayor altura de su asiento puede lastrarla un poco si la estatura del piloto está por debajo de la de la media. En vías rápidas, especialmente si monta la pantalla opcional más alta como la que incluye la unidad de esta prueba, la Transalp es también una moto muy confortable, aunque su velocidad de crucero óptima es inferior a la de sus hermanas debido a un desarrollo final más corto. De hecho, en ocasiones llegas a echar de menos una sexta relación en su caja de cambios.
Grandes modelos
Aunque son motos de media cilindrada, se puede decir que las tres tienen empaque y personalidad de moto grande. Las tres funcionan con mucha suavidad y sus tactos generales están realmente logrados. Quizá la Transalp trepide un poco más, pero las diferencias incorporadas a su diagrama de distribución hacen que también su respuesta al puño del acelerador sea un poco más rápida, aunque a decir verdad, en ninguna se aprecian vacíos, ni dudas, a la hora de acelerar.
En cuanto a precios, ahora que la DN-01 y la Deauville se encuentran en promoción, podemos decir que las tres se mueven en una banda similar e interesante al mismo tiempo. La DN-01 que era una moto cara en un principio, ahora está rebajada más de 3.000 euros y su precio actual supera por poco los 9.000 euros. La Deauville, rebajada cerca de 1.000 euros, cuesta más o menos lo mismo, aunque en versión sin ABS combinado. Por otro lado, la Transalp es la más accesible de acuerdo a su mayor simpleza, aunque con el sistema de frenada característico de Honda incluido, también se aproxima a los 9.000 euros de su hermanas.
Estas tres motos son una muestra de la gran capacidad que tiene Honda a la hora de desarrollar modelos simples y especiales al mismo tiempo. Las tres llevan impreso el sello de Honda en sus respectivos funcionamientos y a sus diseños no les influye demasiado el paso del tiempo.