Nuestras seis aspirantes a Master Road 2010 no son espectaculares modelos de pasarela que te enamoran de un flechazo... Son motos sencillas que te ayudan en tus quehaceres diarios y proporcionan grandes satisfacciones cuando las empleas lúdicamente. Son las mejores de sus respectivas categorías: trail, supermoto, naked bicilíndricas, etc., y por ello sobresalen unas sobre otras en determinados ambientes, y en concretas formas de uso. Pero en definitiva, las seis motos que llegan a la final se adaptan a casi todo lo que quieras, y sus virtudes se expanden abarcando múltiples facetas. Ahora es momento de saber cómo es cada una de ellas y definir cuál es la moto más completa.
La Suzuki SVF 650 Gladius es la inevitable referente, pues ella es la ganadora del Master Road 2009. En muchos aspectos mantiene su vigencia, aunque en otros se ha visto superada por sus rivales. En ciudad nos encanta. su motor bicilíndrico es sorprendentemente agradable, de tacto muy suave y con unos mandos que da gusto accionar. Es muy bajita de asiento, y accesible en consecuencia para conductores de tallas reducidas, y con su manillar estrecho pasa entre el tráfico con la mayor de las solturas.
A su rebufo, la BMW F 650 GS es muy agradable de conducir en ciudad y pese a su tamaño nos sorprende. Su manillar es el más ancho, pero no pasa nada porque está a mayor altura que los retrovisores de los coches, y con su asiento estrecho y de excelente mullido, llegas perfectamente al suelo. Además, el largo recorrido de suspensiones te permite maniobrar en parado con soltura y por su puesto de conducción puedes ver más allá del vehículo que llevas delante al circular más erguido y más alto.
La otra BMW, la F 800 R, nos ha gustado menos pero sólo por ser más rumorosa de escape, ya que el tacto general es muy parecido entre ellas. Recordemos que comparten motor, instrumentación, etc.
La Hypermotard de Ducati está mermada por unos espejos retrovisores que hacen imposible que ruedes entre el tráfi co denso con facilidad salvo que los pliegues y ya no puedas utilizarlos (también puedes montar opcionalmente unos espejos convencionales que no molestan en estas circunstancias), y por un giro corto de manillar que te obliga a realizar más maniobras que el resto en determinados movimientos. Por lo demás es la mejor Ducati para usar a diario por confort y tacto general. Bueno, la mejor junto con la nueva Monster 796, todo un acierto para los chicos de la casa de Bolonia.
En cuanto a la Yamaha FZ8, es algo más pesada que el resto pero esto no es un obstáculo para la moto con el propulsor más deliciosamente suave y potente del grupo. Se maneja de maravilla y sería probablemente nuestra favorita para todos los días, si no fuera porque en Iwata parece que no se han preocupado mucho con el diseño del cambio de marchas. Y es que el selector es tremendamente ruidoso y hasta un poco desagradable al meter la primera desde el punto muerto. Este importante detalle merma mucho sus grandes virtudes ciudadanas y de moto para todos los días.
Y qué decir de la KTM 690 Duke R, el colmo de la diversión rodando por la calle. Pero claro, no se puede ser perfecto en todo y es muy alta de asiento y un poco incómoda debido a su asiento estrecho y duro. También hay que acostumbrarse a una posición de conducción diseñada para controlar sus movimientos en conducción extrema y a las mayores vibraciones del único motor monocilíndrico del grupo. Que, por cierto, no lo parece a la vista de sus sensacionales prestaciones... Haciendo camino Con el paso de los kilómetros por autopista y carretera en todas echamos de menos mayor protección aerodinámica.
Es la BMW F 650 GS la mejor dotada en este aspecto, y las piernas quedan a resguardo tras su falso depósito. El carenado, o mejor la cúpula, podrían proteger algo más, aunque se puede subsanar instalándole una de mayor tamaño. Al resto de motos se le puede aplicar la misma fórmula, pero romperíamos algo su encanto. La Gladius de nuestra prueba, por ejemplo, la lleva para la ocasión aunque como accesorio original opcional. Sin embargo no es una de nuestras favoritas en este ambiente porque el asiento es demasiado duro y porque las piernas adoptan al circular una posición bastante fl exionada. Es el precio a pagar por ser tan bajita de asiento.
Por ergonomía y confort la BMW F 800 R es la que más nos gusta detrás de la trail en este ambiente, y su mayor potencia no la coloca delante porque viene acompañada de más vibraciones por parte del motor. Y este aspecto es importante a la hora de pasar mucho tiempo a los mandos de tu moto. Y es por esto también que nuestra elección bien podría ser la Yamaha FZ8, pero no protege casi nada y a más de 140 km/h termina cansando más de la cuenta. Lo mismo podemos decir de la Ducati Hypermotard y KTM Duke R. La italiana es mejor que la austríaca por su suavidad de marcha y tacto más agradable. La satisfacción de un buen tramo de curvas no está reñido en absoluto con la polivalencia, y buena prueba de ello son nuestras protagonistas, que en mayor o menor medida despliegan un buen comportamiento en este ambiente y en conducción más o menos deportiva.
La moto más fácil de pilotar rápido, y la más rápida a la vez, es la Yamaha FZ8. Es noble e intuitiva, con potencia y par abundantes a medio y alto régimen, y con una equilibrada parte ciclo. A pesar de ello tiene algunos «peros». La horquilla tiene un tarado demasiado blando y no es regulable en ningún parámetro, y los avisadores de los estribos rozan pronto. La ligereza, excelentes suspensiones y frenos, y gran potencia para ser un monocilíndrico, hacen de la KTM una moto tremendamente eficaz y muy divertida en carretera. Y cuanto más viradas sean estas mejor. Es por todo ello la más deportiva de las seis, y de hecho es la única que realmente ha sido diseñada para una conducción extrema. A partir de aquí la igualdad entre las motos de este Master Road es manifiesta.
La Suzuki Gladius es muy equilibrada pero no muy excitante en conducción deportiva; mientras que la BMW F 650 GS es la más noble de todas aunque forzando el ritmo los estribos rozan muy pronto y su único disco delantero es justito tras un descenso rápido. La otra BMW, la F 800 R, se percibe algo torpe en los cambios de dirección, y pesada, aunque no lo sea especialmente, y su motor es un poco brusco a altas revoluciones. Mientras, la Ducati Hypermotard tiene una buena entrada en curva, agradables suspensiones y potencia de frenada. La rigidez del conjunto también es acertada pero a la salida de las curvas tiene tendencia al subviraje y su motor tampoco impresiona demasiado.