En este repaso por fascículos de lo sucedido en el motociclismo de velocidad durante la temporada 2017, en el capítulo número 12 1 se hacía obligatorio hacer una pausa en lo que se refiere a pilotos en activo para mirar hacia arriba y rendir un humilde tributo a los mitos que nos han dejado a lo largo de este año que se termina.
Por encima de todos, el hombre que se volvió número: Ángel Nieto. El principio de esa eterna semirrecta que es el motociclismo español, el motor de una pasión que recubre todo un país. Como piloto, como director, como comentarista, como amigo. Y ahora, como Ángel de la guarda de todos los demás, a los que él siempre vio como sus pupilos.
Aunque todo aficionado identifica a la perfección números como el 26, el 99 o el 93 –por citar los más famosos-; cuesta pensar que pueda llegar a existir un número más eterno en el motociclismo español que el 12 1. En una época donde en el carenado se llevaba el puesto de la temporada anterior, Nieto se hizo más que un nombre: se hizo un número a base de títulos.
Hace más de tres décadas que se bajó de la moto y sus hazañas se siguen transmitiendo de generación en generación, como si se tratase de la receta de la poción mágica. Pensándolo bien, Nieto siempre fue una especie de druida cuya marmita escondía el secreto del éxito de la velocidad sobre dos ruedas, transmitido después a otros jóvenes druidas.
Desgraciadamente, Ángel Nieto no es la única leyenda que nos ha arrebatado este 2017, que ya empezó llevándose en un trágico accidente entrenando al francés Anthony Delhalle, uno de los mayores mitos de la historia de una modalidad tan apasionante como la resistencia, donde era vigente campeón con el Suzuki Endurance Racing Team.
Y, sólo un día después, se fue John Surtees. Con 83 años, el único piloto de la historia en conquistar 500cc y la Fórmula 1 dijo adiós. Que fuera ley de vida no es óbice para sentir la pérdida del primer gran icono de MV Agusta, el hombre que hizo de puente entre Geoff Duke y Mike Hailwood cuando el mundial era una extensión del imperio británico.
Y, por supuesto, a la pérdida de los 20 títulos mundiales que suman Nieto (12 1) y Surtees (7) hay que añadir un 21º: el de Nicky Hayden. El carismático ‘Kentucky Kid’ sufrió un accidente cuando entrenaba en bicicleta el pasado mes de mayo, falleciendo varios días después en una tragedia que heló el corazón del mundo del motociclismo, donde siempre ocupó –y ocupará- un lugar especial.
El último campeón estadounidense se ganó al público y a sus rivales a base de una simpatía muy difícil de encontrar en un mundo tan competitivo. Al igual que sucede con el 12 1 de Nieto, su mítico 69 ya forma parte de ese puñado de números que trascienden los simples dígitos para convertirse en una representación simbólica de un recuerdo que se torna eterno.