Algo no funciona en Moto3. La manifiesta igualdad entre la gran mayoría de la parrilla, motivada por la obligación de las marcas de suministrar el mismo material a todos los equipos que monten sus motos, han convertido a Moto3 en la categoría reina de los domingos en lo que se refiere a puro espectáculo, con carreras de infarto y frenadas imposibles en paralelo.
Por el contrario, los sábados también dan espectáculo. Un espectáculo bochornoso y lamentable. Los pilotos saben de la importancia de los rebufos para arañar un puñado de décimas que les hagan escalar varias filas en parrilla, y desde hace tiempo eso se traduce en un esperpento en el que todos los pilotos se quedan prácticamente parados: unos para intentar coger una buena rueda; otros (los más rápidos) para evitar que les cojan la suya.
No queda ahí la cosa. Incluso dejando a un lado la pobre imagen televisiva que generan esas ‘esperas’, también crea potenciales situaciones de riesgo: cuando ya no queda más remedio que apretar porque se acaba el tiempo, se crean filas de pilotos en las que se intercalan algunos más rápidos con otros más lentos, que intentan seguir la rueda de los anteriores. Y, a veces, lo hacen por encima de sus posibilidades.
El problema está claro y las soluciones no han funcionado. Toca pensar otras
Eso es lo que sucedió en el caso del vídeo de arriba: el malasio Adam Norrodin intenta seguir el ritmo del piloto que tiene delante, para lo cual tiene que arriesgar más de lo debido y se va al suelo. Juanfran Guevara no puede evitar su moto y cae, mientras que Fabio Di Giannantonio no puede evitar al murciano y también cae. Además, Joan Mir y Andrea Migno tienen que salir de pista para esquivarle, con el líder de Moto3 cayendo en la grava.
Conocido el problema, es momento de enfrascarse en la búsqueda de soluciones.
Desde el año pasado, Dirección de Carrera ha intentado corregir esta práctica a base de sanciones. El resultado ha sido un fiasco detrás de otro. No sólo no ha dejado de hacerse, sino que el carrusel de multas económicas y en forma de penalización de puestos de parrilla (entre tres y doce) provoca eternos PDF en extensión y tiempo.
Sin ir más lejos, el pasado Gran Premio de Aragón, había tantos pilotos pendientes de sanción de una u otra índole que la parrilla definitiva para la carrera no se hizo oficial hasta minutos antes de la misma, en una suerte de esperpento que hubiera firmado sin ruborizarse el mismísimo Ramón María del Valle-Inclán.
En definitiva, la solución de las sanciones no sólo no ha solucionado nada, sino que ha generado problemas añadidos. Es hora de buscar otros remedios. Aquí propongo cuatro ideas distintas que, sin ansias de ser ninguna panacea, considero que podrían ayudar a acabar con esta lacra:
1) UNA VUELTA POR PILOTO
Una solución drástica y llena de emoción. Se hacen cinco tandas de siete pilotos, empleando para ello el orden inverso a la clasificación combinada de los entrenamientos libres. La primera tanda se sitúa al final del pit lane, y van saliendo de uno en uno separados por diez segundos, de tal forma que habría un minuto de separación entre el primero y el último.
Cada piloto dispone de una vuelta de lanzamiento y una vuelta lanzada para marcar el tiempo. Para evitar que el piloto ‘espere’ al siguiente para hacer juego de rebufos en la vuelta lanzada, si un piloto va tan lento en su vuelta de lanzamiento que el siguiente llega a rebasarle, quedaría descalificado inmediatamente y relegado a la última posición de parrilla.
El inconveniente podría ser que un error en forma de caída mandase a un piloto de los más rápidos a final de parrilla. Eso podría ser parte de la emoción pero, si se quiere evitar, se podría emplear dicho sistema sólo entre los 10, 15 o 20 pilotos más rápidos de los libres.
2) SISTEMA DE Q1-Q2
Parecido al que se utiliza en MotoGP, pero con una excepción. Aquí, sólo los 20 mejores de la combinada de los libres disputarían la calificación, ya que una Q1 con más de 30 pilotos volvería a generar la misma problemática de las esperas.
En la Q1 se divide a los 20 pilotos en dos grupos. Cada grupo tiene una tanda de 5 minutos, suficiente para hacer 2-3 intentos. Los cinco mejores de cada tanda pasan a la Q2, y los eliminados se ordenan por tiempos de la posición 11 a la 20.
En la Q2, los pilotos disponen de 5 minutos para luchar por la pole.
3) SANCIONES REALMENTE DURAS
Una idea más continuista será endurecer el código de avisos y sanciones, que serían tanto ejemplarizantes como acumulativas para pilotos reincidentes. Acumulativas significa que el contador de las mismas no se pone a cero de un gran premio a otro, sino que se agregan durante toda la temporada.
El motivo de sanción sería una vuelta en la que, en al menos tres sectores, se supere el 107% del mejor sector del piloto, o bien superar, en un único sector, un porcentaje exagerado (en torno a un 125%) sin motivo aparente.
Los tramos de avisos y su sanción correspondiente podrían quedar así:
- Primer aviso: Sin sanción.
- Segundo aviso: 3 posiciones en parrilla.
- Tercer aviso: 12 posiciones en parrilla.
- Cuarto aviso: Última posición en parrilla.
- Quinto aviso: Salir desde pit lane.
- Sexto aviso: Exclusión del Gran Premio.
La cuenta sólo se pondría a cero al acabar la temporada o al llegar al sexto y ser excluido de un GP.
4) SEMÁFORO ROJO
Esta idea es cosa de mi colega Diego Lacave, y la incluyo por su fácil aplicación y su posible efectividad sin trastocar todo el sistema de clasificación. Consiste en algo tan sencillo como apagar el semáforo del pit lane a falta de cinco minutos para el final de la sesión.
Con ello se impediría que los pilotos se pasen buena parte del tramo final de la QP en boxes para saltar a pista a escasos minutos del final sin más objetivo que encontrar una rueda para hacer el tiempo.
Se podría estudiar algún caso excepcional, como si algún piloto ha caído y el equipo ha estado reparando hasta entonces; si bien eso incitaría a la picaresca con alguna ‘simulación’ de problema mecánico para apurar el tiempo.