Si comparamos las motos de gran cilindrada que se fabrican en Europa con las que se producen en Japón, las de nuestro continente suelen ser más pasionales, extremas y sofisticadas. En cambio, las niponas destacan por ser más civilizadas, polivalentes y fáciles de conducir, con prestaciones menos llamativas, además de más simples en cuanto a electrónica, aunque también menos costosas de mantener por lo general. Sin embargo, algunas veces los japoneses se atreven a adentrarse en el terreno de los europeos y desarrollan algunas motos que, sin llegar a ser tan extremas, sí es verdad que se aproximan a las de esta parte del mundo.
La Z100 R Edition se distingue por incoporar un amortiguador Öhlñins y componentes Bremba de alta gama en el freno delantero.
Por ejemplo, la Kawasaki Z1000 que nos ocupa, aunque no es comparable en prestaciones y dotación electrónica a las supernaked europeas de última hornada, sí que lo es en cuanto planteamientos deportivos y agresividad en el diseño. Basta con echar un vistazo a su estética o repasar sus componentes, para cerciorarnos de que se ha desarrollado con los objetivos de que sea impactante a la vista y efectiva al practicar una conducción deportiva. Además, aunque la versión actual ya data de 2014, en Kawasaki han optado por aumentar su encanto y han creado una nueva variante bautizada como “R Edition” que como novedades incluye amortiguador Öhlins y un equipo de frenos delantero Brembo, con discos de 310 mm y pinzas M50. Además, su decoración también es especial, y combina el negro metalizado con el gris carbono, con ligeros toques del siempre característico verde de la marca y la "Z" del modelo en relieve. Como es lógico, todo esto conlleva un sobreprecio de 1.800 euros con respecto a la versión normal, lo que supone un desembolso de 15.475 euros para hacerse con los servicios de esta Kawasaki.
Felina
La actual Z1000 se renovó en 2014 sobre la base de la versión anterior que había llegado totalmente renovada en 2010. Esto equivale a decir que el tetracilíndrico en línea de 1.043 cc y el particular chasis de aluminio con las vigas discurriendo por encima de la culata, además del basculante de dos brazos de aluminio, se mantienen sin alteraciones importantes desde hace cerca de siete años. Los que si se renovaron fueron los componentes y recibió una importante transformación en el apartado estético, con una estampa que emula a la de un felino agazapado a la espera de saltar sobre una presa. De este modo, el grupo óptico delantero se ubica muy bajo y cada uno de sus dos "ojos" incluye dos grandes LED que emiten una luz prácticamente blanca, algo que por la noche llama mucho la atención, además de iluminar muy bien la carretera.
Manejable y suave
Por tanto, al igual que la versión 2014, la nueva Z1000 R Edition no se siente especialmente grande entre las piernas y la altura de su asiento tampoco lo es. Sus 222 kg verificados en orden de marcha no crean problema y para ser una "mil plus" se conduce de manera sencilla, con una dirección que se mueve con soltura y que nos permite realizar giros en muy poco espacio.
Por otro lado, el funcionamiento es muy agradable y la respuesta "limpia" y enérgica desde muy bajo régimen resulta ideal al conducirla por ciudad. En este ambiente se agradece su tacto "japonés" y la verdad que esta Kawasaki es una moto con la que disfrutas en los trayectos urbanos.
Cuando sales a carretera abierta, enseguida te percatas de que la Z1000 es una supernaked y por diseño se puede decir que es súper desnuda. En vías rápidas debes aguantar el aire que te "pega" frontalmente, además del que te proyecta desde más abajo la carcasa del grupo óptico. También el mullido del asiento se siente un poco duro y los reglajes de las suspensiones siguen la misma tónica, por lo que requiere un periodo de adaptación. Sin embargo, cuando ya llevas un par de días conviviendo con ella, esas sensaciones se van suavizando e incluso la falta de protección afecta menos. Por lo demás, al igual que en ciudad, en carretera nos obsequia con un tacto de mandos muy logrado, funcionando con mucha corrección en líneas generales y con una ergonomía que, siendo un poco radical para tratarse de una moto desnuda, no es sacrificada. Lo que está claro es que la suavidad general siempre está presente y esto contribuye a que la sensación de confort aumente.
A pesar de su aspecto radical, el funcionamoiento de la Z1000 R Edition es muy suave y ageradable en líneas generales.
Esta supernaked no ha sido desarrollada como una moto rutera y tampoco pretende serlo. Para hacer muchos kilómetros en el catálogo de la marca está la Z1000SX, mejor equipada para viajar y con la que nuestra protagonista de estas páginas comparte muchas cosas importantes. Por ese motivo, el espacio preparado para el pasajero de la Z1000 es muy parecido al de una superdeportiva, lo que a priori no pinta muy bien. El módulo del asiento trasero es pequeño y poco mullido, y también existe una importante diferencia de altura con respecto al del piloto. Además, la escasa protección aerodinámica afecta igualmente detrás, por lo que el uso a dúo no debe ser muy continuado.
Deportiva
La Kawasaki Z1000 R Edition es una definición perfecta de deportiva de manillar alto. Como has podido leer, las suspensiones cuentan con tarados resistentes y, además, trabajan bien y se compenetran a la perfección con el renovado equipo de frenos delantero, potente y dosificable al mismo tiempo. Su paso por curva es firme y se cambia de un lado a otro con mucha facilidad.
También es digno de mención que la horquilla es sensible a las distintas regulaciones, contribuyendo a que podamos adaptarla a nuestro gusto muy fácilmente gracias a que todos los reglajes se efectúan desde arriba (en el tapón izquierdo actuamos sobre la precarga y en el derecho sobre los hidráulicos en ambos sentidos). Si vamos a forzar mucho el ritmo conviene apretar un poco más la horquilla y así se compenetra mejor con el nuevo amortiguador Öhlins. De este modo sorprende por la sensación de seguridad que transmite en apoyos fuertes, permitiéndonos inclinar con mucha decisión. Al efectuar cambios de dirección muy agresivos sí es cierto que podemos sentir ligeros cabeceos frontales, pero esto sólo se produce en la transición entre una dirección y otra, sin afectar al paso por curva. También la altura libre es generosa y no es fácil que los avisadores rocen al inclinar en los virajes.
La Z1000 R Edition sorprende por la serguridad que transmite en apoyos muy fuertes.
Con respecto a la potencia, al igual que sucedió en 2014, la cifra anunciada se distancia un tanto de la arrojada por el banco de potencia. De todos modos, con 128 CV verificados, ya se trata de una moto sobradamente rápida, necesitando sólo 11,5 segundos para recorrer los primeros 400 metros y alcanzando una velocidad máxima verificada de 236 km/h (253 km/h en el velocímetro).
Conclusión
Sin grandes novedades, la Z1000 R Edition es más atractiva e interesante que la versión normal. En un uso sosegado no se aprecian demasiado las mejoras, pero sí es cierto que los nuevos componentes permiten apurar más las frenadas y conducirla de forma más agresiva. Además, esta japonesa sigue destacando por un funcionamiento ejemplar, y por el fuerte y constante empuje de su motor desde muy bajas revoluciones. Esta Kawasaki es una moto divertida si la exprimes al máximo, y también es dócil y fácil de conducir cuando lo que necesitas es un vehículo que te facilite la vida diaria. Además cuenta con una estética realmente impactante, de esas que no pasan inadvertidas.
Lo mejor:
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Funcionamiento
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Respuesta
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Acabados
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Docilidad
Mejorable:
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Peso elevado
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Consumo en conducción sosegada