Bajo el lema «inspired by the racing line» (inspirada en la estética racing), la nueva XR 1200 es la Harley-Davidson más atrevida jamás fabricada para el gran público. Y es que nace mirándose al espejo de la mítica XR 750 de competición de «flat track» (disciplina norteamericana que se disputa sobre circuitos ovales de tierra de 1,6 km), una moto imbatible en su especialidad y casi un símbolo del orgullo nacional americano desde su aparición en 1970. Sin embargo nuestra XR 1200 no es la heredera de aquella moto, sino una evolución hacia el concepto roadster de la sobradamente conocida XL 1200 Sportster.
Fue vista por primera vez en el Salón Internacional de Colonia de 2006, donde el mismísimo Bill Davidson la destapó ante la atenta mirada de toda la prensa especializada y los flashes de sus cámaras. Ya entonces, como ahora, la mires de cerca o de lejos, el aire de familia es inconfundible. Pero cuidado, su estética es más agresiva y a esto se suman importantes cambios en motor y parte ciclo que la convierten en un punto intermedio entre las conocidas custom de la casa, y lo que tradicionalmente entendemos por naked polivalente de alta cilindrada.
Estrella europea
Diseñada a petición de los importadores europeos, la XR 1200 en principio sólo se venderá en el viejo continente. Es aquí donde la marca de Milwaukee ha contrastado un interés real por una moto con todo el sabor de sus modelos pero con cierto toque deportivo, capaz de divertir y convencer en zonas viradas de montaña. Dicho y hecho, Harley-Davidson la ha desarrollado en su cuartel general en EE.UU con la ayuda de sus filiales europeas, y la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y sus alrededores ha sido el escenario escogido para llevar a cabo la primera toma de contacto.
Bajo un cielo amenazante que auguraba lluvia, los medios convocados iniciamos una ruta de alrededor de 150 km que nos han permitido extraer unas interesantes primeras impresiones. Y ya podemos adelantar que aun pareciendo igual a la Sportster 1200 en muchos aspectos, la XR 1200 es en realidad una moto muy diferente… El asiento bajito, el personal traqueteo del bicilíndrico a 45º que sientes en cada subida y bajada de los enormes pistones, los peculiares mandos dispuestos a cada lado del manillar, etc, son comunes; pero la posición de conducción, el poderío desplegado por su propulsor y las cualidades dinámicas son desconocidas para aquella.
A los mandos, la XR 1200 es muy natural y confortable, con el cuerpo completamente erguido e incluso algo desplazado hacia delante, y las piernas ligeramente flexionadas abrazando un depósito diseñado en exclusiva para este modelo, cuyas formas y decoración se inspiran claramente en el de la XR 750. El resultado es una ergonomía insólita dentro de los productos de la firma que se asemeja al de otras naked de alta cilindrada, y a la que rápidamente se adaptan conductores de diferente talla.
Las maniobras en parado y a baja velocidad no son un problema tras un poco de práctica. El peso del conjunto se nota (alrededor de 240 kg) y el manillar, inspirado en los utilizados en «dirt track», gira poco, aunque es ancho y te deja hacer palanca y ejercer un buen control sobre la moto en zonas viradas. No obstante, en ciudad rápidamente remedias cualquier pega anticipándote al devenir del tráfico cuando es intenso. Además en estos casos te acompañan el palpitar y el bramido del motor, siempre un acicate para subir en una Harley aunque sea para ir a por el pan. Y que decir de tus sensaciones, por ejemplo, al parar en un semáforo. Eres el rey. Primero por ser el único al que miran, y segundo porque gracias a sus altas prestaciones de un solo golpe de gas saldrás disparado como una exhalación… Sí, has oído bien, como una exhalación, pero espera, que lo mejor llega cuando al salir de la ciudad percibes realmente la esencia de la nueva XR 1200.
Dragster y más
La capacidad de aceleración del V-Twin a 45º es excelente gracias al trabajo realizado en un motor que alcanza en principio 90 CV de potencia máxima y un par de 10 kgm. A esto se suma una caja de cambios bastante cerrada que acentúa todas estas sensaciones. Tanto es así que la primera velocidad sólo vale para salir desde parado, mientras que en quinta a poco que nos esmeremos en autopista y nos agachemos un poco sobre el depósito alcanza el corte de encendido. Éste se produce justo sobre la línea roja a 7.000 rpm y a 200 km/h de velocidad máxima según el marcador digital del cuadro de instrumentos. En estas circunstancias la XR 1200 sorprende por la solidez de su pisada y la seguridad que transmite, producto sin duda de la rigidez del conjunto y el buen hacer en especial del tren delantero. No obstante, la XR 1200 va más allá, porque gracias a su posición de conducción relajada puedes recorrer muchos kilómetros por autopista sin fatigarte a un ritmo que en la Sportster te rompería. No es descabellado rondar los 130-140 km/h sin problema. Y por debajo de 120 km/h con total ausencia de vibraciones además.
En zonas viradas sorprende por su relativa agilidad y amplia distancia libre al suelo en inclinaciones, que te permite desarrollar una conducción semideportiva nunca vista antes a los mandos de una Harley-Davidson. Por otro lado, el motor se deja exprimir y el cambio, aunque ruidoso y algo lento como no podía ser de otro modo, se maneja bien para ir aprovechando el par máximo a la salida de los virajes. También es cierto que la correa de la transmisión secundaria genera algunas reacciones un poco bruscas en las reducciones más contundentes.
En cuanto al reglaje de las suspensiones es más que acertado, especialmente en lo que atañe a la horquilla invertida de 43 mm de diámetro, ya que te permite entrar en los virajes apoyándote con confianza en el neumático delantero al tiempo que aprovechas el excelente mordiente del equipo de frenos. Por último a esto se suma una buena motricidad y el excelente comportamiento de las gomas que monta de serie, unas Dunlop Qualifier cuya adherencia y características comulgan a la perfección con las exigencias de la XR 1200.
Con todo lo expuesto podemos concluir que la XR 1200 es una Harley-Davidson dotada de una fuerte personalidad, como es de rigor en cualquier producto de la casa, dotada de ciertas cualidades deportivas que la desmarcan de cualquier otro producto de la casa. Dirigida a un público europeo al que le gusta, además de pasear, exprimir en cierta medida su montura, estará disponible a partir de mayo en tres decoraciones, naranja, negro y gris mate, a un precio de 11.200 euros.
*Puedes leer la presentación completa en el número 2.095 de la revista MOTOCICLISMO.
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