KYMCO Xciting 500 R

Ahora sí. Los pequeños, y no tan pequeños, retoques que KYMCO ha hecho al Xciting 500, manteniendo el precio más bajo de todos los «megascooter», convierten a este «R» en una compra muy recomendable.

Josep Mª Armengol Fotos: Jaime De Diego. Acción: Roberto Ruiz

KYMCO Xciting 500 R
KYMCO Xciting 500 R

La llegada del Xciting 500 marcó un hito dentro de KYMCO, pues con este modelo el fabricante taiwanés daba un salto considerable de cilindrada respecto de sus populares 125 cc y, como mucho hasta entonces, 250 cc. Y no sólo era un salto por el nuevo motor; pues el bastidor estaba mucho más estudiado y reforzado, incorporando una pipa de dirección y tija (la parte más débil de los scooter en general) de proporciones considerables y que no desentonarían en una superbike de alta cilindrada. La fabricación y acabados de las partes plásticas del carenado estaban un paso por delante de lo habitual en la casa, sin nada que envidiar a sus rivales japoneses.

Además, el precio de lanzamiento se convirtió en el definitivo, y por menos de 5.000 euros no había –ni hay– ningún otro megascooter, ni siquiera cercano en precio al Xciting. Sin embargo, esa primera versión adoleció de algunos fallos que lo hacían menos atractivo de lo que ese precio hacía prever: muy pesado y torpe de mover a baja velocidad o en parado, con una posición de pilotaje algo extraña, un hueco bajo el asiento poco capaz y, sobre todo, un motor muy robusto, pero con carburador, que gastaba mucho y no corría tanto como sus rivales.

Todo esto ha cambiado con este KYMCO Xciting 500 R: oficialmente sólo se ha mejorado el motor gracias a la alimentación por inyección y la frenada debido a unos discos «wave» de nueva factura, pero hay más detalles pequeños y no tan pequeños que convierten al Xciting del «mega» más barato, sin más, a una de las mejores compras posibles en este segmento.

Día a día
La llegada de la inyección ha supuesto un cambio notable en el motor. Ahora parece más rápido de reacciones, es más agradable, y desde luego gasta menos. El cronómetro apenas ha arrojado diferencias entre esta versión y el de carburador, pero hicimos las prestaciones con apenas mil kilómetros en el marcador y, usándolo por espacio de varias semanas, percibí que claramente se «soltaba» más, así que repetiremos la medición con más kilómetros aún.

Y es precisamente en el día a día como te «gana» este KYMCO Xciting 500 R: algo ha cambiado en la puesta a punto de las suspensiones, porque los neumáticos siguen siendo los radiales de las primeras versiones, y el Xciting se mueve ahora mucho mejor, es más ágil en marcha y sólo rigurosamente a fondo llega a mostrar algún movimiento frontal. Ese tren delantero, muy rígido, ofrece precisión y buen tacto en toda circunstancia, y es de atrás de donde procede esa falta de precisión, como ocurre con todos los scooter con motor portante.

Un problema que tenía el Xciting era la falta de distancia libre al suelo, y aunque se ha rediseñado la tapa de la transmisión (biselada), todavía roza con demasiada facilidad al inclinar, de hecho con pasajero tocaremos enseguida. Cuidado, tocan partes duras (no estriberas plegables como en una moto) y eso puede acabar mal: eso hay que corregirlo, y ya puestos, encontrar un poco más de espacio bajo el asiento vendría de perlas.

Por acabar con las «quejas», el manillar sigue teniendo la misma forma extraña del original, que obliga a una postura con los brazos adelantados muy rara cuando vienes de cualquier otra moto o scooter; aunque acabas acostumbrándote, no deja de ser una postura incorrecta y arreglarlo es tan fácil como echar ambas puntas unos centímetros hacia atrás.

La percepción de calidad «tocando» este KYMCO Xciting 500 R es todavía mayor que con el original, y en ningún momento te parece que estás a bordo de un scooter que cuesta unas «doscientas mil» menos que un Burgman 400, por ejemplo. En uso diario es apreciable el beneficio de la inyección a la hora de repostar, porque de consumir 7 litros o más a los 100 km, ahora bajamos de 6, y eso ya significa poder estirar casi 200 km el depósito (cuyo indicador es bastante alarmista, porque la luz de reserva se enciende con más de 2 litros todavía). Recuerda que antes no llegábamos a hacer 150… Y es capaz de mantener un crucero de 160 km/h indicados (140 y pico reales) tranquilamente, llegando en condiciones sólo ligeramente favorables y con el motor más rodado a cortar encendido en 175 km/h (150 reales, que ya es una bonita multa).

Como decía al principio el Xciting era antes el «mega» más barato sin más, pero ahora, al mismo precio y con muchas más virtudes, se ha convertido en una alternativa muy interesante a los modelos japoneses (Burgman y Majesty) o europeos (Piaggio y Peugeot). Por cierto, ese color blanco ligeramente nacarado de nuestra unidad (en las fotos) es realmente bonito y llamaba mucho la atención por donde íbamos…