Lambretta LN 125. Prueba

Ahora que lo vintage está de moda, renace un mito que quedó parado en el tiempo hace cuatro décadas. Lambretta vuelve con su diseño italiano más purista, Lambretta LN 125, pero fabricado en una cadena de montaje de Taiwan. Pasión latina «made in Asia».

Jesús Lázaro. Fotos: Jaime de Diego

Lambretta LN 125. Prueba
Lambretta LN 125. Prueba

Había una rivalidad en las dos ruedas cuya trascendencia se podría comparar con los Pons-Garriga o los Biaggi-Rossi de la época. Los aficionados a los scooter se repartían entre Vespa y Lambretta, que marcaron a toda una generación y eran parte de un estilo de vida que en Reino Unido se llamó «Mod». Los años dorados del «scooterismo» fueron los ’60 y entre las creaciones de Enrico Piaggio y Ferdinando Inocenti se repartían la mayor parte del pastel. Pero acabados los «felices sesenta» y con la expansión del automóvil, la burbuja del scooter estalló y se llevó por delante a la marca más débil de las dos. En 1971 Lambretta dejó de producir motos en Italia y un año más tarde, la marca y las líneas de producción son vendidas al gobierno indio.

Aunque no existiera como tal, el mito de Lambretta se mantuvo, lo mismo que el merchandising surgido de sus cenizas. Si bien hasta ahora no se podía comprar un scooter de la marca, sí se comercializaba todo tipo de productos (camisetas, relojes, ceniceros, etc.). Después de que la propiedad de la marca pasara por varias manos y tras intentos fallidos de revivir el mito, Motorlife Italia S.p.A. se hizo con los derechos de Lambretta hace un par de años y presentó en el EICMA de Milán su primer scooter: esta LN 125 (el único scooter que junto a las Vespa escribo en femenino).

En su diseño mantiene su filosofía original, fiel al estilo italiano de sus nuevos dueños. La sede social la mantiene en Italia (aunque se ha trasladado de Milán a Roma) y el diseño es obra de Alessandro Tartarini, hijo del fundador de Italjet. Bien es cierto que el trabajo en Italia acaba aquí, ya que todo el scooter se manufactura en Taiwán, en concreto, en la línea de producción de SYM. En realidad, la marca taiwanesa tiene un scooter similar (el Fiddle II) con el que comparte algunos de sus componentes, incluido el motor. Espero que no pienses que la LN 125 es menos Lambretta por esto. Hay muchas marcas europeas que fabrican en Asia y precisamente SYM es uno de los fabricantes más reputados.

En la redacción teníamos muchas ganas de verla en directo y hasta había cola para probarla… evidentemente hacía muchos años que no entraba en MOTOCICLISMO una Lambretta y ninguno en la redacción había tenido oportunidad de escribir sobre ella. Ni siquiera había una carpeta en el ordenador de nuestro Centro Técnico dedicada a la marca.

Para empezar, sigue fiel a su principal seña de identidad, que además lo distinguía de las Vespa. Mientras estas últimas mantienen el chasis autoportante de chapa de acero, en las Lambretta clásicas (igual que en esta LN 125) la carrocería es de chapa pero no autoportante, ya que bajo ella hay una estructura tubular que hace las veces de bastidor.

Una vez a sus mandos, lo primero que llama la atención es su altura. 800 mm del suelo al asiento es más de lo que nos tienen acostumbrados estos scooter «de diseño». Sus llantas de 12 pulgadas ayudan; aunque no por eso deja de ser un vehículo para todos los públicos y muy recomendado para mujeres. El pequeño monocilíndrico de aire apenas alcanza los 9 CV y aun así, en salida tiene una alegría que sorprende en el primer golpe de gas, además de llegar a unos muy meritorios 100 km/h reales, un dato poco reseñable dado su carácter eminentemente urbano. Sí que hay que destacar para bien su maniobrabilidad entre el tráfico; y para mejorar unas suspensiones blandas y el freno trasero de tambor, que ayuda más bien poco al ya limitado disco delantero de 190 mm.

Hoy en día hay varias marcas que fabrican scooter retro, pero ninguno se acerca ni de lejos a las Vespa. Sería muy poco realista pensar que su otra rival pretende plantarle cara a corto plazo. Lambretta ha comenzado su andadura con pies de plomo. El buque insignia de esta nueva etapa es la LN 125, que en Italia también se comercializa en 150 cc; y este año ha presentado también dos ciclomotores (LJ y LT) también para el mercado local. En España el importador es el Grupo Multimoto, que con su red de concesionarios tiene cubierto el 85% del territorio español, incluyendo Palma de Mallorca y Tenerife. Su objetivo es llegar a las 250 unidades vendidas en 2012, aunque está costando despegar en el inicio de año. El precio es elevado para tratarse de un 125 cc urbano, pero similar al de la competencia (se sitúa entre las Vespa LX y S).