BMW F 800 GS Adventure. Prueba

En los catálogos de BMW ya no existe una sola moto preparada para la aventura. Derivada de la F 800 GS, a la enorme R 1200 GS Adventure le acompaña ahora una hermana más pequeña. 30 kg más ligera y 5.200 euros más barata, puede que para muchos sea una opción más lógica.

Victor Gancedo. Fotos: Juan Sanz

BMW F 800 GS Adventure. Prueba
BMW F 800 GS Adventure. Prueba

Prueba una Honda Africa Twin

Cuando BMW presentó a finales de 2005 las primeras F 650 GS y F 800 GS, todos esperábamos, incluso la propia marca, que la pequeña de la saga (hoy convertida en F 700 GS) iba a ser la más solicitada. Pero aunque sea difícil de explicar, el caso es que comenzaron a «llover» las solicitudes para la «ochocientos» y sus cifras de ventas superaron con claridad a las de la «pequeña». A pesar de que su precio ha sido en torno a 2.000 euros superior durante estos años, su estampa más aventurera, sus mayores aptitudes camperas y sus mejores prestaciones, entre otros aspectos, han conseguido que la F 800 GS sea la más vendida de las dos con una diferencia considerable.
Por otro lado, cada vez están más de moda los viajes en moto a destinos remotos y recónditos, siendo las maxitrail las elegidas y, más especialmente, las que en su denominación llevan apellidos como Adventure, Cross Country, World Crosser, etc. Pero bueno, la verdad es que para muchos que tienen espíritu aventurero, las grandes maxitrail son demasiado caras y pesadas, y BMW ha captado la tendencia de que muchos de sus clientes estaban recurriendo a la F 800 GS para realizar los viajes más insospechados. De este modo, atendiendo a las sugerencias de muchos de ellos, ha preparado la más solicitada de sus trail medias para que se adapte mejor a largos viajes y le ha añadido el apellido Adventure. Se puede decir que los cambios no han sido excesivos, pero sí es verdad que han aumentado de forma importante el radio de acción que hasta ahora poseía la F 800 GS.

A la vista está que la última novedad de BMW tiene más empaque que el modelo del que procede. La gran pantalla frontal, las defensas del radiador que aumentan la anchura en la zona de las rodillas, el nuevo asiento más mullido con tapizado bicolor o los herrajes para las maletas, hacen que el conjunto sea más aparente desde cualquier perspectiva. Además, aunque menores, también ha recibido cambios técnicos. El más relevante es el aumento de la capacidad del depósito de gasolina hasta los 24 litros. También se ha reforzado el subchasis pensando para una utilización por pistas con mucho peso. BMW anuncia que puede cargar hasta 225 kg con garantías, lo que nos puede dar una idea del nivel alcanzado. Además, entre el equipamiento de serie incluye ABS (como todas las BMW desde este año), cubremanos (hay otros mayores en opción), estribos del piloto de enduro con gomas extraíbles, pedal de freno regulable para poder accionarlo con botas de campo con mayor facilidad, barras de protección para el motor y, además, existen un sinfín de opciones y accesorios disponibles, algunos unificados en «Paquetes». Entre estos, además de un «Paquete Especial Lanzamiento» a un precio de 1.470 euros formado por maletas de aluminio, parrilla trasera y un nuevo navegador Adventure, hay que destacar un inédito «Paquete Enduro», que por 401,5 € permite incorporar control de tracción ASC y modo de conducción Enduro, que solo afecta a los niveles de actuación del citado control de tracción y del ABS, permitiendo una conducción más agresiva sobre tierra.

Al situarte al lado de esta «pequeña» Adventure, enseguida te percatas de que ha crecido en tamaño y volumen con respecto a la F 800 GS estándar, especialmente si lleva montadas las robustas y muy capaces maletas de aluminio. El acceso no es lo más sencillo, aunque con la práctica es una tarea en la que vas mejorando cada vez que toca realizarla. Una vez a sus mandos, sí es verdad que el asiento se siente algo más alto, pero no hay diferencias palpables con respecto a la F 800 GS de la que procede, y el tacto general es muy similar.
Los primeros kilómetros que recorro son por autopista y aquí me he dado cuenta que las piernas van mejor resguardadas y también que la gran pantalla frontal brinda una buena protección a la parte alta de nuestro cuerpo, quedando su parte superior justo por debajo de nuestro campo de visión, algo que se agradece al no obstaculizar a nuestra mirada. También, debido al asiento más alto, nuestras piernas van menos flexionadas, y esto nos beneficia a la hora de realizar largos trayectos. Quizá se perciben algunas vibraciones al realizar retenciones con el motor, pero su nivel es bajo y no llegan a ser especialmente molestas. Por otro lado, destaca lo despacio que baja el indicador de nivel de combustible a la hora de mantener ritmos legales. De este modo los consumos se sitúan por debajo de los 5 litros/100 km, por lo que no debe resultar difícil llegar a recorrer 500 km con un solo depósito. Ya en una utilización más alegre y variada el consumo se eleva, pero se sitúa entre los 6 y 7 litros/100 km. Se puede decir que es muy razonable teniendo en cuenta que en orden marcha el peso verificado del conjunto supera los 236 kg y su área frontal es considerable.

BMW no declara cambios en el motor, pero de acuerdo a las curvas de nuestro banco, parece que se ha suavizado ligeramente la respuesta a alto régimen (80 CV en lugar de 82 CV...). De todos modos, el rendimiento es generoso, con pronta respuesta desde apenas alcanzadas las 3.000 rpm hasta cerca de 9.000, y empujando con fuerza incluso al superar en sexta relación largos repechos de autopista. Sin grandes alardes, se puede decir que el funcionamiento del bicilíndrico en paralelo de 798 cc es alegre.
Y luego sorprende su comportamiento en carreteras de curvas a pesar de montar una llanta delantera de 21” con un estrecho neumático de 90 mm y unas suspensiones de recorridos muy largos (230 y 215 mm, delante y detrás, respectivamente). La F 800 GS ya fue «apretada» de suspensiones el año pasado y en esta Adventure, aunque no se anuncia, parece que también se ha realizado algo de trabajo en este apartado. Al forzar el ritmo sí es verdad que existen ciertas oscilaciones, pero si te sabes adaptar a ellas y no retrasas en exceso las frenadas (potentes, por cierto), te puedes divertir practicando una conducción ciertamente agresiva. Los Pirelli Scorpion de la unidad utilizada en esta prueba han demostrado un agarre excelente, al igual que en otras motos en las que los he probado con anterioridad. Sin embargo, para una conducción deportiva por pistas, lo mejor será recurrir a otras «gomas» más adecuadas. Así podremos aprovechar una ergonomía también acertada para la práctica del off road, con las rodillas suficientemente juntas, sin ser molestados por ningún elemento en las zonas de contacto con la moto y permitiéndonos una gran libertad de movimientos.
Además, el pasajero dispone de un área sabiamente diseñada y también circula con comodidad, aprovechándose de unas asas metálicas acopladas a la estructura tubular creada para soportar a las maletas y también para proteger al depósito de gasolina, ubicado bajo el asiento como en todos los modelos de la familia «F» de BMW.