Quadro empezó siendo una empresa italiana que desarrolló su propio concepto de scooter triciclo en pleno «boom» de estos vehículos, hará cinco años. Recuerdo que la idea, su forma de dotar a un scooter de una suspensión delantera con dos ruedas, me gustó como concepto en su momento, de hecho Piaggio estuvo a punto de usarlo en sus modelos aunque finalmente optaron por el sistema que conocemos. Pero también recuerdo que el primer modelo que llegó a nuestras manos (que en su defensa debo decir eran modelos casi preserie) estaba lejos de ofrecer los acabados que se suponen en este segmento del mercado (precio medio o alto), eso y la falta de una red de distribución potente impidieron que se dieran a conocer en nuestro mercado. No ha sido así en otros países, donde ese modelo evolucionó en varias fases hasta el actual Quadro3, que pudimos ver el día de la presentación de su hermano que protagoniza las fotos de estas páginas y que probaremos más adelante, porque promete una relación prestaciones-precio imbatible: cuesta 6.690 euros con un motor de 346cc de 27 CV para sólo 200 kg de peso.
La evolución y el éxito del triciclo les ha permitido dar un paso más y presentar el vehículo que ellos tenían en mente desde el primer momento: un cuatro ruedas capaz de inclinar en las curvas. Y exactamente eso es lo que es el Quadro4, nuestro protagonista, un vehículo clasificado legalmente como «categoría L5e» (es decir triciclo que se puede conducir con carné de coche o de moto) y que de alguna forma es la primera moto de cuatro ruedas del mundo, aunque la gente de Quadro no está del todo convencida que deba llamarse «moto». Quadro es ahora una empresa suiza, acaban de poner en marcha su venta en España, país en el que están de forma directa como en Italia, Suiza o Benelux (sin importador, servicio directo a tienda) . Por ahora hay siete puntos de venta y serán quince a final de año.
El Quadro4 sorprende en acción
Los Quadro se basan en varias patentes e ideas originales, pero la más importante es el sistema de suspensión que usan, llamado HTS (por Hidraulic Tilting System o Sistema de Suspensión Hidráulica oscilante). Las cuatro ruedas son idénticas (e intercambiables) en medida 110/80 con llanta de 14 pulgadas, y cada una de las ruedas cuenta con un sistema de guidado en su movimiento de suspensión: delante hay un trapecio inferior de fundición con unas bieletas superiores (parecido a un coche o Quad) mientras que detrás son dos basculantes de notable longitud por cierto, basculantes que no forman parte del motor: éste está situado fijo en el centro del chasis, de forma que no se mueve con la suspensión como ocurre en todos los scooter tradicionales.
Bien, pues cada una de las ruedas o elementos de suspensión cuenta con lo que aparenta ser un amortiguador, pero que en realidad es solamente un émbolo neumático con aceite en su interior: cada pareja está unida (los dos delanteros y los dos traseros) de forma que cuando uno se comprime el otro se extiende (el Quadro estaría así inclinado). La gracia del sistema está en un tercer elemento central, entre ambos «amortiguadores», que contiene gas a presión y que sí actúa como un muelle y amortiguador del sistema: cuando un tren (las dos ruedas delanteras por ejemplo) pasan por un bache, se comprimen a la vez y ese amortiguador central absorbe el impacto. Lo hace con un muelle neumático (gas a presión) con lo cual es progresivo, suave al principio y se endurece al final, y eso es algo que aprecias mucho en el tren trasero porque es mucho más suave en marcha que las clásicas suspensiones de scooter (con muelles duros por su corto recorrido). Delante, lo notas porque no te da sacudidas ni modifica tu trayectoria si pasas inclinado sobre baches. Y es tan estable que en parado puedes mantener el equilibrio sin sistemas extras de bloqueo.
El «tacto» es muy importante en un vehículo así y, para mi gusto y tras esta primera prueba, el Quadro tiene el mejor tacto de cuantos multirrueda he probado. Su sistema libre de holguras es preciso y directo, tiene una estabilidad impecable, y sólo le faltaría un pelín de agilidad en movimientos a baja velocidad: hay que llevarlo con decisión, haciendo algo más de fuerza en el manillar que en una moto (o un triciclo Piaggio por ejemplo que estaría a medio camino). A cambio da una seguridad increíble, llegué a hacer giros de unos pocos metros de radio con la dirección a tope, tumbado casi en el suelo, y sin un solo susto. La frenada es igual de segura y muy potente (cuatro discos…) y el motor, diseñado por Quadro y fabricado (como el ensamblaje del modelo completo) por Aeon en Taiwan, es un monocilíndrico con dos ejes de equilibrado, de muy buena respuesta y funcionamiento, capaz de llevarnos a casi 130 km/h reales.
