Dos años después de la Suzuki V-Strom 1000 llegase al mercado en forma de trail basada en el gran propulsor de las sport-turismo SV/TL, Suzuki repitió de nuevo el camino que llevó a crear la versión que hoy nos ocupa y que gira en torno a un sensacional motor. Éste era ya una joya alabada por su suavidad, finura y fiabilidad, y alrededor de él Suzuki fabricó una moto calcada a la Suzuki V-Strom 1000 (salvo por el doble escape de ésta, el resto es muy similar a pesar de no compartir tantos componentes como parece a simple vista) y le salió tan completa que al final la versión pequeña acabaría eclipsando a la de litro, llegándose a convertir en un modelo de merecida buena fama. Siempre se habla de ella como una moto apropiada para un motorista sin mucho bagaje y que quiera bregarse con una moto de media cilindrada pero cuyo radio de acción no se limite a unos pocos cientos de kilómetros sino, pero si cae en manos expertas, mantiene el tipo y sorprende. Como bien decía nuestro querido compañero César Agüí en la superprueba que le dedicó: «corre lo suficiente, 200 km/h de marcador, pero mejor aún es la absoluta estabilidad, confort y facilidad de conducción a cualquier ritmo y en manos de cualquier piloto». Parece sencillo de lograr, pero no lo es en absoluto y mucho menos en una moto que podríamos considerar asequible, lo que tiene mucho más mérito.
Además, sus puntos débiles son fácilmente mejorables. Entre ellos se lleva la palma las turbulencias que su cúpula, regulable en tres alturas mediante tornillos, deriva hacia el casco del piloto. También se echa en falta en una moto como ésta en la que puedes hacer tú gran parte del mantenimiento, un caballete central. Pero poco más cabe decir en contra de una moto que es el típico modelo al que con el paso del tiempo le vas cogiendo cada vez más cariño y le perdonas sus pequeños defectos. Si estás pensando en hacerte con una como primera moto grande, adelante, y que el aspecto un tanto aparatoso que le confieren sus anchas fibras no te eche para atrás porque esa sensación desaparece de tu cabeza nada más engranar segunda. A partir de ahí, todo irá rodado.
Salvo cambios menores y los concernientes a la mera decoración externa, la Suzuki V-Strom no ha sufrido variaciones de importancia hasta la aparición de la nueva, este mismo año. Una muestra del tirón que ha tenido este modelo.
Hubo que esperar hasta 2007 para poder optar por una versión dotada de sistema ABS, que se mantiene en el catálogo de Suzuki (y aún lo sigue haciendo porque quedan unidades en stock) conviviendo con la última versión.
- Motor: La única precaución que exige el motor proveniente de la Suzuki SV650 es que revises su nivel de aceite a menudo. Probablemente al acercarte al final del intervalo que indica el fabricante para su sustitución, haya bajado “por su cuenta”. Algunos usuarios, sobre todo en climas lluviosos o los más aficionados a sacarla al campo, refieren que en alguna ocasión el encendido de uno de los cilindros ha fallado por humedad.
- Vibraciones: El hecho de que su motor sea un ejemplo de bicilíndrico fino no quita que tenga sus vibraciones a un régimen determinado y como la Suzuki V-Strom acepta usos y dueños tan variados, a algunos éste les cae en su velocidad de crucero. Cambiar el piñón delantero por el de la Suzuki SV alarga algo el desarrollo y traslada las vibraciones a otro régimen. Un manillar más pesado también contribuye a reducirlas.
- Cúpula: A pesar de contar con posibilidad de ser regulada en altura, si eres realmente alto y haces habitualmente viajes a velocidad de crucero de autopista las turbulencias que ésta provoca en tu cabeza pueden llegar a ser bastante molestas. Montar unos anclajes del tipo de los famosos www.madstad.com te pueden solucionar este problema de un plumazo. Con ellos regulas tanto la altura como la inclinación.
- Suspensiones: Sin duda es éste el apartado en el que sí que puedes mejorar los componentes de serie. El compromiso de tarado que Suzuki eligió para la Suzuki V-Strom es un tanto blando, tanto más cuanto más rápido vayas y peores firmes estés habituado a pisar. La combinación habitual: horquilla blanda y amortiguador que a los 30.000 o 35.000 km ya estará pidiendo que lo jubiles; sobre todo si habitualmente montas con acompañante.
- Gomas: Es una suerte que dadas las medidas de las llantas de la Suzuki V-Strom puedas optar bien por montar unos neumáticos trail que te darán un buen rendimiento en lo que a versatilidad de uso se refiere (también te durarán bastante dada la potencia del motor y los compuestos de estas gomas) respecto a unos más de asfalto. Eso sí, si no pisas pistas, con esta última opción la Suzuki V-Strom te dará una confianza en carretera increíble.
- Accesorios: Es una moto que normalmente encontrarás de segunda mano con numerosos accesorios en función de las necesidades de su anterior dueño: funda de asiento antideslizante, baúl trasero, cúpula, protectores de manos, defensas laterales, puños calefactables, cubrecárter (es bajita de cuna)…