La Yamaha R7 nació hace dos años para ofrecer un formato accesible a todos los que querían entrar en el mundo de la competición o volver a las carreras después de estar tiempo fuera de ellas. Así que hay varios perfiles que se encuentran en esta copa, que resulta muy accesible por precio y por la sencillez de su planteamiento.
Todas las motos cuentan con una sencilla preparación, que hacen que sea ya muy efectiva y divertida en circuito. En esta tercera edición la copa visitará cinco circuitos nacionales de primer nivel en un calendario de diez carreras, que va desde abril, ya se han disputado las dos primeras en el Jarama y en Ricardo Tormo de Cheste, hasta septiembre cuando se correrá la “superfinale” europea.
Club privado
Todos los pilotos se ubican en el “Yamaha Village” dentro del paddock, donde se fomenta la relación entre ellos, el aprendizaje y el buen ambiente. La marca ofrece un pack completo para competir, que tiene un coste controlado y que incluye los carenados, el amortiguador trasero Öhlins, el escape Akrapovic, las estriberas, los protectores y el tapón del depósito, que provienen de la gama de accesorios GYTR.
Además, los neumáticos, Pirelli Diablo Supercorsa Slick, en compuestos SC1 y SC2, están controlados por cada piloto para asegurar la máxima igualdad. Hay que añadir que Yamaha colabora con Yamalube para que los pilotos tengan lubricante y con MT para los cascos (KRE+), que también aporta el bonus MT por consecución de campeonato: 1º 2.000 €, 2º 1.500 € y 3º 1.000 €. Y habrá otro bonus, el R7Spirit Rider, con 2.000 € para el primero, 1.500 € para el segundo y 1.000 € para el tercero, todos ellos votados por el resto de pilotos, e independiente de la clasificación.
Facilidades todas
En cuanto a la forma de inscribirse, está la de todo el año con una moto que es matriculable, y que después se puede vender de calle. También se puede alquilar la moto a Yamaha con asistencia para una sola carrera, que cuesta 1.349 € y donde el piloto sólo tiene que correr con el gasto de sus neumáticos y gasolina. O también está la opción de alquilarla para la temporada completa por 7.579 €.
A estas alturas ya han participado 25 pilotos en las dos carreras disputadas, entre los que hay un variado tipo de perfiles, desde los veteranos que han vuelto a las carreras, como el valenciano Jesús Chelet, que dejó la competición a alto nivel hace 30 años, y que ahora se ha vuelto a poner el mono.
No importa el nivel
También hay pilotos rápidos y con experiencia, como Erik Molina, que ganó el año pasado y lidera esta temporada, o como Matías Pérez, el ganador de la primera edición con experiencia en carreras en Europa y en Argentina. Hay otros que vienen de otras disciplinas, como Cristian Oliva, Campeón de España de MX2 o jóvenes que están entrenando para otros campeonatos, como Beatriz Neila y Sara Sánchez, que van a disputar el Mundial Femenino con esta misma moto.
Pero, sobre todo, hay muchos pilotos que buscan disfrutar, y eso es fácil ya que hay varias sesiones libres los viernes, cronometrado y carrera el sábado, y warm up y la segunda carrera el domingo. Siempre con un grupo de pilotos conocido y con pocas motos en pista ¿Qué más se puede pedir? Pues que te dejen correr una carrera y así ha sido.
Nuestra experiencia
En nuestro caso no hacía falta llevar nada, porque Yamaha nos daba la asistencia, que además tiene a los mecánicos del ETG para trabajar en la moto, pero Pepe Burgaleta quería que corriésemos por nuestra cuenta y llevamos furgoneta, herramientas, caballetes, calentadores y garrafa de gasolina, que es realmente lo único que hace falta.
Para mí ha sido una experiencia genial volver a correr la Copa Yamaha en el Jarama, ya que corrí la segunda edición de la primera Copa Yamaha que se hizo en el año 2001 con una YZF-R1. Así que esto era un revival en toda regla. La verdad es que ya conocía la R7 Cup del año pasado, que estuve como invitado, así que sabía cómo funcionaba todo y quien era quién.
Ayuda
Una de las mejores cosas de este evento es el buen rollo que hay entre los diferentes grupos de pilotos, así que cuando acabas cada sesión vas a comentar la jugada con ellos, comparas puesta a punto y te dan o das consejos. Es algo habitual en las copas monomarca, donde hay mucho en común y da lugar a compartir más que en las carreras tradicionales.
Los entrenamientos libres sirven para poner un poco la moto a punto, que es un trabajo relativamente fácil porque no hay tantos parámetros para ajustar, aunque en nuestro caso fueron para grabar diferentes planos de vídeo y discutir con Pepe sobre puesta a punto…
Sin muchas complicaciones
El vídeo completo también estará en el canal de YouTube de MOTOCICLISMO. Y sirvieron para tomar las referencias con esta moto al circuito del Jarama, que cambia mucho con esta moto ya que casi todas las curvas rápidas son prácticamente a tope en cuarta.
Algo a lo que hay que acostumbrarse, lo bueno es que como no es muy potente, alrededor de 74 CV, enseguida entiendes su funcionamiento y la controlas perfectamente. Además, los slicks de Pirelli agarran de sobra para ir muy rápido con ella.
Mi carrera
Los cronometrados son el momento clave, ya que conviene salir lo más adelante posible para que no se escape el grupo, sea cual sea el tuyo. Porque lo bonito de esta copa es que se forman muchos grupos según el nivel y cada uno hace su carrera. Mis cronos fueron un desastre, ya que decidí rodar solo para no tener tráfico, pero tampoco tuve una buena rueda para coger un poco de rebufo, así que terminé séptimo.
En carrera, seguí los consejos de Mati sobre cómo salir con esta moto y salí bien, peleé mucho en la primera vuelta con Cristian Oliva y me puse quinto. Intenté infructuosamente seguir al grupo de Mati, Erik, Beatriz, San Emeterio, pero no hubo manera… De hecho, a mitad de carrera volví a perder los dos puestos que había ganado y terminé séptimo, algo que me supo a desastre, pero con la sensación de haber pasado un gran fin de semana de carreras con nuevos y viejos amigos. Y la curiosidad es que el tiempo por vuelta fue el mismo que con la R1 de 2001. Una experiencia de lo más recomendable.