Este fin de semana ha visto la coronación mundial de dos pilotos históricos en sus categorías: Ana Carrasco en WSSP300 y Jonathan Rea en Superbike, confirmándose como el mejor piloto que se haya visto jamás sobre una moto derivada de serie. Jonathan se ha ganado a la afición no sólo gracias a un pilotaje cirujano, preciso y pulido hasta la perfección, también gracias a su personalidad. Jonathan es sencillo, humilde y correcto, algo que en ocasiones le ha traído algún problema cuando las carreras necesitaban "más carácter".
Rea ha seguido a lo suyo y se ha centrado en hacer lo que mejor se le da: ganar. Después de sumar su cuarto título mundial consecutivo y celebrarlo como bien se merece, Jonathan tomó el micrófono de la señal intercional del campeonato y anunció que ponía a subasta el mono que llevaba puesto, el mismo con el que acababa de ganar el cuarto título.
Los fondos recaudados irán destinados a la ** familia de William Dunlop**, queridísimo road racer que perdió la vida durante los entrenamientos de la Skerries 100 este verano. Poco después de conocerse la noticia, la afición organizó un crowdfunding con el que ayudar a Janine, esposa de William, y al bebé que portaba en su vientre y que llegó al mundo hace sólo unos días en perfecto estado de salud.
No han sido los Dunlop una familia precisamente "adinerada" pero nunca dudaron en ayudar a quienes lo necesitaban. Valga, por ejemplo, la asociación Joey Dunlop, que fundaron Michael y William Dunlop, para facilitar los viajes y alojamiento en la Isla de Man a personas discapacitadas o el viaje anónimo de Joey Dunlop para llevar juguetes a Yugoslavia, que le costó un arresto.