La Wacky Race es un desafío que nació de un test cuando estaba preparando el Dakar. La idea era exponerme a algo parecido a lo que me encontraría durante el rally. Había llegado la moto (KTM 450 Rally), había estado entrenando físico, moto, corriendo rallies, etc. pero realmente no sabía si iba en buena dirección, así que se me ocurrió que tenía que hacer algo que me pusiera en situación. ¿Cómo me adapto a la moto? ¿Cuántas ruedas y mouses puedo consumir en una etapa? ¿Me estoy preparado física y, lo que es más importante, psíquicamente?
Realicé un track al Pic Negre en Andorra por off road mezclando todo tipo de pistas. Llevé una mochila de 30 litros, con dos litros de aceite y un filtro, una camiseta, un pantalón y unas chanclas para cuando el hotel. Salida 5:30, llegada 22:15. Total 950 km. Cambio aceite y filtro y al día siguiente vuelta a Madrid, pero algo más corto esta vez, sólo 750 km.
Cuando se lo conté a mis amigos les gustó y al año siguiente dulcifiqué la ruta y repetimos esta vez en grupos, saliendo cada 5 min para no estorbarnos, pero poder tener ayuda en caso necesario. Como anécdota, Agus, ingeniero de Rieju, hizo el test de la Rieju Aventura 500 en esa edición 0.
El año pasado lo hicimos sin desvelar el destino. 700 km que mezclaron zonas técnicas, rápidas y prohibidas. Puertas horarias que si no se cumplen debes salir a la carretera y recortar para poder llegar antes de medianoche al destino. Desde Madrid, se llegó a 50 km del Cantábrico y con llegada en la estación de La Pinilla, en la cota 1.800, por debajo del pico del Lobo.
Este año seguimos saliendo de El Bunker Motoarena en Brunete. Ha sido en esta ocasión lineal con noche en Almería, en el desierto de Tabernas, en un poblado llamado Western Leone. Al día siguiente vuelta con un recorrido algo más rápido pero que el desgaste físico te lleva al desafío mental. Casi 1.400 km.
¿Cómo es el formato de la Wacky Race?
Se imita una etapa maratón del Dakar, sin asistencia. Sólo se permite ayuda entre participantes. Se permite llevar herramientas y algo de recambio en el equipaje aunque está restringido el volumen a una bolsa de 40 litros.
Además, se puede llevar una tienda, saco y esterilla para dormir que los llevamos entre campamentos. Sigue habiendo puertas horarias porque el límite en cada campamento son las 12 de la noche, hay puntos donde se sellan tarjetas de paso porque para considerarse “finishers” deben cumplir todos los requisitos.
La navegación es por GPS, pero no se trata de seguir la raya. Hay trampas, zonas que técnicamente te pueden sobrepasar, hay zonas cortadas que hay que buscar alternativas y zonas prohibidas donde si te metes te puedes llevar una receta. Este año recomendábamos llevar una eslinga de 4 metros para salvar unas zonas de derrumbes.
El objetivo de la Wacky Race es que gestiones tu ruta, hay que ser eficiente porque cada “trampa” te hace perder tiempo y energía, y no sobran ninguna de las dos. Si te separas del track vas a hacer más kilómetros así que tienes que pensar encima de la moto. Es una mezcla entre un rally y una aventura. Es sobre todo un desafío mental. De hecho, tu cuerpo aguanta lo que diga tu mente y este año los participantes lo han descubierto.
Puede participar cualquier moto que sea legal por carretera, recomendamos neumáticos de tacos. Si quieres que me incline por la moto “ideal” para la Wacky sería algo parecido a una KTM 690, Fantic 450 Rally, Kove 450 Rally, AJP PR7 Adventure 650 aunque yo hago las verificaciones con mi KTM 890. Y si yo lo hago, tú también puedes.
La experiencia de Víctor López
Una prueba de aventura, gestión del track, de mecánica y de cómo gestionas tu cansancio. Una prueba que me recuerda a aquellas míticas imágenes del Camel Trophy incluso cruzando ríos con la moto atada a unas cuerdas. El concepto de la prueba es simular una etapa especial del Dakar en la que los pilotos no tienen asistencia y duermen en tienda de campaña en mitad de la nada. El año pasado conseguí la primera posición recorriendo 700 km off road en 12 horas y media pero esta vez la prueba era mucho más dura y complicada, sobre todo a nivel mental.
Para hacer esa media de 700 km en 12 hors la clave está en no parar, repostar y seguir. No se para a comer, no se para para estirar las piernas, básicamente estas todo el tiempo en movimiento. Haces una tirada de cuatro horas, paras a repostar; otras cuatro, otro repostaje y las últimas cuatro para llegar a destino. Realmente duro y mental, muchos kilómetros en solitario en mitad de la nada, donde tienes que llevar un buen ritmo, sortear todos los obstáculos y gestionar bien el track en marcha viendo posibles alternativas para las trampas que la organización va poniendo.
El segundo día fue el realmente complicado. A las 6 de la mañana en pie para salir a las 7. Esperaban otras 12 horas de aventura dura con los 200 primeros kilómetros con zonas bastante técnicas que fueron filtrando bastante a todos los participantes. A partir de ahí fue una odisea. Mucha fatiga física, pero también mental. Empiezas a cometer errores de navegación, lo que era evidente ya no lo es tanto y tienes que aprender a parar, respirar y recolocarte de nuevo. La Wacky Race 2025 me ha llevado a un estado mental que no conocía, el cuerpo puede lo que la mente le manda.
Deseando que llegue la Wacky 2026, una prueba única en España. Realmente no es para todo el mundo. Sólo para los más aventureros y para todos los que se quieran superar y quieran descubrir nuevos límites. Gracias a la organización por hacer una prueba así y acercarnos de una manera práctica a la dureza y complicación de una etapa especial del Dakar. Quizá algún día pueda cumplir el sueño de hacer un Dakar, sería el primer piloto español en correr en el TT y hacer un Dakar.
