En las imponentes instalaciones Hangar 7 Red Bull en Salzburgo, Austria, un gran espacio multiusos en el que la marca austriaca de bebida energética expone muchas de sus plataformas de su agresivo marketing (como la cápsula desde la que saltó al vacío Félix Baumgartner, monoplazas de F1, aviones, motos de cross y velocidad….) estábamos citados por KTM. El asunto era la presentación de la segunda versión de la Freeride E, la primera moto eléctrica de la firma naranja, remozada tres años después del primer lanzamiento.
Puesta en escena estática, sin probar la moto KTM Freeride E-XC, ante más de 150 periodistas, dimensión tal que a todos los presentes nos hacía pensar que habría más detrás de este acto, incluso mucho más.
Y efectivamente, sobre el escenario de la rueda de prensa estaban la plana mayor del consejo de administración de KTM, con Stefan Pierer (CEO) junto a Hubert Trukenpolz, Director Comercial -heredero del fundador Hans Trunkenpolz (la T de la marca) que en Mattighofen (última letra del acrónimo KTM) inició la historia de KTM en 1934-. Tampoco faltaba el alma mater del diseño, Kiska, completando tres de los pilares básicos del desarrollo de nuevas ideas en KTM.
KTM tiene el ambicioso objetivo de objetivo producir 250.000 motos en 2020 crecimiento en el que también entran las motos eléctricas. Stefan Pierer ha dejado claro que sigue la apuesta de KTM por una oportunidad adicional con mucho futuro donde explorar, con un crecimiento constante de ventas, aunque aún el ritmo comercial sea bajo -3.000 unidades han venido de la primera Freeride E, en sus tres años de vida-.
El problema es que todo está por descubrir, como decían Pierer y Trukenpolz, a diferencia del mundo de los coches donde ya empieza a existir un entramado de proveedores, en las motos eso está por llegar. No hay tecnología específica para motocicletas, soluciones técnicas que además, son muy cambiantes y de forma rápida. Sobre todo en la pieza clave, la batería, que deben ahondar en mayor rendimiento de duración de carga, menor peso, menor tiempo de recarga y precio más bajo. Por ejemplo, en la nueva Freeride E-XC se ha cambiado de proveedor de la pila a Sony, tras haber trabajado con Panasonic y con Samsung anteriormente.
Con otro aspecto que complica el tomar decisiones como es la normativa a cumplir de emisiones. Stefan Pierer, siempre muy sincero en sus declaraciones, también comentaba que no era fácil seguir líneas futuras claras de actuación pues los políticos, en palabras propias “a veces son estúpidos, no se aclaran”.
En 10 años decía Pierer y apoyaba Trukenploz, el 50% del mercado puede ser eléctrico y hay que estar preparado para ello.
De momento la oferta se mantiene con un modelo, la Freeride E, y en una única versión XC, de enduro, matriculada, no ofreciendo la de cross ni la supermotard. Segunda versión para la que se anuncia una duración de la batería de un 50% más que la anterior, ofreciendo ya dos horas de uso off road. La recarga completa está en 50 minutos. E importante detalle, el precio de la moto se iguala al de la Freeride 250 4T de combustión en 7.500 euros. Eso sí, sin los elementos imprescindibles de batería y cargador, que se pueden comprar aparte -sin precio anunciado pero por encima de los 3.000 euros- o bien aceptar el nuevo plan de leasing que ofrece KTM por 50 euros al mes -plan de leasing a cuatro años-.
En 1 o 2 años la KTM eléctrica crecerá con una moto de cross infantil, SX Mini, similar a la 50 c.c. de motor de combustión, pero con respuesta deportiva.
Habrá crecimiento hacia motos eléctricas de carretera según aumente la autonomía de las baterías. Pero nada concreto en tiempo de puesta en venta. KTM trabaja con algún prototipo de Duke eléctrico, estudia ideas de algún posible scooter… Pero mientras las baterías no tengan más duración nada estará a la venta en propuestas urbanas y de asfalto. Y eso, no depende de KTM, sino de los proveedores. Por eso mismo de la Freeride E ya ni siquiera se ofrece la versión supermotard que sí había antes. Porque para “on road” hace falta poder cubrir más kilómetros sin quedar con la pila a cero.
Por esta misma razón, no hay planes concretos para competir en campeonatos de E-mobility venideros, como el anunciado por Dorna en 2020 para motos eléctricas de velocidad. Pero sí se competirá con la Freeride E-XC en citas como el enduro extremo de Erzberg o en otras similares.
Kiska dejaba ver diseños de algunas de estas próximas propuestas, como la SX Mini, y señalaba la gran experiencias que es buscar líneas que favorezcan un mejor rendimiento dinámico, además de trabajar con nuevos proveedores, cruzas nuevas ideas. Muchas de ellas “start ups” que refrescan ideas-
La otra gran noticia de esta rueda de prensa ha sido la de anunciar el inicio de producción de bicicletas eléctricas, en asociación con la marca Hi Bike, pero comercializadas bajo la marca Husqvarna. No hay que olvidar que la marca KTM de bicis no es propiedad de KTM motos, pues cuando en 1991 KTM tuvo su gran crisis, la marca se dividió en cuatro partes, KTM Sportmotorcycles, KTM radiadores, KTM Herramientas y KTM bicicletas. Cada división con diferentes propietarios, la de bicis se quedó en manos de una parte de la familia Trukenpolz. Pierer ha intentado comprar muchas veces la marca de bicis pero el acuerdo nunca se consigue. Así que, de momento, las bicicletas saldrán de la fábrica de Mattighofen en color blanco y con el logo de la H coronada de Husqvarna.