Acudir a la República Checa a un gran premio de motociclismo es siempre un placer y un motivo de alegría. Sus paisajes, sus monumentos, sus ciudades medievales, sus pivnice –tabernas- donde puedes comer “utopenci” –una especie de salchicha encurtida- "knedliky" –albóndigas-, “svickova” –lomo marinado- y otras delicias culinarias regadas por una buena jarra de “pivo”, la famosa cerveza checa. Pero, por encima de todo, están sus mujeres, altas, rubias, morenas, esbeltas y sonrientes. Para muestra un botón. Son las chicas del paddock del circuito de Brno, una pequeña prueba de que no te estamos engañando.