El Gran Premio Solidario de Barcelona dejó un buen número de despedidas en el Campeonato del Mundo de MotoGP, incluidas las de tres pilotos que no estarán en la parrilla de 2025.Entre esas tres destaca la de Aleix Espargaró, que ponía punto final a su andadura como piloto permanente en los grandes premios después de dos décadas en total y más de una en la categoría reina.
Una despedida con un sabor muy diferente a la que tuvo un año atrás su hermano Pol Espargaró, que tuvo que dar un paso al lado tras ser víctima de la mala planificación de KTM.
En el caso de Aleix, se ha ido en el momento en el que él lo ha decidido -un privilegio al alcance de muy poco- y, para colmo, con el cambio de escenario por la DANA de Valencia, lo ha hecho rodeado por sus dos familias, en el circuito que escuchaba desde su casa cuando era niño.
Además, no se va muy lejos: solo dos días después, en el primer test de pretemporada 2025, se subía por primera vez a la RC213V para ponerse a los mandos del equipo de pruebas de Honda con una misión realmente ilusionante: devolver a Honda a lo más alto de MotoGP.
DOS PEQUEÑAS RENDIJAS
Tras solo temporada y media en 125cc, quedarse sin equipo en 250cc antes de comenzar la que tenía que ser su segunda temporada completa en el cuarto de litro le convirtió en ‘piloto para todo’ ese año, y ese todo incluyó la oportunidad de debutar en MotoGP con el Pramac Racing, que le reclutó para sustituir en dos carreras a Mika Kallio y, poco después, a Niccolò Canepa en otras dos.
Eso le valió un contrato con el Pramac, un equipo por aquel entonces acostumbrado a luchar en las últimas posiciones, con el que doblegó a su compañero Kallio de forma apabullante. Aun así, para 2011 decidió probar suerte en Moto2 y, tras un año, se le abrió otra pequeña rendija en la clase reina con la llamada de Aspar para pilotar una de esas nuevas CRT.
El primer año ya mantuvo un bonito duelo con su compañero, el experimentado Randy De Puniet, que Espargaró inclinó a su favor para ser la mejor CRT; un logro que repitió en 2013 de forma apabullante al doblar en puntos al segundo clasificado de la subcategoría y casi triplicando a su compañero.
PODIO ABIERTO Y OFICIAL
Tras dos años de CRT -que cumplieron su cometido de rellenar las exiguas parrillas- llegaron las Open, y Aleix hizo la transición firmando por el Forward Racing. Aquel movimiento sería clave: no solo volvió a pasearse en la subcategoría, sino que le permitió inmiscuirse en el segundo grupo en un contexto en el que el primer grupo solo comprendía a las oficiales japonesas.
La pole en Assen fue su primer gran día, pero la apoteosis llegaría en Motorland, cuando aprovechó los fallos de los favoritos para colarse en el cajón y redondear una fantástica temporada en la que acabó séptimo… llamando la atención de Suzuki, que apostó por su experiencia para su retorno a la clase reina, con Maverick Viñales como piloto estrella.
Con la GSX-RR tuvo un gran primer año, consiguiendo otra pole y agarrándose al top 10 para acabar undécimo en la general y por delante de Viñales. Sin embargo, en su segunda temporada no alcanzó la progresión esperada, repitiendo la undécima plaza mientras Viñales se disparaba y llevaba a la marca nipona a lo alto del podio.
VOLVER A EMPEZAR DE CERO
La puerta cerrada de Hamamatsu le llevó a una ventana abierta en Noale, que en aquellos momentos operaba de la mano del Gresini Racing. De nuevo, tenía que empezar casi de cero con una marca recién llegada a MotoGP. Sí, Aprilia llevaba ya dos años, pero su llegada había sido con una moto más parecida a una Superbike que a un prototipo; y seguramente por eso vieron en el de Granollers al hombre indicado para desarrollar la RS-GP.
Fueron años de picar piedra en la zona media-baja del pelotón, donde los resultados no parecían llegar nunca y, para colmo, ni siquiera se palpaba una evolución notable: el 15º puesto final de 2017 dio paso a un 17º, un 14º y otro 17º. Con la treintena cumplida y la vida solucionada a nivel económico, muchos hubiesen optado por la vía del retiro dorado.
No así Aleix, que todavía tenía las fuerzas suficientes para seguir intentándolo y una fe casi infinita en el equipo y la marca. Y, de repente -que no de casualidad-, los esfuerzos de todo un lustro empezaron a cristalizar en un 2021 que sería inolvidable con el podio conseguido en Silverstone y la octava posición final.
‘IL CAPITANO’ LLEGA A BUEN PUERTO
Ese 2021 también marcó dos cosas: la llegada de Maverick Viñales -recomendado por Aleix tras su despido de Yamaha- y el final del camino junto al Gresini: para 2022 tenían que navegar solos, como equipo de fábrica sin ambages. Eso sí, con ‘Il Capitano’ Aleix Espargaró al timón de un buque que cada vez parecía más fuerte y sólido.
Fue el punto de partida para un 2022 en el que tanto Aleix como Aprilia llegaron al puerto soñado: el escalón más alto del podio. Fue en la tercera carrera del año, el GP de Argentina, donde el catalán logró la pole, la vuelta rápida y la victoria para cumplir el sueño que llevaba años persiguiendo. Después llegarían cinco podios más y el cuarto puesto final.
Aunque fue el mejor año global, 2023 le dejaría dos triunfos más: primero en Silverstone y después en Catalunya, donde vivió el mejor momento de su carrera cuando sus propios hijos fueron los encargados de darle el trofeo al ganador; culminando un fin de semana perfecto en el que también se impuso en el Sprint.
LA HORA DEL ADIÓS
Y llegó 2024. Un año que arrancó con el podio en el Sprint de Qatar y que volvió a tener su epicentro en Barcelona: en el Gran Premio de Catalunya anunció su retirada y consiguió tanto su última pole como su último triunfo al sprint, aunque el domingo se quedó a las puertas de un cajón que ya no volvería a pisar.
De hecho -y tras una lesión que le hizo perderse dos grandes premios-, ya no volvería al top 5 hasta la cita final, nuevamente en Barcelona, donde tuvo una despedida de absoluto ensueño más allá de lo deportivo: rodeado por su familia, pudo asistir en primera fila a la coronación de su mejor amigo, Jorge Martín.
Tras celebrarlo con él, llegó a su box para darse un baño de masas con todo el equipo Aprilia Racing antes de encarar su nueva misión en Honda, poniendo fin a un periplo de 14 temporadas completas en MotoGP, donde ha logrado 3 victorias, 12 podios, 7 poles, 5 vueltas rápidas y 1.777 puntos en 339 grandes premios; siendo uno de los 10 pilotos en toda la historia que han acabado hasta doce veces en el top 15 final de la clase reina.