MotoGP

La dulce traición de Marc Márquez

En Qatar, Marc Márquez no estaba para celebraciones después de lograr la pole y ganar el Sprint.

Swinxy

3 minutos

Marc Márquez dominó la carrera de Qatar a su antojo

Dice Marc Márquez que no le gustan los sábados, "porque no puedes celebrar". Lo dijo tras su cuarto sábado perfecto de 2025, tras ganar el Sprint desde la pole como ya hiciera en Américas, Argentina y Tailandia. 

‘Pues menos mal que no le gustan’, fue el pensamiento colectivo.

Pero Marc no mentía. Lo que sucedía es que tenía todavía muy presente lo sucedido dos domingos atrás en el Gran Premio de las Américas, cuando desafinó ligeramente en el piano de Austin y arruinó la tercera sinfonía que hasta entonces había interpretado con su habitual maestría.

Por eso, el sábado en Qatar, Marc Márquez no estaba para celebraciones. Disfrutó la pole, se recreó en el Sprint y empleó el resto de la tarde en pensar una estrategia para ganar el domingo, situando en un lado de la balanza la endiablada velocidad que había exhibido en Lusail durante todo el fin de semana y, en el otro, la excesiva degradación del neumático delantero. “Tenía diez vueltas tirando fuerte”, confesaría después.

Tuvo entonces que idear un plan. Una opción era volar las diez primeras vueltas e intentar sobrevivir después, pero aquello ya se le volvió en contra una década atrás en Argentina. Así que optó por la táctica inversa: rodar ‘lento’ durante los dos primeros tercios de carrera para machacar en el tramo final. Eso hizo.

Franco Morbidelli se escapa de sus perseguidores, MotoGP Qatar 2025

Una táctica tan antinatural para él como efectiva y, por lo tanto, necesaria. Porque Marc Márquez necesita volver a ser campeón: absolutamente todo lo que ha hecho en los últimos años tiene como objetivo conquistar el noveno título mundial. Y después el décimo.

Aunque para eso tuviese que traicionarse a sí mismo.

Una traición que obedece a su contexto actual, en el que han bastado cuatro grandes premios para evidenciar lo que ya se podía intuir: que su único rival es él mismo. O, por precisarlo más: su único rival es su propio instinto.

Su congénita necesidad de buscar los límites de la moto, incluso cuando no lo necesita. Durante años sí que lo necesitó, porque bailar sobre los límites de la Honda era la única manera de plantar cara a las Yamaha primero y a las Ducati después.

Ya no le hace falta. A los 32 años, por primera vez tiene la que es claramente la mejor moto de la parrilla. En Honda, hasta cuando tuvo una moto excelente, había al menos otra marca a un nivel igual o superior. Hasta el año pasado, cuando llegó a la marca que dominaba a todas las demás, estaba en clarísima inferioridad respecto a la nueva versión, que resultó ser la mejor MotoGP jamás creada.

Maverick Viñales intenta escaparse de Marc Márquez, MotoGP Qatar 2025

Ahora es suya y, en consecuencia, MotoGP también es suyo.

Ahora los hilos los mueve él, y por eso decide qué ventaja puede dar a cada rival. En Lusail lo dejó claro: a Franco Morbidelli más de un segundo, a Maverick Viñales siete décimas, a Pecco Bagnaia ni media vuelta.

Marc Márquez ha cambiado. Los años y las lesiones han terminado de pulir el diamante más brillante de la parrilla, afilando sus aristas hasta convertirle en una pieza prácticamente perfecta.

Hace años, esa brillante velocidad bastaba para ganar carreras y coleccionar títulos. Ahora, con el brillo intacto, sus átomos se han ido ordenando de forma metódica para dotarle también de una dureza sin igual.

Ya no es solo el más rápido, porque en 2020 aprendió (por las malas) que los títulos no siempre los gana el más rápido.

Ahora, además de ser el más rápido, también es el mejor. Ha aprendido que el instinto siempre debe ir supeditado a la cabeza, aunque eso implique la traición de su esencia más pura como piloto. Ha aprendido que su longevidad en lo alto pasa por, de alguna forma, renegar de aquello que le que le llevó a batir todos los récords de precocidad.

Y sí, es una traición, pero es una dulce traición. Porque, si algo le gusta a Marc Márquez es celebrar. Y eso se hace los domingos.

Marc Márquez celebra su victoria en el Gran Premio de Qatar de MotoGP 2025

 

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